Por esas cosas mágicas de la vida, han ido apareciendo de a poco trocitos de verdad como piezas de un rompe cabezas que me faltaban para componer mi TODO real y concreto que andaba desperdigado buscando un claro de luz entre la espesa sombra del bosque.
Por la vía han aparecido Amigos cariñosos y entendidos en los asuntos humanos y divinos que componen la vida, cuyas palabras me han hecho mucho sentido, y de las que me siento muy agradecida. También me han saltado a la vista desde las órbitas internáuticas, artículos de psicología que me he encontrado como por esas casualidades divinas, de terapeutas que tienen las cosas descodificadas desde hace mucho rato. Y me dí cuenta que mis instintos han sido correctos desde el principio. Lo que sentí y lo que hice en consecuencia no estaba para nada disconforme al sentido común expuesto por estos especialistas.
Pero por otra parte no puedo dejar de atender a lo que creo son señales, y que me confunden. Cada vez que me decido a seguir adelante, hay algo que me habla y no puedo evitar volver la mirada hacia atrás y recordar.
Pareciera ser una confabulación del destino en mi contra, como si no quisiera dejarme continuar mi propio camino.
Entonces caigo en la profunda contradicción vital: si le doy crédito porque son una especie de llamados de auxilio para no olvidar porque aún no debo hacerlo? o son simples coincidencias a las que no les debo dar importancia?
Entonces comienzo a darme vueltas en el aire dibujando los círculos del infinito, y no llego a ningún lado.
Entiendo que tal vez estemos en la curva de descenso necesariamente previa a la del ascenso, pero también es cierto que no tengo por qué permitir seguir sentiéndome mal con todo esto.
Razonable es lo que plantea Walter Riso en uno de sus artículos con el que me tropecé por esos vericuetos de Internet.
http://www.walter-riso.com/articulo-te-amo-pero-prefiero-dejarte.html
Hasta dí con una tesis doctoral en psicología basada en la Teoría del Apego, en que se explica el trabajo realizado que resultó en un estudio muy interesante que trató de determinar cómo las personas asumen y viven los afectos, logrando sistematizar y etiquetar en grupos de individuos según acciones y reacciones frente a este tema.
El mejor resumen de esa tesis está en este interesante artículo.
http://www.cop.es/infocop/pdf/1645.pdf
Ya me queda pendiente a mí hacer mi propio Mea Culpa.
A estas alturas ya quedan cada vez menos respuestas probables.
El silencio es a veces una respuesta en sí misma.
Por la vía han aparecido Amigos cariñosos y entendidos en los asuntos humanos y divinos que componen la vida, cuyas palabras me han hecho mucho sentido, y de las que me siento muy agradecida. También me han saltado a la vista desde las órbitas internáuticas, artículos de psicología que me he encontrado como por esas casualidades divinas, de terapeutas que tienen las cosas descodificadas desde hace mucho rato. Y me dí cuenta que mis instintos han sido correctos desde el principio. Lo que sentí y lo que hice en consecuencia no estaba para nada disconforme al sentido común expuesto por estos especialistas.
Pero por otra parte no puedo dejar de atender a lo que creo son señales, y que me confunden. Cada vez que me decido a seguir adelante, hay algo que me habla y no puedo evitar volver la mirada hacia atrás y recordar.
Pareciera ser una confabulación del destino en mi contra, como si no quisiera dejarme continuar mi propio camino.
Entonces caigo en la profunda contradicción vital: si le doy crédito porque son una especie de llamados de auxilio para no olvidar porque aún no debo hacerlo? o son simples coincidencias a las que no les debo dar importancia?
Entonces comienzo a darme vueltas en el aire dibujando los círculos del infinito, y no llego a ningún lado.
Entiendo que tal vez estemos en la curva de descenso necesariamente previa a la del ascenso, pero también es cierto que no tengo por qué permitir seguir sentiéndome mal con todo esto.
Razonable es lo que plantea Walter Riso en uno de sus artículos con el que me tropecé por esos vericuetos de Internet.
http://www.walter-riso.com/articulo-te-amo-pero-prefiero-dejarte.html
Hasta dí con una tesis doctoral en psicología basada en la Teoría del Apego, en que se explica el trabajo realizado que resultó en un estudio muy interesante que trató de determinar cómo las personas asumen y viven los afectos, logrando sistematizar y etiquetar en grupos de individuos según acciones y reacciones frente a este tema.
El mejor resumen de esa tesis está en este interesante artículo.
http://www.cop.es/infocop/pdf/1645.pdf
Ya me queda pendiente a mí hacer mi propio Mea Culpa.
A estas alturas ya quedan cada vez menos respuestas probables.
El silencio es a veces una respuesta en sí misma.
Querida amiga:
ResponderEliminarEsa teoría "del llamado de auxilio para no olvidar porque aún no debo hacerlo?" realmente me parece la más rebuscada de las sancadillas que uno puede hacerse. Cómo dicen los ché, andá Carlitos!!!!, quien más que tú sabes cuando avanzar...en cuanto al mea culpa, creo que es sólo un impedimento más para partir, como dice un dicho criollo "la carga se arregla por el camino", lo importante es partir, avanzar, no importa como aún cojeando es preferible, antes de quedarse detenida planificando las cosas para un mañana. No quiero pasarte a llevar con esto en tus decisiones, y tú sabes que mis humildes consejos van con altura de miras, pero siento que estás demorando la partida. El pasado es sólo eso, pasado.
Un abrazo,
Esteban