Aún me siento bipartida, aún no logro sentirme la yo completa que era antes.
Aún me siento atada, pero de algún modo siento que son ataduras que no me incomodan. De alguna manera aún quiero sentirme atada.
Siento que voy de pie sobre las monturas de dos caballos, y por alguna razón que no logro todavía comprender del todo, no temo caer. Tal vez porque simplemente no quiero caer, aunque me asaltan las dudas y comienzo a darle vueltas y a cuestionarme si es sano. Hasta dónde es lealtad y en qué momento comenzaría a ser obsesión?
Debo confesar que últimamente no he hecho nada de lo que tengo que hacer. No me he sentido con fuerzas ni ánimo. Tengo la cabeza con preguntas que siento debo resolver antes de continuar con todo lo demás.
Necesito poner en orden mis ideas, necesito reencontrarme, volver a saber quién soy, o quién era, quién solía ser.
Yo me conocía, pero ahora siento que soy distinta, no diferente del todo. Es decir, siento que soy la misma pero ahora cuento con un plus. He aceptado un parte de la vida a la que antes ni siquiera había considerado, y ya la siento parte de mí, está incorporada, al menos mentalmente, a mi Mundo.
He buscado respuestas a mis preguntas, y he encontrado algunas.
En el proceso de búsqueda he confirmado algunas teorías, y reafirmado algunos conceptos que ya tenía formateados respecto a mí misma. Y me doy cuenta que no soy yo el problema.
Claro, no soy perfecta, eso lo sé. Tampoco me gusta compararme, porque como dice el dicho: "siempre habrán mejores y peores que tú", pero dentro de lo que he visto que es posible, estoy en el centro, en una posición de equilibrio, tolerancia, comprensión, que tiendo naturalmente a la armonía, que mi actitud es normal, correcta, sensata. Mi cabeza funciona bien, soy creativa, constructiva, colaboradora, y se me dan fácil ciertas cosas como la administración y la dirección. Y soy percibida como confiable.
De pura vaga y aburrida me ha dado por responder test de psicología sobre personalidad en un intento de búsqueda por definir qué tipo de mujer soy. Y según los resultados, mi personalidad está bien, soy sana y mis sentimientos son puros.
Los resultados no arrojaron nada nuevo, pero me diagnosticaron que estaba enamorada 100%. Aún?
Sí, creo que sí. Aún lo estoy.
Cómo puedo saber qué es lo que realmente siento y distinguir si se trata o no, de una obsesión?
Mi carácter no es obsesivo, puedo ser perseverante, si me lo propongo. Creo que es lo mismo, sólo cambia el modo del enfoque, uno es negativo y el otro es positivo.
En fin, lo que me extraña es que para el espíritu indómito y salvaje que siempre me pensé tener y que siempre me ha empujado a escapar para seguir corriendo libre por la pradera, ahora, lo único que quiero es tener un corral y un cobertizo al que llegar luego de mis carreras por el llano.
Estaré envejeciendo?
Tal vez madurando, suena mejor.
Aún me siento atada, pero de algún modo siento que son ataduras que no me incomodan. De alguna manera aún quiero sentirme atada.
Siento que voy de pie sobre las monturas de dos caballos, y por alguna razón que no logro todavía comprender del todo, no temo caer. Tal vez porque simplemente no quiero caer, aunque me asaltan las dudas y comienzo a darle vueltas y a cuestionarme si es sano. Hasta dónde es lealtad y en qué momento comenzaría a ser obsesión?
Debo confesar que últimamente no he hecho nada de lo que tengo que hacer. No me he sentido con fuerzas ni ánimo. Tengo la cabeza con preguntas que siento debo resolver antes de continuar con todo lo demás.
Necesito poner en orden mis ideas, necesito reencontrarme, volver a saber quién soy, o quién era, quién solía ser.
Yo me conocía, pero ahora siento que soy distinta, no diferente del todo. Es decir, siento que soy la misma pero ahora cuento con un plus. He aceptado un parte de la vida a la que antes ni siquiera había considerado, y ya la siento parte de mí, está incorporada, al menos mentalmente, a mi Mundo.
He buscado respuestas a mis preguntas, y he encontrado algunas.
En el proceso de búsqueda he confirmado algunas teorías, y reafirmado algunos conceptos que ya tenía formateados respecto a mí misma. Y me doy cuenta que no soy yo el problema.
Claro, no soy perfecta, eso lo sé. Tampoco me gusta compararme, porque como dice el dicho: "siempre habrán mejores y peores que tú", pero dentro de lo que he visto que es posible, estoy en el centro, en una posición de equilibrio, tolerancia, comprensión, que tiendo naturalmente a la armonía, que mi actitud es normal, correcta, sensata. Mi cabeza funciona bien, soy creativa, constructiva, colaboradora, y se me dan fácil ciertas cosas como la administración y la dirección. Y soy percibida como confiable.
De pura vaga y aburrida me ha dado por responder test de psicología sobre personalidad en un intento de búsqueda por definir qué tipo de mujer soy. Y según los resultados, mi personalidad está bien, soy sana y mis sentimientos son puros.
Los resultados no arrojaron nada nuevo, pero me diagnosticaron que estaba enamorada 100%. Aún?
Sí, creo que sí. Aún lo estoy.
Cómo puedo saber qué es lo que realmente siento y distinguir si se trata o no, de una obsesión?
Mi carácter no es obsesivo, puedo ser perseverante, si me lo propongo. Creo que es lo mismo, sólo cambia el modo del enfoque, uno es negativo y el otro es positivo.
En fin, lo que me extraña es que para el espíritu indómito y salvaje que siempre me pensé tener y que siempre me ha empujado a escapar para seguir corriendo libre por la pradera, ahora, lo único que quiero es tener un corral y un cobertizo al que llegar luego de mis carreras por el llano.
Estaré envejeciendo?
Tal vez madurando, suena mejor.
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