"Un año más , qué más da.
Un año más que se va!!!..."
Es la letra de una canción que es un clásico, creo que es la cumbia oficial que se oye luego del himno nacional y la cueca que tocan para el año nuevo. La oigo todos los años y ni así sé cómo van esos versos.
La cena, los fuegos artificiales por televisión, al mismo tiempo que alguien pasa con la bandeja repartiendo copas con champaña, las cucharadas de lentejas sin sal ni aliño, la torta con el cafecito, esperar a que suene el teléfono, y no pasará mucho rato en que la visita exprese su deseo de irse. Sacar el auto para ir a dejarla, rogando por no toparse con desalmados y cretinos por la ruta a exceso de velocidad y en excesivo estado de ebriedad.
Todos los años es más o menos lo mismo.
Nunca mis años nuevos fueron muy entretenidos.
Recuerdo que cuando mis abuelos paternos estaban vivos, se acordaba una cuota por persona y nos íbamos a un restaurante que tuviera cotillón y orquesta en vivo, como se estilaba en esos años. Orquesta, no DJ. Generalmente, el restaurante elegido era Calabrano, en el Km 3.5ó 4.5, ya no recuerdo, de la ruta a Santa Juana.
Se juntaba un choclón considerable. Lo entretenido para mí era que iba mi primo que es como uno o dos años mayor que yo y oficiaba como mi pareja de baile. Pero a lo que entró a la adolescencia, comía con nosotros, daba los abrazos y cinco minutos después de las doce, su papá tenía que llevarlo a la casa de algún amigo desde donde partía el carrete juvenil. Que siempre adiviné como más entretenido que tener que quedarse entre pura gente grande.
Yo como era más chica, obviamente, me quedaba con mis papás hasta que decidían irse. Como ya no tenía con quien bailar, mis tíos, mi abuelo y mi papá se turnaban para que yo no me sintiera aburrida mirando a todos los demás divirtiéndose y yo sentada sólo mirando de lejos.
Ahora, que lo pienso, fueron muy lindos conmigo.
Que tonta se es cuando no se tiene la perspectiva que dan los años, no?
Bailar con el primo tampoco tenía mucho brillo, pero era al menos como de mi edad.
Me acuerdo de una vez que fuimos en patota a esperar las doce, con la champaña y vasos plásticos, al Barrio Universitario porque había un show en la explanada de la Biblioteca Central y después de la media noche había un espectáculo de Fuegos Artificiales que tenían preparados en el sector de la cancha de hockey. Los tiraron muy bajos y las brasas caían aún encendidas sobre las cabezas, al menos esa era la sensación. El disparo se sentía atronador, recuerdo que me sentí como si hubiese estado como en un bombardeo aéreo. Me imaginaba Berlín en el '45.
Pero lo que recuerdo como más divertido fue que toda la gente que había llevado champaña, comenzó a destapar las botellas haciendo saltar a la distancia los corchos para que les cayeran encima del mate a cualquiera que no los esquivara a tiempo. Cuidaaaaado, un corchoooooo!!!!
Muy desgraciados pero divertido. Me reí N.
Creo que ese año '94 fue el último que se celebró en la U de Conce.
Después comenzaron a tirar lo Fuegos del puente Viejo, después del Llacolén y ahora desde la costanera.
Es una lata.
En la U era más choro, más seguro al menos y se podía ir a patita, no era necesario tener auto.
El mejor Año Nuevo que recuerdo fue el del '96 para el '97. Fue una reunión familiar entrañable. Todo se dio para que coincidiéramos y nos pudiésemos reunir en los Lleuques. Fueron como tres o cuatro días de comer y comer. Que manera de patachar. Al desayuno pailas de huevos frescos con tortilla de rescoldo calentitas, y a media mañana, antes del almuerzo, el desayuno escolar: harina de avellana con azúcar y malta Morenita. De almuerzo porotos granados con asado a la olla y ensalada de tomates, pastel de choclo, humitas, tortillas de rescoldo. Después de la siesta, jugar a la sombra de los olmos unas manitos de carioca con todos mis tíos, hermanos de mi abuela, recordar viejos versos, letras de canciones, e historias geniales, amenizadas con unas cervecitas heladas y tajadas de sandías con harina tostada. Para rematar, en la tarde con la fresca, ir a preparar el fuego en el asador para tira a las brazas unas carnecitas. Recuerdo que alguien había llevado un costillar de cordero y que estuvieron dándole vuelta en no sé cuántos turnos, de hombres, como por más de tres horas, luego llegaron las mujeres, que habían dicho que ellas no comían esas cosas porque según ellas la carne de cordero sube el colesterol pero que al final dieron cuenta de las costillas y no dejaron casi ninguna para los que estuvieron desde el principio dándole vueltas disciplinadamente al fierrito caliente del espiedo. Jajajaja!!! Nunca sabes para quién trabajas, cierto?
Lo lindo y especial de ese Año Nuevo fue que fue el último en que estuvimos todos reunidos, antes que comenzaran a morir los tíos viejos. Fue realmente inolvidable.
Los Años Nuevos mejores de mi vida, supongo que son los que están por venir.
Feliz Año 2011 para todos mis amigos. Un abrazo muy grande!!!!!!
Páginas
jueves, 30 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Luz amarilla.
Han pasado unos meses y ya no es como al principio.
Van a penas unos meses, qué más será dentro de años.? Ni nos miraremos?
Al comienzo era capaz de descifrar mi estado de ánimo, supongo que por mi mirada, mi voz, no sé. Algo en mí debía delatarme de algún modo.
O bien, me he vuelto una maestra en esconder mis penas que ya no las puede siquiera adivinar. Quizás la resolución no era muy nítida y no captó la diferencia. O simplemente, le está dejando de importar cómo me sienta. O bien, entendió muy bien cómo me sentía, decidió no tocar el tema y quiso subirme el ánimo y me cambió el tema sin preguntarme detalles sobre mi día.
