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jueves, 26 de noviembre de 2015

Canciones en italiano

Por más que lo he intentado no logro recordar ni una sola palabra que me sonara verdadera y  profundamente honesta, salida como una confesión directa desde el corazón, una simple palabra que valiera por todo los malos recuerdos, que tuviera la fuerza necesaria para borrar todo la desilusión sumada a lo largo de los silencios de tanto tiempo durante 5 años, 1826 largos días matizados con horas  de sol, nubes y tormentas, dentro de esos años.
Creo que fue lo mejor acabar  definitivamente con todo.
Siempre he sido una especie de cirujana de guerra en lo que respecta a mis sentimientos, eso me ha salvado la vida más de alguna vez... si he tenido que amputar la parte insana, lo hago sin contemplaciones, drásticamente y se acaba.
Supongo que el dolor fantasma queda por un tiempo mientras me acostumbro a vivir sin la parte que me falta, pero al menos soy capaz de seguir viva y sintiendo que el resto de mí late con fuerza y ganas de seguir viviendo, y de volver a amar algún día aunque sea con muletas. Pero poquito a poco, voy dejando los aparatos de apoyo para caminar erguida con la frente en alto otra vez, como siempre había caminado por la vida.

La vida sigue y las heridas sanan, sólo es cuestión de tiempo, no volveré a quedarme pegada nunca más otra vez.
Debí haber dado por terminado este tema hace tiempo, de hecho así lo hice pero me pongo a escuchar canciones en italiano y me vuelve el vacío y la nostalgia con ganas de escribir una vez más en un  afán científico de escrutar  mis sentimientos diseccionándolos uno a uno como si así fuese posible ver dónde estuvo el error.
Nunca he sido masoquista, pero de alguna manera intuyo que mientras más vueltas y giros le dé a este tema más fuerza le resto, como si lo gastara  de tanto refregarlo contra sí mismo, lo agotara por cansancio hasta dejar ni rastro de su existencia sólo hilachas desflecadas al viento hasta que desaparezca por sí solo, desvanecido de mi vida y de mi memoria. 
Por más que intento, no recuerdo algo, algo lindo, algo que me haga sentir que ese tiempo valió de verdad la pena. Algo que no sea  procesado por la destilería de mis razonamientos resilientes, quiero poder tener  un recuerdo en bruto, original, sacado fresco de la historia  y no hay algo por sí mismo que me resulte una especie de reliquia que quisiera guardar de todo ese tiempo vivido.
No tengo ni siquiera el recuerdo de una palabra salida del alma, alguna palabra exclusivamente dicha para mí, como un regalo íntimo y precioso por lo único e irrepetible, que se pueda quedar conmigo como el recuerdo de una perla guardada en un joyero al fondo del baúl. 
Nada con lo que me pueda quedar para recordar, por eso he preferido borrar todo y simplemente entregarle mi memoria al olvido. 
Olvidarme de absolutamente todo. Reformatear de cero el corazón de mi mente y resetear la memoria de mi corazón, pero no puedo evitar haber desarrollado ya anticuerpos hacia ese tipo de relación hecha de algodones de colores y aire.  El amor real es color cemento y ladrillo, no candy  rosa.
Me ha robado el derecho a tener la inocente e ingenua ilusión de que el  amor  correspondido es posible sin dolor. Él me demostró  que un amor de ensueño como el de mis  fantasías  jamás podría funcionar en la realidad, al menos no con él.  
Ésa es mi gran esperanza, encontrar a alguien con que sí pueda funcionar.
Quiero creer que no es la máquina de mis sueños felices la fallida, sólo fue una pieza que no encajaba bien y que reemplazándola, todo podrá marchar estupendamente, como un reloj suizo.
Volver a creer que el amor es posible de la manera como siempre he soñado, no es tan fácil. 
Supongo que siempre estarán ahí las canciones en italiano.
Pero también he descubierto que es mejor vivir sin expectativas, vivir así requiere valentía y fortaleza, nunca sabes qué te puede traer el río de la vida hasta tus pies. 
Confío en mi buen Dios para que sea lo que sea, sea siempre por y para mi bien. 

viernes, 30 de octubre de 2015

Lo que aprendí gracias a ti.



