Una Navidad más.
Agradezco no tener presiones sociales que me obliguen a correr tras la búsqueda frenética por las calles de la ciudad atestadas de gente traspirosa e impaciente por darle el palo al gato, encontrar el regalo adecuado y perfecto: bueno, bonito, barato "y bundante", porque pareciera ser que mientras más grande es el obsequio es mejor. Como si así demostráramos más cariño y a la vez inconscientemente compramos también cariño que no dura más de lo que puede durar el famoso regalito de X cifra pero siempre terminada en 990 y de seguro que tiene una etiqueta que dice "Made in China", jjejejj o no?
No se preocupen, hasta en las mejores familias se regalan "cachureitos chinos". Son las ventajas del libre mercado y los TLC con el resto del mundo.
Para mí las cosas están claras desde hace algún tiempo ya.
No honro tradiciones consumistas, no pierdo los estribos por cosas que me parecen superficiales y a todas luces absurdas.
Pero no es de ahora último, yo diría que es desde que dejé de creer en el Viejito Pascuero, o como en el resto del mundo se le diga: Papá Noel o Santa Clauss; que ya no me hace ilusión esperar las 12 del 25.
Cuando perdí la inocencia mental al descubrir la verdad sobre el mito, nunca volvió a ser lo mismo. Bendita inocencia infantil. Que manipulable se es de pequeña, no?
Y así como especie nos seguimos comportando, como niños pequeños, que hacemos lo que nos dicen que hagamos, que pensamos en lo que nos dicen que pensemos y así estamos como estamos.
Creo que ha llegado la hora de abrir los ojos, ver la realidad tal como es y dejarse de boberías.
La Navidad debiera ser una celebración más espiritual, debiéramos reunirnos en familia no sólo para cenar e intercambiar regalos, si no para reflexionar sobre lo que ha sido el año o hacernos sentir que estamos ahí, a pesar de todo, porque hay algo más profundo que nos une, en que todo se puede perdonar porque hay lazos de amor profundo e infinito, aunque no siempre lo digamos, pero en una ocasión como ésta lo podemos hacer sentir con detalles simples como unas galletitas de miel hechas con todo el cariño del mundo por la abuela, la tía o la mamá.
Debiera ser una celebración sublime, donde se fortalecieran los lazos del corazón entre las personas que se quieren de verdad. En que se hicieran obras por el bien de la humanidad entera.
Bueno, vayan mis mejores deseos de paz, amor, armonía, unidad, sabiduría, fortaleza, y buena voluntad para todos los amigos que de pronto puedan leer este post.
Abrazo grande para todos y FELIZ NAVIDAD!
Les dejo un video para reflexionar.
http://www.youtube.com/watch?v=x8tWbuNIzgo
Agradezco no tener presiones sociales que me obliguen a correr tras la búsqueda frenética por las calles de la ciudad atestadas de gente traspirosa e impaciente por darle el palo al gato, encontrar el regalo adecuado y perfecto: bueno, bonito, barato "y bundante", porque pareciera ser que mientras más grande es el obsequio es mejor. Como si así demostráramos más cariño y a la vez inconscientemente compramos también cariño que no dura más de lo que puede durar el famoso regalito de X cifra pero siempre terminada en 990 y de seguro que tiene una etiqueta que dice "Made in China", jjejejj o no?
No se preocupen, hasta en las mejores familias se regalan "cachureitos chinos". Son las ventajas del libre mercado y los TLC con el resto del mundo.
Para mí las cosas están claras desde hace algún tiempo ya.
No honro tradiciones consumistas, no pierdo los estribos por cosas que me parecen superficiales y a todas luces absurdas.
Pero no es de ahora último, yo diría que es desde que dejé de creer en el Viejito Pascuero, o como en el resto del mundo se le diga: Papá Noel o Santa Clauss; que ya no me hace ilusión esperar las 12 del 25.
Cuando perdí la inocencia mental al descubrir la verdad sobre el mito, nunca volvió a ser lo mismo. Bendita inocencia infantil. Que manipulable se es de pequeña, no?
Y así como especie nos seguimos comportando, como niños pequeños, que hacemos lo que nos dicen que hagamos, que pensamos en lo que nos dicen que pensemos y así estamos como estamos.
Creo que ha llegado la hora de abrir los ojos, ver la realidad tal como es y dejarse de boberías.
La Navidad debiera ser una celebración más espiritual, debiéramos reunirnos en familia no sólo para cenar e intercambiar regalos, si no para reflexionar sobre lo que ha sido el año o hacernos sentir que estamos ahí, a pesar de todo, porque hay algo más profundo que nos une, en que todo se puede perdonar porque hay lazos de amor profundo e infinito, aunque no siempre lo digamos, pero en una ocasión como ésta lo podemos hacer sentir con detalles simples como unas galletitas de miel hechas con todo el cariño del mundo por la abuela, la tía o la mamá.
Debiera ser una celebración sublime, donde se fortalecieran los lazos del corazón entre las personas que se quieren de verdad. En que se hicieran obras por el bien de la humanidad entera.
Bueno, vayan mis mejores deseos de paz, amor, armonía, unidad, sabiduría, fortaleza, y buena voluntad para todos los amigos que de pronto puedan leer este post.
Abrazo grande para todos y FELIZ NAVIDAD!
Les dejo un video para reflexionar.
http://www.youtube.com/watch?v=x8tWbuNIzgo
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