Hoy no fue un buen día, tuvo bastante de amargo. Fue uno de esos que habría preferido saltármelo del calendario.
Cierto que no tenía muy clara la idea para explicar qué era exactamente lo que sentía, pero habría preferido oír cosas tiernas, hoy necesitaba ser reconfortada en el corazón. Hablar y no tanto escuchar. O al menos escuchar su voz haciéndome sentir apañada, apapachada en el alma.
Será un síntoma para un conflicto mayor?
Es una luz amarilla que me está indicando precaución? No tan rápido que va a cambiar a rojo?
Es verdad, a veces es un casi como un monólogo, a veces me gusta que así sea pero otras veces me gustaría que me escuchara un poquito más.
O acaso los hombres pueden ser confidentes sólo si son gays?
Es, a caso, un signo de ego grande, enorme como un aeroestático?
Me preocupa, de verdad me preocupa. Pero tampoco tengo ánimo de entrar en polémica, en pedir explicaciones, de re-re-remarcar la cancha. No estoy de ánimo, hoy no.
Pero también temo que si lo dejo pasar se vayan agregando archivos y agrandando el dossier con este tipo de "detallitos" hasta volverse un mamatreto que luego dé una lata horrible revisar para ver cómo fue que se complicó todo, a dónde todo se comenzó a perder sin retorno, dónde estuvo la raíz del conflicto. Si es que buscarle alguna explicación a esas alturas tenga algún sentido.
No sé, ya no quiero pensar.
Sólo habría querido un abrazo.
Van a penas unos meses, qué más será dentro de años.? Ni nos miraremos?
Al comienzo era capaz de descifrar mi estado de ánimo, supongo que por mi mirada, mi voz, no sé. Algo en mí debía delatarme de algún modo.
O bien, me he vuelto una maestra en esconder mis penas que ya no las puede siquiera adivinar. Quizás la resolución no era muy nítida y no captó la diferencia. O simplemente, le está dejando de importar cómo me sienta. O bien, entendió muy bien cómo me sentía, decidió no tocar el tema y quiso subirme el ánimo y me cambió el tema sin preguntarme detalles sobre mi día.
Hoy no fue un buen día, tuvo bastante de amargo. Fue uno de esos que habría preferido saltármelo del calendario.
Cierto que no tenía muy clara la idea para explicar qué era exactamente lo que sentía, pero habría preferido oír cosas tiernas, hoy necesitaba ser reconfortada en el corazón. Hablar y no tanto escuchar. O al menos escuchar su voz haciéndome sentir apañada, apapachada en el alma.
Será un síntoma para un conflicto mayor?
Es una luz amarilla que me está indicando precaución? No tan rápido que va a cambiar a rojo?
Es verdad, a veces es un casi como un monólogo, a veces me gusta que así sea pero otras veces me gustaría que me escuchara un poquito más.
O acaso los hombres pueden ser confidentes sólo si son gays?
Es, a caso, un signo de ego grande, enorme como un aeroestático?
Me preocupa, de verdad me preocupa. Pero tampoco tengo ánimo de entrar en polémica, en pedir explicaciones, de re-re-remarcar la cancha. No estoy de ánimo, hoy no.
Pero también temo que si lo dejo pasar se vayan agregando archivos y agrandando el dossier con este tipo de "detallitos" hasta volverse un mamatreto que luego dé una lata horrible revisar para ver cómo fue que se complicó todo, a dónde todo se comenzó a perder sin retorno, dónde estuvo la raíz del conflicto. Si es que buscarle alguna explicación a esas alturas tenga algún sentido.
No sé, ya no quiero pensar.
Sólo habría querido un abrazo.
martes, 28 de diciembre de 2010
De alta, oficialmente.
A pesar de las circunstancias tristes del entorno a la situación misma, en mi lado egoísta me alegré por mí.
Comprobé en carne propia que estoy sana completamente, me puedo dar de alta definitivamente.
Hoy lo vi y como si nada. No se me aceleró el corazón, no me palpitó la carótida. Estoy curada de ese mal de amores.
Hoy me sentí poderosa, mi vuelo es a varios miles de kilómetros sobre el nivel del mar, vuelo muy alto desde hace bastante tiempo. Ya no soy una pájara fácil de atrapar.
Pero por qué, qué hay, que aún siento que algo queda pero sin quedar.
No me interesa que algo quede porque ya lo di por concluido, oleado y sacramentado, hace mucho rato ya. Pero ese abrazo aún me recordó a otro, menos protocolar, y su voz en mi oído me sonó igual de insinuante aunque las palabras eran otras, unas simples sin mayor importancia, pero en el sonido, similares a otras menos formales. Por qué esa caricia innecesaria, que sobró, pero que a la vez hacía falta, la sentí como "aún estoy aquí, aún no te he olvidado"?.
Sé que no habrán más palabras que esas que ahí se dijeron, sin salirse del parlamento de buena crianza y quiero que así sea.
Está muy bien que quede el agua quieta, no hay para qué remover el fango. No tiene sentido.
Pero no puedo evitar sentir curiosidad sobre qué pensó, qué sintió.
Es hombre, no es muy difícil adivinar qué pensó, pero me pica la curiosidad en el ego por saberlo de primera fuente. Es una tontería, lo sé.
Como la curiosidad mató al gato, y yo no soy un gato. Le hago el quite a la curiosidad y esto es lo último que escribo respecto a este tema que hasta aquí se queda.
No importa las veces que nos volvamos a ver.
Ya estoy bien, ya crié anticuerpos y me siento firme y fuerte como para no recaer.
Estoy de alta, oficialmente.
De eso me alegré a pesar de las tristes circunstancias que rodean la partida de un ser querido.
Feliz viaje, tío C.
Allá nos volveremos a ver, algún día.