Dedicado a JB

¿Qué he aprendido de ti?

  
Lo que he aprendido es no esperar nada en especial por temor a desilusionarme una vez más. Sin expectativas es mejor, ya aprendí que los olmos no dan peras.


He aprendido a soñarme en solitario sin temor a la soledad de la vejez.


He aprendido a tragarme el orgullo pero no he tranzado en mi dignidad.


He aprendido a ser resiliente, a sacar de todo lo malo algo bueno y salir fortalecida de mis penas.  


He aprendido a transformar el tiempo de derrotas en mis pequeñas victorias haciendo algo más para no sentir que la espera ha sido completamente en vano y en una absoluta perdida de mi propio oro.


He aprendido  a defenderme pero aún no logro evitar salir lastimada.


He aprendido a no creer sin pruebas, a no dejarme llevar por las fantasías que a menudo son cuchillos de doble filo, pero a pesar del riesgo, me niego a dejar de soñar.


He aprendido a sacar a mi corazón del ruedo, a curar heridas sin poner yo la sangre ni la piel.


He aprendido a dejar que tu libre albedrío escoja pero también a sentirme libre de partir si no me siento bien ni cómoda.


He aprendido el valor de ser como soy, sin ser especial, soy una rara pieza de museo,  no cualquiera tiene ojos para verme ni está calificado para tocarme.  


He aprendido a distinguir la diferencia entre sentirse sólo querida pero jamás amada.Y no me conformo con sólo afecto o cariño, lo que yo quiero es amor.


He aprendido que llorar hace bien, que ayuda a liberar la pena porque aunque canse  y me haga doler la cabeza más tarde, nunca es mejor guardarse el llanto.


He aprendido a decir palabras de amor que no estaban en mi vocabulario habitual, sin miedo al ridículo ni a sonar absurda o demasiado cliché.


He aprendido a conectar más conmigo misma, a escucharme más, a sentirme más mujer, a reencantarme conmigo misma.


He aprendido que aunque llegue a vieja sin que alguien alguna vez me ame de verdad, habrá valido la pena haber vivido porque lo que realmente habrá importado es lo que yo haya hecho con mi vida, y no si los demás me han querido o no.


He aprendido a dejar que las cosas fluyan sin forzarlas. Dejar a que el agua corra bajo el puente mientras veo pasar los cadáveres flotando de mis no amigos.


He aprendido que no se puede ser en el amor una Florence Nightingale sin salir tocada y muchas veces hundida en el intento,  a apesar de sólo ofrecer buenos propósitos voluntariamente.


He aprendido a renuncia cuando lo que implica seguir, no traería nada mejor en mi vida.


He aprendido a pedir perdón cuando me equivoco o soy injusta.


He aprendido a no seguir dándole importancia a las cosas, situaciones o personas que verdaderamente no la tienen.


He aprendido a no generalizar, a pensar que no todos los hombres tienen que ser igual de básicos o brutos. 


He aprendido a que en el viñedo tendrá que haber para todos los gustos, sólo que yo aún no encuentro uno a mi propio gusto.


He aprendido a dejar pasar más tiempo antes de sacar mi corazón del pecho para entregarlo sobre bandeja de plata. Ya viene remendado, pero he procurado no dejarle bolsillos ni dobleces.


He aprendido a desarrollar la paciencia sin embargo no pierdo de vista que todo tiene un límite, y que hay una delgada y sutil  línea entre ser buena y tonta.


He aprendido a ser más mujer, a ser más consciente de mis propios sentimientos, a saber mejor lo que quiero y a expresarlo sin temor.

Es curioso que un hombre me enseñara a ser más mujer de lo que mentalmente me aceptaba ser.


He aprendido a que no soy inmune ni al dolor ni al sufrimiento, que soy sensible pero que también soy fuerte y no temo a volver a enamorarme, y en el fondo eso es ser valiente y me siento orgullosa de mí misma por no ser cobarde y atreverme a decir lo que siento y lo que pienso.


He aprendido a aceptar sin avergonzarme que necesito sentirme segura y que necesito confiar, que los saltos de fe conmigo no van y no me siento más débil por admitirlo.


