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lunes, 20 de febrero de 2012

Renunciar o liberar?

Renunciar, liberar, dejar partir. O terminar, olvidar, y avanzar?
Cielo arriba, mar abajo. 
Luz y oscuridad.
Conocemos el mundo por los contrastes, es cierto, pero cómo poder ver con claridad cuando todo parece estar difuso en la incertidumbre?
Cuando luego de mucho darle vueltas a las posibilidades, aparece una nueva, no considerada antes que desbarata toda la entramada teoría llena de supuestos y especulaciones.
Sólo quiero recuperar mi vieja paz mental, la calma que solía disfrutar que me bastaba con respirar profundo y ver el verde por mi ventana.
Sigue siendo una etapa de recuentos, los recuerdos quiero borrarlos sobre todo los que traen palabras vacías y sin sentido, falsas y dolorosas como puñales.
Las contradicciones siempre estuvieron a la vista, siempre las vi pero no quería darle importancia pensando que sólo yo las veía a través de mi exigente lupa. Pero no, eran reales, eran las mismas contradicciones que luego los hechos por si mismos confirmaron que yo no estaba loca viendo enanos verdes donde no los había, porque sí los habían, y ni siquiera estaban tratando de pasar desapercibidos.
Es a caso que las grandes palabras, los grandes sentimientos han perdido peso e importancia y se han vuelto banales, completamente triviales en la boca de la gente, que los repiten con tanta frecuencia que ya han perdido el sentido casi sagrado que aprendí a respetar desde que se me formó el criterio?
No entiendo, creo que nunca lo entenderé y menos aún aceptaré y jamás volveré a creer palabras de amor sin hechos.
A caso soy sólo yo quién cuida de lo que dice para no engañar ni engañarme, para no dar falsas esperanzas, para no romperle las ilusiones a un par de ojos soñadores?
Nunca he podido fingir lo que siento, tampoco logro ocultar lo que pienso, se me nota en la mirada, se me escapan gestos en la cara que no controlo. Trato de pensar mejor lo que digo para no siempre decir lo que pienso, pero a veces sólo dejo que fluyan mis sentimientos en favor o en contra y es ahí donde quedo expuesta. Luego pago la cuenta, eso sí, nunca he dejado de pagar el costo.
Me duele la cobardía, la insinceridad, los engaños, las traiciones, las mentiras, la falsedad. 
Me parece todo tan repulsivo, intoxicante y despreciable que creo ni merece la pena recordar.
Lo mejor es borrar todo rastro de raíz, y dejar todo atrás, perdonando al viento por existir.
Renuncio a todo, es lo mejor para liberar y olvidar.
Que la vida siga su curso, que fluya cómo se le dé la gana, me quedaré a la orilla a ver pasar la corriente.
Todo cae por su propio peso y finalmente todas las fichas encajan. Nada parece ser al azar, sólo es cuestión de tiempo para hallar las respuestas.
He buscado mi modo alternativo de seguir viviendo, aunque de momento sea aún una vida no vida, pero al menos me siento más viva que sola y en silencio.
Es como todo, que nada es para siempre, pero mientras dure disfruto de todo tal como es por ahora, aunque nunca dejo de estar lista para renunciar cuando sea el momento, y pasar al siguiente nivel de esta etapa.
Es extraño hallar vidas paralelas vibrando como en una misma frecuencias. Vidas que en otras circunstancias permanecerían  circulando o avanzando solas por sus propios túneles, tal cómo lo imaginaba Sábato.
A veces la mejor cura para un corazón herido por un mal amor, es simplemente la amistad, sin subtítulos ni anuncios subliminales, simple y llana compañía con gustos compartidos en voz alta, nada más ni nada menos. Saberse acompañada por el corazón en completo relajo y armonía.
He descubierto que sin importar las confianzas rotas, las nuevas oportunidades nacen de persona a persona y durarán hasta que se rompan.
Me parece que habría que establecer un nuevo ciclo de la vida, ya no basta con haber nacido, desarrollarse, reproducirse y morir, o reescribirlo al menos.
Nacer, confiar, ilusionarse, amar, desilusionarse, morir, volver a confiar, volver a ilusionarse, volver a amar, volver a  morir ... y así hasta que el desarrollo esté completo (si es que alguna vez el desarrollo sea posible de completar antes de no sentirse muerto),  reproducirse si es que queda tiempo para entonces, y luego morir, habiendo vivido una vida amando aunque no siempre sea con final feliz.
Amar no es garantía de ser correspondida, ni de ser idealmente feliz.
Amar sin perder la dignidad,  está más cerca de la soledad infinita.
Pero hasta que haya vida, habrá esperanza, no? Pero mis principios no los tranzo aunque me cuesten cadena perpetua en libertad que habría querido cambiar sólo por amor, por amor verdadero.