Comprobé en carne propia que estoy sana completamente, me puedo dar de alta definitivamente.
Hoy lo vi y como si nada. No se me aceleró el corazón, no me palpitó la carótida. Estoy curada de ese mal de amores.
Hoy me sentí poderosa, mi vuelo es a varios miles de kilómetros sobre el nivel del mar, vuelo muy alto desde hace bastante tiempo. Ya no soy una pájara fácil de atrapar.
Pero por qué, qué hay, que aún siento que algo queda pero sin quedar.
No me interesa que algo quede porque ya lo di por concluido, oleado y sacramentado, hace mucho rato ya. Pero ese abrazo aún me recordó a otro, menos protocolar, y su voz en mi oído me sonó igual de insinuante aunque las palabras eran otras, unas simples sin mayor importancia, pero en el sonido, similares a otras menos formales. Por qué esa caricia innecesaria, que sobró, pero que a la vez hacía falta, la sentí como "aún estoy aquí, aún no te he olvidado"?.
Sé que no habrán más palabras que esas que ahí se dijeron, sin salirse del parlamento de buena crianza y quiero que así sea.
Está muy bien que quede el agua quieta, no hay para qué remover el fango. No tiene sentido.
Pero no puedo evitar sentir curiosidad sobre qué pensó, qué sintió.
Es hombre, no es muy difícil adivinar qué pensó, pero me pica la curiosidad en el ego por saberlo de primera fuente. Es una tontería, lo sé.
Como la curiosidad mató al gato, y yo no soy un gato. Le hago el quite a la curiosidad y esto es lo último que escribo respecto a este tema que hasta aquí se queda.
No importa las veces que nos volvamos a ver.
Ya estoy bien, ya crié anticuerpos y me siento firme y fuerte como para no recaer.
Estoy de alta, oficialmente.
De eso me alegré a pesar de las tristes circunstancias que rodean la partida de un ser querido.
Feliz viaje, tío C.
Allá nos volveremos a ver, algún día.
jueves, 23 de diciembre de 2010
"Un tiempo para compartir".
Es raro, acordarme de una película que nunca vi. Pero recuerdo el título, lo que me hace suponer de qué se trata y tal vez por ahí leí alguna reseña que me quedó registrada en el disco duro.
Se llama: Una Cadena de favores, o algo así.
La recordé a propósito de estas fechas.
Me parece que la película se trataba de un niño que inició una especie de campaña para cambiar al mundo, de lograr que las personas hicieran un acto solidario, sin ánimo de lucro, por alguien más, en cadena, una cosa lleva a la otra, haciendo que las cosas funcionen pero bien, lograr un objetivo preestablecido o no, o tan sólo mejorar las cosas y en el proceso sentirse bien, mejor, consigo mismo(a) que es lo mismo que sentirse feliz, al menos hasta que la satisfacción que da hacer algo bueno, dure.
"Una mano lava a la otra", "hacer el bien sin mirar a quien", "hoy por ti mañana por mí", "dar hasta que duela", "dar sin esperar nada a cambio", "la felicidad está en dar, no en recibir"
Que linda sería la vida si estas frases que acostumbramos a oír las pusiéramos en práctica siempre, 24 horas al día, 365 días al año, durante toda la vida.
La Navidad es "un tiempo para compartir". Pero por qué sólo hay que esperar a que llegue la Navidad para sentir una especie de permiso oficial para ser buena persona, solidaria, caritativa, y generosa?
Por qué no ser simplemente así, decidir ser buena persona en la vida. Hacer de la vida una Navidad permanente.?
Me acordé de la película porque en algún momento sentí que no cuesta regalar una idea, una palabra de aliento, que puede llegar a ser una humilde lucesita al final de un túnel que trata sólo de hacer sentir mejor, de aliviar en algo la pena, la contradicción vital, la angustia existencial en que las mentes brillantes suelen caer.
Si todos hiciéramos algo bueno sólo por el gusto de hacerlo, porque sí, porque así debería ser o porque se siente bien hacer algo bueno y bien hecho, no sería este Mundo un Paraíso?
FELIZ NAVIDAD !!!!!!!!!! MUNDO cruel!!!!
Y Feliz Navidad a quienes no quieran ser víctimas del Mundo porque así lo han decidido.
SALUD por eso!!!!!
Que la fuerza de las buenas intenciones se sobreponga siempre ante las dificultades!!!!
Se llama: Una Cadena de favores, o algo así.
La recordé a propósito de estas fechas.
Me parece que la película se trataba de un niño que inició una especie de campaña para cambiar al mundo, de lograr que las personas hicieran un acto solidario, sin ánimo de lucro, por alguien más, en cadena, una cosa lleva a la otra, haciendo que las cosas funcionen pero bien, lograr un objetivo preestablecido o no, o tan sólo mejorar las cosas y en el proceso sentirse bien, mejor, consigo mismo(a) que es lo mismo que sentirse feliz, al menos hasta que la satisfacción que da hacer algo bueno, dure.
"Una mano lava a la otra", "hacer el bien sin mirar a quien", "hoy por ti mañana por mí", "dar hasta que duela", "dar sin esperar nada a cambio", "la felicidad está en dar, no en recibir"
Que linda sería la vida si estas frases que acostumbramos a oír las pusiéramos en práctica siempre, 24 horas al día, 365 días al año, durante toda la vida.
La Navidad es "un tiempo para compartir". Pero por qué sólo hay que esperar a que llegue la Navidad para sentir una especie de permiso oficial para ser buena persona, solidaria, caritativa, y generosa?
Por qué no ser simplemente así, decidir ser buena persona en la vida. Hacer de la vida una Navidad permanente.?
Me acordé de la película porque en algún momento sentí que no cuesta regalar una idea, una palabra de aliento, que puede llegar a ser una humilde lucesita al final de un túnel que trata sólo de hacer sentir mejor, de aliviar en algo la pena, la contradicción vital, la angustia existencial en que las mentes brillantes suelen caer.