He aprendido a distinguir cuando una relación pasa de sana a tóxica.


He aprendido que no tengo que demostrarle nada a nadie, que soy como soy y si puedo ser mejor, que bien, pero no voy a retroceder ni esperaré por alguien que nunca va a venir.


He aprendido a ser yo misma y a sentirme cómoda por el modo en que he llegado a ser, he requerido de tiempo, de mucho tiempo, de algunos  litros de buenas lágrimas, que se me rompiera el corazón un par de veces en mil pedacitos, pero aquí estoy, entera, con algunos parches y cicatrices, pero esta nueva yo me gusta más que la pava incauta de antes, tengo el corazón hecho de mosaicos originales.


He aprendido que mi composición genética es única, que mi historia personal es irrepetible, que nadie más en el mundo es ni será, ni ha sido, como yo. Quizás parecida, tendrá un tipo, algunos rasgos en común, pero como yo no hay nadie más en este mundo. Y así con todos y cada uno de los seres sobre este planeta, esa es la magia de estar vivos y de vivir la vida. 



He aprendido más de mí en unos pocos meses que en toda mi vida gracias a ti.

Gracias a ti, me encontré a mí misma.

Gracias por no estar conmigo.




 30.10.2015.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Relaciones de amor a distancia. Sin ánimos de cátedra.

Me hubiera gustado haber sido una activista de Greenpeace pero ya no lo fui y ahora tampoco lo sería sin embargo sigo  sintiéndome pro medio ambiente aunque sólo sea desde la comodidad de mi escritorio. 
Y hoy quiero hacer una contribución al planeta evitando que se talen más árboles de la cuenta para fabricar pañuelos desechables que ya no serán necesarios de usar o al menos eso pretendo conseguir al compartir estas reflexiones personales con el mundo exterior.

Mi aporte  de hoy luego de tanto tiempo fuera de estas pistas. Confieso que extrañaba pasarme por aquí y escribir algo pero sentía que no tenía nada interesante que contar, comentar o aportar.
Pero ya me siento mejor  y de alguna manera me siento autorizada para  tratar este tema con el que espero ayudar a evitar cometer errores que cuesten muchas lágrimas, pena y dolor a las personas que estén en relaciones amorosas a distancia. De ahí que también haga mi contribución a la conservación del medio ambiente.
En cualquier relación de pareja hay ciertas cosas que son comunes y transversales pese a las diferencias culturales, etárias, raciales, o sociales que puedan existir en los diversos tipos de parejas que se puedan llegar a formar.
 Hoy por hoy sería demasiado miope pensar que las parejas sólo se pueden dar entre un hombre y una mujer, tal  como está la jungla allá afuera se puede esperar cualquier combinación. 
Independiente de lo que yo piense, que eso daría para otro post, las cosas son así y es sobre la realidad existente que me interesa basar mi aporte el día de hoy.
No es que sea demasiado experta en relaciones amorosas a distancia,  no he tenido una gran cantidad de relaciones en mi vida como para dictar cátedra pero con un par que he tenido y que  sumadas me han consumido 5 años de mi vida, creo que esas experiencias, fallidas debo admitir, me otorgan cierta majadera credibilidad para saber de qué estoy hablando al fin y al cabo.
Yo no pretendo escribir aquí  un manual ni un protocolo de comportamiento, tampoco un tratado de sociología moderna sobre relaciones interpersonales, menos un artículo de psicología emocional. Simplemente quiero compartir unos pensamientos propios sobre algunas observaciones que  he podido constatar a lo largo de estos 5 años. 

También debo confesar que este es un modo práctico y útil que encontré para validar mi tiempo o como se dice en Economía, de rentabilizar mis pérdidas, y no seguir sintiendo que fue una pérdida de tiempo total. Aunque es una manera también de ir completando mi propio proceso de sanación, sin ánimo de lucro, ejjejeje.
En fin. 