Si todos hiciéramos algo bueno sólo por el gusto de hacerlo, porque sí, porque así debería ser o porque se siente bien hacer algo bueno y bien hecho, no sería este Mundo un Paraíso?
FELIZ NAVIDAD !!!!!!!!!! MUNDO cruel!!!!
Y Feliz Navidad a quienes no quieran ser víctimas del Mundo porque así lo han decidido.
SALUD por eso!!!!!
Que la fuerza de las buenas intenciones se sobreponga siempre ante las dificultades!!!!
miércoles, 22 de diciembre de 2010
De Solitario I a Solitario II (III parte)
No puedo evitar dejar pasar tanta angustia y soledad existencial.
Tal vez porque muchas veces he estado ahí y siempre quise sentir una mano amiga cerca.
Los miedos, según como los veo, son naturales a la condición racional del ser humano.
Sentir miedo no es igual a ser cobarde. Sentir miedo es parte de ser alguien inteligente. El miedo preserva la vida. Pero como la mayoría de las cosas, en la vida, los excesos no son buenos.
Cuando los miedos se nos pasan de la raya y nos comienzan a perturbar la idea que podamos tener de la normalidad, comienzan a influirnos en las decisiones y elegimos quedarnos solos en vez de salir y disfrutar del lindo día que pueda hacer afuera, a quitarnos la libertad de hacer lo que queremos hacer, a amargarnos la existencia porque nos hacen sentir infelices.
No. Así no se puede.
Debes, y digo "debes" porque debes imponerte, debes rebelarte, mandarlos a la cresta, que se jodan, que vayan a molestar a alguien más pero a ti no, porque tú no estás para boludeces.
Los miedos no pueden comerte. No debes dejarlos. Tienes la obligación de espantarlos: "Ahuyentarlos"!!!
Todo está en tu interior, tanto tus debilidades como tus fortalezas.
Búscalas y encuéntralas. No abandones hasta tener una respuesta que sólo tú puedes hallar.
Nadie en este mundo está por casualidad, todos somos una ficha de dominó, somos eslabones de la cadena que llamamos: Vida.
Sólo podemos decidir, quizás, qué tipo de eslabón queremos ser, uno fuerte o uno débil.
Y creo, que eres mucho más fuerte de lo que piensas porque tienes la capacidad de comprenderlo todo, más allá del común de los mortales. Eres capaz de darle vuelta y media más, a todo, y esa es una capacidad, que si la tienes los miedos jamás te devorarán.
Sólo tú debes creer en tu capacidad de comértelos a ellos, masticarlos y escupirlos lejos.
Y si vuelven?
Que se atrevan.
Qué decidirás?
Tal vez porque muchas veces he estado ahí y siempre quise sentir una mano amiga cerca.
Los miedos, según como los veo, son naturales a la condición racional del ser humano.
Sentir miedo no es igual a ser cobarde. Sentir miedo es parte de ser alguien inteligente. El miedo preserva la vida. Pero como la mayoría de las cosas, en la vida, los excesos no son buenos.
Cuando los miedos se nos pasan de la raya y nos comienzan a perturbar la idea que podamos tener de la normalidad, comienzan a influirnos en las decisiones y elegimos quedarnos solos en vez de salir y disfrutar del lindo día que pueda hacer afuera, a quitarnos la libertad de hacer lo que queremos hacer, a amargarnos la existencia porque nos hacen sentir infelices.
No. Así no se puede.
Debes, y digo "debes" porque debes imponerte, debes rebelarte, mandarlos a la cresta, que se jodan, que vayan a molestar a alguien más pero a ti no, porque tú no estás para boludeces.
Los miedos no pueden comerte. No debes dejarlos. Tienes la obligación de espantarlos: "Ahuyentarlos"!!!
Todo está en tu interior, tanto tus debilidades como tus fortalezas.
Búscalas y encuéntralas. No abandones hasta tener una respuesta que sólo tú puedes hallar.
Nadie en este mundo está por casualidad, todos somos una ficha de dominó, somos eslabones de la cadena que llamamos: Vida.
Sólo podemos decidir, quizás, qué tipo de eslabón queremos ser, uno fuerte o uno débil.
Y creo, que eres mucho más fuerte de lo que piensas porque tienes la capacidad de comprenderlo todo, más allá del común de los mortales. Eres capaz de darle vuelta y media más, a todo, y esa es una capacidad, que si la tienes los miedos jamás te devorarán.
Sólo tú debes creer en tu capacidad de comértelos a ellos, masticarlos y escupirlos lejos.
Y si vuelven?
Que se atrevan.
Qué decidirás?
domingo, 19 de diciembre de 2010
Intersticios.
Dice Umberto Ecco, "existen tantas lecturas del Quijote como lectores hayan", o algo así, ya no recuerdo la cita exactamente. Pero esa es la idea que tenía que ver con los espacios en blanco que quedan entre las ideas que evocan las palabras en un texto, que son rellenados por los lectores individualmente a partir de sus propias experiencias.
Me pregunto si esta especie de sentencia o máxima, tiene aplicación también para los hechos de la vida cotidiana.
Cuánto de lo vemos lo interpretamos a partir de quienes somos y como somos, de como vemos el mundo, de como estamos en él.?
Creo que una buena manera de comprender como funcionan las cosas en general en la vida, el comportamiento de las demás personas, es conocerse a sí misma (o).
Es el único modo que se me ocurre para desarrollar la empatía, que es la capacidad de saber ponerse en el lugar del otro.
Cuántas discusiones, muchas de ellas inútiles, nos podríamos evitar si tan sólo pudiésemos ver el punto de vista desde la cuadra del frente o al menos de la óptica del otro?
Pero muchas veces ocurre que sólo juzgamos lo que vemos, juzgamos a los demás por sus acciones e interpretamos a favor o en contra según la lectura que hagamos de los hechos a la luz de lo que tengamos en el archivo mental de nuestras experiencias con que llenamos esos intersticios en blanco, que ignoramos, y que a veces hacen toda la diferencia a la hora de ser aclarados y entendidos, que logran la libertad sin cargos del condenado o la horca para el inocente.
Por eso pienso que hay que esperar primero antes de actuar o de emitir un juicio. Esperar por una explicación.
Que hay que ser capaz de preguntar, sin miedo, -todo va en el tono en que las cosa se digan, siempre- de acotar el significado de las cosas, de hacer saber en el momento preciso las cosas que molestan o que suceden, creo que es fundamental para mantener una relación sana y saludable, sin fantasmas, sin enanitos verdes, sin tonterías que echen a perder lo que puede ser la FELICIDAD. Si es que eso existe como un continuo, y no sólo parches en el camino.
Me pregunto si esta especie de sentencia o máxima, tiene aplicación también para los hechos de la vida cotidiana.
Cuánto de lo vemos lo interpretamos a partir de quienes somos y como somos, de como vemos el mundo, de como estamos en él.?
Creo que una buena manera de comprender como funcionan las cosas en general en la vida, el comportamiento de las demás personas, es conocerse a sí misma (o).
Es el único modo que se me ocurre para desarrollar la empatía, que es la capacidad de saber ponerse en el lugar del otro.
Cuántas discusiones, muchas de ellas inútiles, nos podríamos evitar si tan sólo pudiésemos ver el punto de vista desde la cuadra del frente o al menos de la óptica del otro?
Pero muchas veces ocurre que sólo juzgamos lo que vemos, juzgamos a los demás por sus acciones e interpretamos a favor o en contra según la lectura que hagamos de los hechos a la luz de lo que tengamos en el archivo mental de nuestras experiencias con que llenamos esos intersticios en blanco, que ignoramos, y que a veces hacen toda la diferencia a la hora de ser aclarados y entendidos, que logran la libertad sin cargos del condenado o la horca para el inocente.
Por eso pienso que hay que esperar primero antes de actuar o de emitir un juicio. Esperar por una explicación.
Que hay que ser capaz de preguntar, sin miedo, -todo va en el tono en que las cosa se digan, siempre- de acotar el significado de las cosas, de hacer saber en el momento preciso las cosas que molestan o que suceden, creo que es fundamental para mantener una relación sana y saludable, sin fantasmas, sin enanitos verdes, sin tonterías que echen a perder lo que puede ser la FELICIDAD. Si es que eso existe como un continuo, y no sólo parches en el camino.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Pobre tonta de mí.
Me siento triste, sola como con frío en todo el cuerpo, un frío que me viene de adentro.
Oigo a Bocelli y se me nubla el teclado.
Soy tonta. Por qué escucho las canciones que amo? Para qué teñirlas de luto?
Qué canciones dejaré para mí? Cuando no necesite recuerdos que me hagan sentir otra vez como ahora.
Lo que me pasa, lo sé. Lo que me pasa es que No Sé. Esa es la peor parte de no saber: Saber que no se sabe algo que se debería saber.
Y aunque lo supiera, no siento que haga la diferencia. De hecho no la hace, porque lo sé y aún así siento frío.
No sé por qué pero aún siento pena.
No me consuela el futuro ni los infinitos sueños.
Aún se me nubla el teclado.
Qué necesito para creer aún más, para creer definitivamente que todo es posible y de verdad.
No pongo en duda que la verdad sea cierta, sólo que sea real algún día.
Por qué me hace tanta falta algo que jamás he tenido?
Por qué esas palabras ya no me quitan el frío del alma?
Pobre tonta de mí.
Oigo a Bocelli y se me nubla el teclado.
Soy tonta. Por qué escucho las canciones que amo? Para qué teñirlas de luto?
Qué canciones dejaré para mí? Cuando no necesite recuerdos que me hagan sentir otra vez como ahora.
Lo que me pasa, lo sé. Lo que me pasa es que No Sé. Esa es la peor parte de no saber: Saber que no se sabe algo que se debería saber.
Y aunque lo supiera, no siento que haga la diferencia. De hecho no la hace, porque lo sé y aún así siento frío.
No sé por qué pero aún siento pena.
No me consuela el futuro ni los infinitos sueños.
Aún se me nubla el teclado.
Qué necesito para creer aún más, para creer definitivamente que todo es posible y de verdad.
No pongo en duda que la verdad sea cierta, sólo que sea real algún día.
Por qué me hace tanta falta algo que jamás he tenido?
Por qué esas palabras ya no me quitan el frío del alma?
Pobre tonta de mí.
martes, 14 de diciembre de 2010
Válvula de escape.
Soy un espíritu libre que decide libremente compartir su individualidad.
Lo que implica que el mando de mis acciones no se lo entrego a nadie, ni al Papa.
Pero no es ese el punto de mis disquisiciones internas.
Lo que quiero averiguar es hasta qué punto estoy dispuesta a tranzar mis espacios que solía considerar propios, en los que me siento libre de ser yo misma, en los que siento que puedo decir absolutamente todo lo que pienso.
Espacios como éste, no lo cedo.
Es mi válvula de escape.
Creo que esto va más allá de una simple cuestión de géneros, es un asunto parejo, entre seres humanos, da lo mismo hombre que mujer, a ambos le debe ocurrir lo mismo.
Por qué se teme tanto a la libertad del otro.?
Por qué tanta desconfianza en el criterio del otro para hacer uso de esa libertad que nos hace individuos?
Acaso se teme que el otro haga lo mismo que en el fuero interno no se cree ser tan incapaz de llegar a hacer. Operando de cierta forma como una especie de proyección mental, hipotética de sí mismo, en el otro?