 A estas alturas ya no es ningún misterio que las relaciones  en vivo y en directo son distintas a las que son en 2D vía..., sea como se llame el programa utilizado como soporte  para mantener las video conferencias, y por lo tanto cada una de estos dos grandes tipos de relaciones   poseen intrinsecamente cierta clase de reglas tácitas  o normas no escritas por las que se rigen individualmente y que bien vale la pena conocer y respetar, pues en su debido cumplimiento radicaría el éxito o fracaso de dicha relación. 
Todo esto que expresaré aquí es más bien de naturaleza intuitiva, de sentido común, y también fruto de la experiencia propia. No son dogmas, ni son pasos infalibles tipo consejos de libro de auto-ayuda. Al menos yo aún no he visto un libro donde se describan sistemáticamente los pasos a seguir sobre este tipo de asuntos. Aunque no sería mala idea formatear un borrador de un manual universal para relaciones a distancia. Ahí si que ahorraríamos pañuelos desechables, con un protocolo bien definido. Aunque le diéramos tres patadas en el trasero al romance. Qué vale más el romance o los árboles? 
Vale, no me disperso más, voy al punto que es lo que interesa.

Por todos ya es sabido que al comunicarse por chat, sin mirarse a la cara, sólo escribiendo se pierde mucho de la riqueza de la comunicación no verbal, por pantalla eso mejora un poco, pero nunca será lo mismo como estar presencialmente en vivo, frente a frente a la otra persona. Por video no hay olores, texturas, contacto físico, nada que resulte cercano y que acabe por complementar y completar la experiencia de estar con alguien, para bien o para mal.  Lo mismo ocurre cuando sólo se puede oír la voz de la otra persona, se pierde la gestualidad aunque queden las inflexiones de la voz que pueden servir para inferir ciertos "metadatos" de la personalidad o del estado de ánimo del individuo en cuestión. Cuando la relación va por escrito, al ortografía es comparable al tono de la voz, indica bastante del status de la persona. Hay quienes bromeando han llegado a afirmar que las faltas ortográficas equivalen a la halitosis en al vida real.
Pero en fin, lo que me interesa es otra cosa.
De las relaciones a distancia por video conferencia ocurre algo paradójico. Si lo pensamos bien es algo bastante curioso. Estás lejos pero nunca más cerca al mismo tiempo, quizás sea por la disposición en la que por lo general te sientas ante  la pantalla, de frente, con atención casi absoluta a la  persona que tienes del otro lado de la cámara, con tiempo para mirarla a la cara, ver la expresión de sus ojos y de su rostro cuando te habla o la manera que tiene de escucharte a la vez que seguro también te está analizando. Su manera de sonreír, de hablar, de mover los labios, como mueve sus ojos, y mil detalles, sus pequeños tics o manías, lo observas todo y sin que resulte incómodo porque no tienes nada más que mirar. Es raro, pero se da de manera natural y consentida que así sea.  
Esa dedicación casi exclusiva aunque no sea por tiempos muy prolongados, pudiendo llegar a ser sesiones de  2 a 3 horas diarias o tal vez menos, pero en calidad ese tiempo vale por horas de convivencia juntos en la vida real. Y de lo que se conversa puede pasar de lo más insignificante y superficial a confesarle cosas que ni ante  ti mism@  te habías  atrevido a reconocer, cosas intimas y profundas, hasta las tonterías que hiciste durante tu día.
Días conversando así, pueden llegar a sentirse como meses y/o años, como si llevaran una vida juntos. (Esto mismo, tal vez explicaría por qué en poco tiempo cronológico se puede llegar a tomar decisiones importantes.)  
Y en poco tiempo lineal, se llega a lograr una unión, una conexión mental extraña, estás todo el día conectad@ como por un wifi mental que te hace sentir acompañad@ en el alma y lo único que quieres es que llegue pronto la hora acordada para verse. Quisieras poder compartirle todo lo que haces, sacas fotos a las cosas ricas que cocinas para que vea que eres capaz de hacer cosas ricas. Andas como entusiasta y con energía para hacer las cosas que hace tiempo tenías pendiente de hacer y las haces, sólo para tener algo que contarle.
Cuando sales de paseo fotografías absolutamente todo a tu alrededor para que no se pierda nada de lo que ves porque quisieras que pudiera ver todo aquello que tú ves, como un modo de hacerle partícipe de tu vida, si pudieras sacarte los ojos y el cerebro para pasárselos para que pudiera experimentar la vida que tú viviste durante ese paseo, lo harías.