Si no tengo nada malo en mente, por mi parte, por qué supondría algo malo en el actuar del otro?
Por qué suponer intenciones poco santas en los demás, si no estoy pensando nada que no sea santo?
Dime qué piensas y te diré quién eres. Pareciera ser aquí la pregunta.
Cuando se acepta a otro ser humano que entre en nuestra vida, es un proceso similar a cuando se invita a un conocido a la casa, no se hace pasar de inmediato hasta el fondo, dejando que se sienta dueño de la propiedad completa, no. Lo usual, es recibirlo como visita, observando cierto protocolo, hacerlo pasar sólo hasta el living,- "toma asiento, siéntete como en tu casa, quieres un café?"-, cuando en el fondo lo que dices es, -quiero que te sientas cómodo en mi compañía pero no te acostumbres que ésta no es tu casa y yo no soy de tu propiedad, sólo estoy siendo bien educada, es todo-.
Cuando se deja pasar a otro ser humano hasta el corazón, no se le entrega el mando del timón de la vida propia, tal como no se entregaría a una visita, por más de confianza que sea, las cuentas de la casa para que las pague de su propio pecunio, o la lista con las compras del supermercado para que fuera a hacer el pedido del mes.
Yo tengo mi mundo propio, será interior más que exterior, pero es mi mundo. Yo decido por mí misma lo que hago o lo que dejo de hacer. Sé lo que hago, cómo, cuándo y a dónde, desde hace mucho rato ya.
Si siento que necesito consejo, lo pido, pero no soporto recibir órdenes, y menos subliminales.
Las manipulaciones conmigo no van, menos las sutiles, esas que agarran el sartén por el mango, que hagas lo que hagas igual estás cumpliéndole el deseo, aún contra tu voluntad, tu ego herido, y el orgullo ardiendo como ají en una llaga.
Cuando te dicen que no, pero que en el fondo es sí. Y al final, lo que decidas hacer te hace sentir culpable igual, pero lo peor es cuando te hace ver como culpable, aunque seas completamente inocente, y quedas con la sensación de haber perdido la demanda igual. Es tan difícil recuperar el buen nombre!!!
Y parece como todo lo demás que haces es sólo por sentido de culpabilidad, para expiar tu conciencia.
Y nunca más lejos de esa intención.
Cuando un culpable dice que es INOCENTE, tiendo a creer en una primera instancia que hasta no se compruebe su culpabilidad, lo es. Pero como hay tanto pillo que se aprovecha, la ley de la vida es más dura, y me ha enseñado a pensar que el acusado es culpable hasta que demuestre su inocencia.
Pero en este caso pequé de inocente y me siento culpable por haber sido tan inocente.
Apelo a la confianza en mi criterio de saber lo que hago con mi vida, de que sé usar la libertad que defiendo a morir. Y que jamás, a pesar de todo el amor que en mi alma puedo sentir, jamás entregaré el mando de mi vida a alguien que no sea mi Conciencia.
Si eso me cuesta una condena de 100 años y un día, aunque me mata igual con 24 horas de silenciosa espera, que así sea. Estoy dispuesta a asumir la responsabilidad de mis actos.
Lo más cómico de todo esto es que ni siquiera ha habido intención y menos acto.
Sea lo que sea, hay que erradicar de cuajo a los enanitos verdes. Y si para eso debo trapicarme con mi orgullo, lo haré.
Porque esto va más allá de mi orgullo que a veces se pone muy tonto y no piensa con claridad. No pesa las cosas en su justa medida, exagera la nota y desafina toda la armónica sinfonía.
Querías azul?
Bien, tienes azul, he hecho el azul para ti. Pero no me digas que no era el azul el color que querías, que no me estabas pidiendo ningún color en particular, pero con una voz y con una expresión de estar pidiendo azul, todo el rato, sólo para ver si yo era capaz de hacer el azul que tú querías que yo hiciera.
Me estabas probando. Consciente o inconscientemente, no lo sé. Pero ahora que ya sabes que soy capaz de hacer azul, también sabes que mi límite va más allá de hacer sólo ese azul. Que así como hice ese azul, puedo hacer muchos otros azules, incluido tú.
Eso acojona, no?
Bueno, me quieres manipular.?
Lo que implica que el mando de mis acciones no se lo entrego a nadie, ni al Papa.
Pero no es ese el punto de mis disquisiciones internas.
Lo que quiero averiguar es hasta qué punto estoy dispuesta a tranzar mis espacios que solía considerar propios, en los que me siento libre de ser yo misma, en los que siento que puedo decir absolutamente todo lo que pienso.
Espacios como éste, no lo cedo.
Es mi válvula de escape.
Creo que esto va más allá de una simple cuestión de géneros, es un asunto parejo, entre seres humanos, da lo mismo hombre que mujer, a ambos le debe ocurrir lo mismo.
Por qué se teme tanto a la libertad del otro.?
Por qué tanta desconfianza en el criterio del otro para hacer uso de esa libertad que nos hace individuos?
Acaso se teme que el otro haga lo mismo que en el fuero interno no se cree ser tan incapaz de llegar a hacer. Operando de cierta forma como una especie de proyección mental, hipotética de sí mismo, en el otro?
Si no tengo nada malo en mente, por mi parte, por qué supondría algo malo en el actuar del otro?
Por qué suponer intenciones poco santas en los demás, si no estoy pensando nada que no sea santo?
Dime qué piensas y te diré quién eres. Pareciera ser aquí la pregunta.
Cuando se acepta a otro ser humano que entre en nuestra vida, es un proceso similar a cuando se invita a un conocido a la casa, no se hace pasar de inmediato hasta el fondo, dejando que se sienta dueño de la propiedad completa, no. Lo usual, es recibirlo como visita, observando cierto protocolo, hacerlo pasar sólo hasta el living,- "toma asiento, siéntete como en tu casa, quieres un café?"-, cuando en el fondo lo que dices es, -quiero que te sientas cómodo en mi compañía pero no te acostumbres que ésta no es tu casa y yo no soy de tu propiedad, sólo estoy siendo bien educada, es todo-.