A menudo sientes que ya no habitas tu espacio del mismo modo como solías, si él o ella es de otra ciudad o país, sientes como si tu alma estuviera a caballo de dos realidades simultáneamente. Estás pendiente de lo que pasa allá, la información te entra como por osmosis, ni la buscas simplemente aparece sola, todo parece que te habla de ese lugar donde él o ella se encuentra. Temes por su bienestar, más que por el tuyo. Te sientes vulnerable, sabes que tu talón de Aquiles es ella o él, temes por todo lo que pueda ocurrir pero no por ti, sino por él o ella. 
Estás tan imbuid@ en su mundo, que se te queda su modo de hablar, sientes su voz con su acento en tus oídos incluso después de haber apagado todo para ir a dormir con la última de sus sonrisas en tu mente. Sientes que todo sobre él o ella te  encanta. Es todo un mundo nuevo de posibilidades que se abre a tus pies y vuelves a sentirte como cuando estabas terminando la Universidad con todo un mundo de infinitas oportunidades a tus pies. Sientes que te invade una especie de felicidad, una mezcla de sensaciones de poder e inmortalidad, sientes como si un nuevo mundo se descorre ante tus ojos y nada parece imposible. Es una rara sensación de sentirse adolescente porque tu ilusión es como la que sentías en esa época y al mismo tiempo tu lado más racional te hace sentir insegur@ ante todo.
Y todo está en tu cabeza, las ilusiones, los castillos en el aire,  las esperanzas, hasta los temores, pero todo parece tan real que a veces da un poco de miedo, subir tan alto porque intuyes que el porrazo puede ser fatal, pero en ese momento no te importa, sigues subiendo hasta donde dé la cuerda de tus sueños. 
Nadie que te conociera supondría lo tont@ que te puedes llegar a  ver dándole besos a una pantalla, pero no te importa lo que piensen los demás, dejas fluir tus sentimientos y lo único que te importa es que te sientes bien y que tienes al frente a alguien que te está respondiendo los besos a través de la cámara. A qué saben esos besos? A aire, a nada, pero son los más dulces y tiernos de toda la vida, porque nacen tan genuinos, nadie los fuerza simplemente nacen del alma, de la confianza que se ha ido generando de apoco entre ambos. 
En las relaciones a distancia se forja una suerte de complicidad que se va desarrollando día a día de apoco, y que se transforma en un código propio de la pareja como en cualquier relación, eso es transversal creo yo. 
La formación de una identidad mutua con la pareja se da inevitablemente y eso hace que uno crea que está en pareja real y de verdad pese a la distancia.
Y las reglas de toda pareja se aplican también a las parejas por Internet  y que cobran el doble de importancia que dentro de una pareja normal en vivo y en directo. 
La lealtad y fidelidad son fundamentales, la honestidad y sinceridad también. Cuidar la confianza entre ambos es vital, lo más fundamental de todo diría yo.
Al prometer algo hay que  tener mucho cuidado de cumplirlo, también, porque por la red las palabras pierden peso y sólo son los hechos los que aseguran  que lo que se dice es verdad. 
Tengan cuidado con lo que prometan. No prometan nada que no se sientan capaz de cumplir. No mientan porque una mentira a la distancia, destruye cualquier relación que se pueda haber creado por más fuerte que se crea que haya sido construida. 
Las ilusiones y la realidad son igualmente frágiles por Internet, el doble de lo que pueden llegar a ser en la realidad, en vivo y en directo.
Es muy importante ser capaces de brindar seguridad a sus parejas respecto al tipo de persona que son, si dicen que harán algo que sea ese algo lo que hagan. Que haya coherencia y consistencia. 
Si quedan a una hora determinada para encontrarse por video conferencia sean puntuales. Si por alguna razón no puedan estar a la hora y día acordados avisen con anticipación, no abusen del tiempo de la otra persona. Y si no pudieron avisar antes, en cuanto puedan den una explicación aclarando la situación para evitar hacer sentir mal a su pareja. 
La clave de todo está en cuidar los detalles tratando de evitar los malos entendidos.
Es sencillo, basta con aplicar las reglas básicas de buena educación y conducta que hemos aprendido desde pequeñ@s. 

Cuando te saluden, saluda.
Cuando te hablen amablemente, responde de buena manera.
Cuando te vayas a ausentar por un breve momento, avisa.
Cuando no puedas llegar a una cita, avisa.
Al acabar una conversación, despídete. 

Recuerda que el silencio es el peor de los desprecios, eso ya lo decía Nietzsche.

Cuando todo vaya mal, date un tiempo para pensar las cosas con calma y da una explicación razonable de tu comportamiento o de tu decisión. No dejes en el aire a la otra persona, primero porque es mala educación y segundo porque se la merece y así le evitarás un dolor mayor haciéndole sentir despreciad@. 
Ser desconsiderad@ y mal educad@ en Internet es equivalente a ser mala persona. Recuerda que son los hechos los que te crucifican o te salvan, pero en la net son las palabras las que quedan para siempre.
Una de las reglas de oro que yo creo que es fundamental respetar a raja tabla para tener una relación exitosa, es decir, que logre llegar a buen puerto. Yo diría que más bien son dos.
1. Tener paciencia. No desesperarse queriéndolo todo de inmediato, porque a veces las situaciones requieren de tiempo antes que puedan ser posibles.  La desesperación o ansiedad sólo acarrean frustración y la frustración a la larga, desesperanza. La desesperanza hace que la perseverancia se amilane y en poco tiempo se acaba por renunciar a todos los lindos proyectos que ambos tenían para un  futuro juntos. 
2. Que  tu pareja sea tu prioridad siempre. Que nunca sienta que la dejas de lado por algo menos importante en tu escala de prioridades. Es decir, por cosas que no tienen verdaderamente importancia, o por situaciones que no ameritan que dejas de lado a tu pareja porque no son verdaderamente urgentes ni importantes. 
Hacerle sentir a tu pareja que es la persona más importante en la vida  para ti, es esencial  a la hora de demostrar que tus sentimientos por él o ella son verdaderos. 
Y si por alguna razón no puedes dedicarle ese lugar en tu vida, porque verdaderamente tu prioridades sean otras, déjaselo claro desde un principio. Rayar la cancha de un principio delimitando bien las reglas es lo más justo para ambos. Luego cada uno decide si está dispuesto a seguir así o no, pero al menos las normas estaban claras del comienzo. Lo demás es el libre albedrío de cada quien. 
Evidentemente hay que tratar de evitar los cambios de reglas sin previo aviso, unilateralmente. 
En esto tiempos donde las tentaciones y distracciones  están a un click de distancia es cada vez más difícil lograr conectar con alguien, con ese alguien preciso; llámese alma gemela, príncipe azul, el amor de tu vida, destino, como sea que quieras denominarle. 
Si tienes suerte y llegas a encontrar a esa otra mitad errante que te fue prometida para esta vida, lucha por no perderla. No hay nada más triste que la vida sin esperanzas de encontrar a la mitad que te pertenece y sentir que te pasarás la vida con tu alma en solitario. 
Los engaños están también a la orden del día, hay mucho engaño en Internet. 
Pero si por alguna de esas cosas de la Vida te toca la suerte de conocer a alguien especial con quien sientas una conexión especial, no sientas miedo, sólo se precavid@, tómate tu tiempo para irle conociendo de apoco y confía en tu instinto, en ese radar interno que todos tenemos desarrollado en menor o mayor grado, pero el único modo de afinarlo es usándolo y para eso se requiere un cierto nivel de valentía. Valentía pero con precaución, así no tiene nada de malo. Minimiza al máximo los riesgos. Tienes que ser inteligente también.
Pero ten en cuenta a tu sentido común, si no te da confianza, no insistas. Sal de ahí. Nunca entregues todos tus datos personales a un desconocido ni tu teléfono ni menos tu dirección. Aún menos se te vaya a ocurrir hacerte fotos comprometedoras para regalárselas  con las que te puedan extorsionar más tarde o que puedan subir quién sabe dónde. 
En resumen usa la cabeza para pensar, no te lances a la piscina sin saber qué hay en el fondo.Usa los filtros de tu criterio. Y si no  tienes  un buen criterio, uno mínimamente básico y útil, te recomiendo que no te metas a conocer gente por internet, es peligroso.