Cuando se deja pasar a otro ser humano hasta el corazón, no se le entrega el mando del timón de la vida propia, tal como no se entregaría a una visita, por más de confianza que sea, las cuentas de la casa para que las pague de su propio pecunio, o la lista con las compras del supermercado para que fuera a hacer el pedido del mes.
Yo tengo mi mundo propio, será interior más que exterior, pero es mi mundo. Yo decido por mí misma lo que hago o lo que dejo de hacer. Sé lo que hago, cómo, cuándo y a dónde, desde hace mucho rato ya.
Si siento que necesito consejo, lo pido, pero no soporto recibir órdenes, y menos subliminales.
Las manipulaciones conmigo no van, menos las sutiles, esas que agarran el sartén por el mango, que hagas lo que hagas igual estás cumpliéndole el deseo, aún contra tu voluntad, tu ego herido, y el orgullo ardiendo como ají en una llaga.
Cuando te dicen que no, pero que en el fondo es sí. Y al final, lo que decidas hacer te hace sentir culpable igual, pero lo peor es cuando te hace ver como culpable, aunque seas completamente inocente, y quedas con la sensación de haber perdido la demanda igual. Es tan difícil recuperar el buen nombre!!!
Y parece como todo lo demás que haces es sólo por sentido de culpabilidad, para expiar tu conciencia.
Y nunca más lejos de esa intención.
Cuando un culpable dice que es INOCENTE, tiendo a creer en una primera instancia que hasta no se compruebe su culpabilidad, lo es. Pero como hay tanto pillo que se aprovecha, la ley de la vida es más dura, y me ha enseñado a pensar que el acusado es culpable hasta que demuestre su inocencia.
Pero en este caso pequé de inocente y me siento culpable por haber sido tan inocente.
Apelo a la confianza en mi criterio de saber lo que hago con mi vida, de que sé usar la libertad que defiendo a morir. Y que jamás, a pesar de todo el amor que en mi alma puedo sentir, jamás entregaré el mando de mi vida a alguien que no sea mi Conciencia.
Si eso me cuesta una condena de 100 años y un día, aunque me mata igual con 24 horas de silenciosa espera, que así sea. Estoy dispuesta a asumir la responsabilidad de mis actos.
Lo más cómico de todo esto es que ni siquiera ha habido intención y menos acto.
Sea lo que sea, hay que erradicar de cuajo a los enanitos verdes. Y si para eso debo trapicarme con mi orgullo, lo haré.
Porque esto va más allá de mi orgullo que a veces se pone muy tonto y no piensa con claridad. No pesa las cosas en su justa medida, exagera la nota y desafina toda la armónica sinfonía.
Querías azul?
Bien, tienes azul, he hecho el azul para ti. Pero no me digas que no era el azul el color que querías, que no me estabas pidiendo ningún color en particular, pero con una voz y con una expresión de estar pidiendo azul, todo el rato, sólo para ver si yo era capaz de hacer el azul que tú querías que yo hiciera.
Me estabas probando. Consciente o inconscientemente, no lo sé. Pero ahora que ya sabes que soy capaz de hacer azul, también sabes que mi límite va más allá de hacer sólo ese azul. Que así como hice ese azul, puedo hacer muchos otros azules, incluido tú.
Eso acojona, no?
Bueno, me quieres manipular.?
viernes, 10 de diciembre de 2010
La lechera.
Me dio un bajón y parece que volví a la infancia.
O bien, todo lo que creí olvidar de los cuentos que oí de niña, se me quedaron prendidos en algún doblez de la mente sin querer y que por alguna razón ahora reflotan y me hacen ver la luz al final del túnel.
Para qué construir tantos castillos en el aire. Primero es lo primero.
Piano, piano. Despacio por las piedras. Vamos quemando etapas, una a una, primero.
Para qué adelantarse tanto, para qué proyectarse como una recta hasta el infinito y más allá.
No porque crea que no va a resultar, sino porque para qué perder energía en soñar tanto futuro.
No quiero ser como la lechera de la fábula. Otra fábula.
De tanto soñar lo que haría con el dinero que ganaría con la venta de la leche que llevaba dentro del cántaro sobre su cabeza, que no se fijó dónde pisaba y se sacó la cresta, quebró el cántaro y se derramó toda la leche sobre la tierra.
Perdió pan y pedazo.
Como ya sé la historia, aprendí la moraleja y no quiero que me pase lo mismo.
Por eso no quiero soñar tan a la distancia.
Primero lleguemos al pueblo con la leche intacta. Vendámosla al mejor precio posible y recién, sólo entonces, vemos en qué "invertimos" el dinero que pudimos ganar.
Tiene lógica o no?
O bien, todo lo que creí olvidar de los cuentos que oí de niña, se me quedaron prendidos en algún doblez de la mente sin querer y que por alguna razón ahora reflotan y me hacen ver la luz al final del túnel.
Para qué construir tantos castillos en el aire. Primero es lo primero.
Piano, piano. Despacio por las piedras. Vamos quemando etapas, una a una, primero.
Para qué adelantarse tanto, para qué proyectarse como una recta hasta el infinito y más allá.
No porque crea que no va a resultar, sino porque para qué perder energía en soñar tanto futuro.
No quiero ser como la lechera de la fábula. Otra fábula.
De tanto soñar lo que haría con el dinero que ganaría con la venta de la leche que llevaba dentro del cántaro sobre su cabeza, que no se fijó dónde pisaba y se sacó la cresta, quebró el cántaro y se derramó toda la leche sobre la tierra.
Perdió pan y pedazo.
Como ya sé la historia, aprendí la moraleja y no quiero que me pase lo mismo.