Bueno, esto es lo que por hoy puedo aportar. Tal vez en otra ocasión piense en más cosas que estén relacionadas con este tema, pero por hoy es lo que se me vino a la cabeza y creo que hasta aquí está bien. Tampoco quiero ser una latera ni artillarle los sueños a nadie. 
De corazón espero que pueda servirles de algo para evitar que usen demasiados pañuelos de papel y no se talen tantos árboles en el planeta. 

Cuídense y cuiden vuestro amor si han tenido la suerte de haberlo encontrado.

 

jueves, 11 de junio de 2015

Esperanza: prismas y sofismas.

Se dice que "cuando hay vida hay esperanza", pero yo pienso que a veces este silogismo aplica al revés, -cuando hay esperanza hay vida-.

Sin esperanza no hay vida o al menos no hay ganas de seguir viviendo, porque sin esperanza nada tiene sentido.
Cuando sientes que has perdido toda chance o posibilidad de cumplir tus sueños, cuando sientes que has perdido toda esperanza, qué te queda?  Seguir respirando por inercia, parpadeando por reflejo, el corazón te late porque no estás muerta pero sientes que tampoco estás ya viva.
 Sin esperanza desaparecen las ganas de hacer las cosas que hacías para mantenerte viva.
Nada importa, todo da lo mismo.  Sin esperanza nada parece tener sentido, sin esperanza  desaparece la zanahoria por la que corrías queriendo alcanzarla mientras hacías tu vida en ese circuito sin fin cavando más hondo el pozo bajo tus pies en cada vuelta, pero era esa tu vida, tenías esperanza y con eso en mente  lo aceptabas y a pesar de todo te sentías feliz.
Sin correr te quedas fuera de la competencia aunque fuera contra ti misma y el mundo se te viene encima, el cielo se ve gris permanentemente, no notas la diferencia entre la noche y el día, sientes sueño en el día y por la noche no puedes dormir. Te preocupan mil cosas, te asolan los fantasmas de un futuro incierto, solitario, triste, amargado, abandonado a tu propia locura y miseria. El miedo te aprisiona, no puedes escapar o quizás no quieres escapar, en el fondo quieres ver hasta donde eres capaz de llegar, porque  te gusta jugar al borde del abismo, provocar  a la vida o más bien a la muerte, sabes que ese no es tu destino, por eso quieres llegar hasta el límite porque de alguna manera sientes que sólo así sabrás que estás realmente viva. 
Ése ha sido siempre tu gran desafío mental, de toda una vida de sentirte tan protegida quieres correr el riesgo y no te has apegado realmente a nada ni a nadie para estar preparada para el día en que pierdas todo aquello y te quedes sola, pues sabes que ése es finalmente tu destino. Bueno, no lo sabes con certeza pero lo intuyes.
Tu gran contradicción es no querer estar sola y al mismo tiempo buscar quedarte sola, y desafías  a lo mismo que temes, fingiendo que no te importa. 
Lo que realmente temes es echar de menos, extrañar, no poder echar el tiempo atrás y volver a vivir esos momentos felices, y como queriendo no extrañarlos prefieres no vivírlos.
Tu cabeza funciona extrañamente, no estás loca pero normal normal tampoco eres. 
Quisieras sólo poder hallar a alguien que te comprenda, ojalá que te leyera la mente y te entendiera sin hacer muchas preguntas ni juzgarte, que te aceptara en toda tu complejidad.
Y tu gran problema ahora es que sientes que no tienes esperanzas porque sientes que ya no confías.
 Te han roto el corazón dos veces y aún no te recuperas.
Sientes que no han sido justos contigo, sientes que no te lo merecías porque no te consideras mala persona, tus sentimientos son nobles y tu corazón era sensible, blando y puro. Tampoco cambies eso en ti, porque si lo haces, ellos vencen. Sé rebelde y sigue creyendo en que la nobleza de tus sentimientos es tu mayor tesoro. Cuídala, no la pierdas nunca, la nobleza es lo único que te salvará de la miseria en que puedes caer si te avinagras en soledad.
Hasta hace poco fuiste ingenua, creíste a pies juntillas cuando oíste que te decía: "te quiero".
Ahora el recuerdo de esas palabras sólo duelen como látigos en tus oídos, y como puñales en tu alma.
Cierras los ojos y sólo puedes articular un par de frases en tu cabeza: " ya no te quiero", " eres un hijo de puta". 
Tu frecuencia es oscura y baja, no lo odias ni le deseas mal, simplemente rechazas mentalmente cualquier posible viento de aire fresco que pueda entrar por la ventana con sus palabras. 
Estás dolida, eso es lo que te pasa. Te faltaron las explicaciones, las palabras, las disculpas.
Te faltó ver que se movía por ti, que te hiciera sentir que le importabas, que no se quedaría quieto y conforme tras todo aquello que le dijiste para provocarle, para remecerle, para hacer que reaccionara porque su silencio te resulta insoportable, sentías que te ignoraba y eso te picaba, dolía y retorcía el ego o el corazón, aún no lo tienes claro . Usaste toda la artillería pesada que pudiste para hacerle sentir lo mismo, en un intento por hacerle que reaccionara y dejara de ignorarte. 
Que no respondiera a nada, sólo te hizo sentir insignificante, invisible, como un fantasma sin fuerzas ni  para mover un velo.
Tú sabes quien eres y lo que vales, por eso ese silencio te dolió tanto porque te sonó a rechazo, porque ya había usado esa misma táctica para castigarte antes.
 Fue fácil sumar 1 + 1. Silencio  + Tiempo = No te quiero más en mi vida. 
Pero por qué, si todo estaba bien, o al menos aparentemente. lo pensaste, le diste mil vueltas, supusiste mil posibilidades y todas te decían lo mismo, no te quiere.
Te tomó por tonta, creyó que no lo podrías entender o bien ni siquiera tenía claro cómo explicarlo. Eso te ofendió profundamente porque tú siempre fuiste muy comprensiva.
Y lo peor es que  sentiste que le tocaba a él dar las señales de fortaleza  y  de confianza. Que se comportara como un buen anfitrión, sin embargo viste que adolecía de modales, sólo te hizo sentir incómoda e insegura. Sentiste que no te merecías ese trato displicente.
Ya tú habías dado el primer paso de buena señal, habías sido lo suficientemente valiente para pedirle perdón por la parte que te tocaba, pero si quería que sacrificaras todo por él, debía al menos hacerte sentir importante en su vida aunque no fueras su prioridad, en caso de haber sido verdad lo que te decía. 
Evidentemente con el el codo borró todo lo que había escrito y dicho al respecto sobre sus intenciones contigo.  Que se te vinieran todas las ilusiones abajo sólo fue una consecuencia de la realidad que observaste sobre los hechos. Enhorabuena no tenías la venda puesta sobre los ojos.
Él no era para ti, eso ya lo sabes, ha quedado más que claro. Actuaste conforme a tus razonamientos y eso es legítimo.  
Fue en defensa propia, nadie podría culparte. Quédate tranquila por ese lado.
Bórrale ya de tu cabeza y de tu corazón, simplemente no pienses más en él ni en el pasado que ya pasó.
Deja fluir y purifica tu corazón de esos pensamientos negativos que no te llevan a nada.
Confía en la Vida, que al final de todo sabrá poner las cosas en su lugar y a cada cual le dará lo que le corresponda. 
Todo son sensaciones, nada es real. "La vida depende del prisma con que se mire."
Todo está en tu cabeza, no dejas que nadie juegue con tu mente.
Tampoco tú misma juegues con tu cordura, que te puedes quedar atrapada en medio de un incendio.
No es necesario que desafíes a nadie. Todo en esta vida, llega tarde o temprano.
Y por favor, no pierdas la esperanza, el mundo no se ha acabado, no aún. No dejes que nadie te convenza de lo contrario. Mientras haya vida  hay esperanza, no te enredes en los sofismas de tu propia mente.
Si no quieres seguir esperando, entonces ten valor, y atrévete a vivir.
Nadie vio mañana.