Por eso no quiero soñar tan a la distancia.
Primero lleguemos al pueblo con la leche intacta. Vendámosla al mejor precio posible y recién, sólo entonces, vemos en qué "invertimos" el dinero que pudimos ganar.
Tiene lógica o no?
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Simple y claro.
Cuando todo sale a pedir de boca.
Por qué?
Qué es?
Es suerte?
Es el premio de consuelo que me otorga la vida por todas esas veces que me he sentido una perdedora?
O es porque de algún modo hice algo bien?
Si fuera más creyente, una más acérrima y no tan tibia, pensaría que es porque Dios, en persona, me tiene algo de cariño y hace que me pasen cosas buenas, de vez en cuando.
Cual sea la respuesta, lo que importa son los resultados. Y las cosas marchan bien.
Hoy me he dado cuenta de algunas cosas.
Si la historia se ha escrito tal como se ha escrito hasta ahora es por algo.
No logro ver aún el final, pero sí puedo ver un poco la trama que se ha venido entretejiendo hasta el momento para encontrarme precisamente en este momento, ahora, aquí.
Aquí, feliz y enamorada, enamorada de la vida, del mundo, de la humanidad y de las mil cosas que sueño.
Sólo me pregunto, hasta cuándo?
Porque sé que nada es para siempre, en algún momento temo tener que -bailar con el feo-, porque sé que nada puede ser perfecto y así como "no hay Mal que dure cien años ni tonto que lo aguante", tampoco hay Bien que dure mil años ni afortunado que lo disfrute.
Y si todo fuera una simple confabulación del destino, pero a mi favor?
Por qué no permitirme creer que sí, que si es posible ser feliz y sin temor a sufrir, sin sentirse culpable de desear ser feliz ni con temor a lograrlo.
Por qué la felicidad asusta tanto?
A caso se es más feliz sintiéndose infeliz?
Claro, siendo infeliz no se atrae la envidia de los demás. Siendo infeliz se concita la lástima y el desprecio de los otros, que siempre resulta más llevadero que el odio y la envidia que genera en el resto que alguien se quiera sentir o se sienta feliz.
Cuándo se dará cuenta el Ser Humano que ser feliz es mucho más fácil de lo que se cree.
La Felicidad, más que un estado transitorio de ánimo, debiera ser una filosofía de vida, un modo de concebir la vida, de ver las cosas, de aquilatarlo todo; un objetivo transversal y final en sí, sin el que no tuviese importancia absolutamente nada más.
En los colegios debiera ser un ramo: "Cómo saber ser feliz" y en las Universidades se debiera impartir como: Felicidad I, II y III. Y el que no aprueba se va feliz para la casa porque deberá ser un imbécil que no entiende absolutamente nada de la Vida, de las cosas realmente importantes de la Vida.
Ser feliz, así, simple y claro.
Es tan simple como complejo. Y de tan complejo llega a ser simple: Ser feliz y no, estar feliz.
Ser o estar? "Esa parece ser la cuestión."
Yo quiero ser feliz.
Y ojalá todo el Mundo pudiera ser tan feliz como me siento.
Por qué?
Qué es?
Es suerte?
Es el premio de consuelo que me otorga la vida por todas esas veces que me he sentido una perdedora?
O es porque de algún modo hice algo bien?
Si fuera más creyente, una más acérrima y no tan tibia, pensaría que es porque Dios, en persona, me tiene algo de cariño y hace que me pasen cosas buenas, de vez en cuando.
Cual sea la respuesta, lo que importa son los resultados. Y las cosas marchan bien.
Hoy me he dado cuenta de algunas cosas.
Si la historia se ha escrito tal como se ha escrito hasta ahora es por algo.
No logro ver aún el final, pero sí puedo ver un poco la trama que se ha venido entretejiendo hasta el momento para encontrarme precisamente en este momento, ahora, aquí.
Aquí, feliz y enamorada, enamorada de la vida, del mundo, de la humanidad y de las mil cosas que sueño.
Sólo me pregunto, hasta cuándo?
Porque sé que nada es para siempre, en algún momento temo tener que -bailar con el feo-, porque sé que nada puede ser perfecto y así como "no hay Mal que dure cien años ni tonto que lo aguante", tampoco hay Bien que dure mil años ni afortunado que lo disfrute.
Y si todo fuera una simple confabulación del destino, pero a mi favor?
Por qué no permitirme creer que sí, que si es posible ser feliz y sin temor a sufrir, sin sentirse culpable de desear ser feliz ni con temor a lograrlo.
Por qué la felicidad asusta tanto?
A caso se es más feliz sintiéndose infeliz?
Claro, siendo infeliz no se atrae la envidia de los demás. Siendo infeliz se concita la lástima y el desprecio de los otros, que siempre resulta más llevadero que el odio y la envidia que genera en el resto que alguien se quiera sentir o se sienta feliz.
Cuándo se dará cuenta el Ser Humano que ser feliz es mucho más fácil de lo que se cree.
La Felicidad, más que un estado transitorio de ánimo, debiera ser una filosofía de vida, un modo de concebir la vida, de ver las cosas, de aquilatarlo todo; un objetivo transversal y final en sí, sin el que no tuviese importancia absolutamente nada más.
En los colegios debiera ser un ramo: "Cómo saber ser feliz" y en las Universidades se debiera impartir como: Felicidad I, II y III. Y el que no aprueba se va feliz para la casa porque deberá ser un imbécil que no entiende absolutamente nada de la Vida, de las cosas realmente importantes de la Vida.
Ser feliz, así, simple y claro.
Es tan simple como complejo. Y de tan complejo llega a ser simple: Ser feliz y no, estar feliz.
Ser o estar? "Esa parece ser la cuestión."
Yo quiero ser feliz.
Y ojalá todo el Mundo pudiera ser tan feliz como me siento.
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