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domingo, 1 de julio de 2018

Somos

Cómo se le llama a dos que se conocen desde sus miedos más profundos, sin máscaras, con el corazón en la mano palpitando sin dolor, soñando al menos por un instante con una vida juntos pero que nunca llegó a  ser porque abortaron el brote de lo que pudo ser por pura cobardía y miedo a enamorarse.

Cómo se les dice a dos que al mirarse a los ojos aún se reconocen, no han dejado de sentir cariño y respeto, pero aún así se evitan, porque saben que rascando un poco la superficie de la gentileza bien educada aún hay palabras no dichas guardadas, ciertos reproches que rasgarían la tela con que ambos intentan cubrir lo maduro que han sido en superar cada uno por su lado el mal trago en que se tornó lo que pudo haber sido la más linda relación experimentada.

Cómo se les puede etiquetar a un par de bichos atemporales, medios inadaptados cronológicamente que al conocerse se fueron de apoco descubriendo parecidos, semejantes,  casi como reflejos en el agua, como versiones extremas de sí mismos pero alternados, siendo tan complejos, mañosos y complementarios.

Cuál es la taxonomía, la denominación, el rotulado, el nombre para designar a un par que aunque no lo reconozcan aún no se pueden olvidar, aún se miran con verdad cuando se ven, y pueden decirse libremente lo que piensan pero que se frenan a tope para no decir lo que sienten por considerar fuera de lugar seguir hablando sobre sentimientos. 

¿Está todo perdido?

Donde hay vida hay esperanza, o eso dicen, pero en casos así, no basta la esperanza cuando falta esa pieza que reconstruya el puente cortado, las naves quemadas. 

A veces es mejor no volver la vista atrás y simplemente continuar caminando hacia delante, disfrutar el paisaje porque la vida es el viaje y no el llegar.

Pero ¿por qué sigo pensando en un deseo no cumplido, será obsesión, acaso capricho de mi ego? 
¿Por qué sabiendo que lo más sano para todos es soltar no soy capaz de dejar ir su recuerdo?

Lo único que sé es que la etiqueta de amigos no nos queda, no nos buscamos  para darnos apoyo, orientación, consuelo ni consejo ni siquiera para saludarnos de vez en cuando. 
La distancia emocional y física es casi insalvable, el silencio se rompe en puntuales ocasiones sólo para datos casi profesionales, temas impersonales y generalidades varias.  
La frialdad racional es máxima manteniendo la civilidad diplomática, pero nada más.
Pero el recuerdo está ahí, aún vivo, vigente y vibrando en el aire ligero como el tañido de un metal en una copa de cristal.
Aún puedo oír su voz y añorar su paso por mi vida. 
Sé que debo aceptar que se ha de convertir sólo en un recuerdo inanimado, plasmado como en un croquis. 
Es difícil olvidar cuando la historia se ha de terminar antes de haber comenzado. 
Y más aún sin tener una palabra para poder definir qué somos. Quizás  sólo quede ser eso, simple y llano, sólo somos.
Lo raro es que aún no sea un fuimos, pese a todo. 

sábado, 23 de junio de 2018

Ojos que no ven, corazón que no siente.

Atravesaste hacia  mi orilla de la vida como una tangente, sin fijarte en mí. 
Se me ocurrió pensar que estaba siendo testigo del resumen perfecto de una metáfora de vida, de otro modo qué sentido habría tenido que yo te viera y tú a mí no. 
Finalmente, es posible, que acabes viviendo la misma vida que no querías, que te asustó que pudieras vivir conmigo, porque considerabas que era muy desafiante, insegura, exigente, grande y ambiciosa, que de sólo pensarla te cansaba y no quisiste continuar conmigo. Es posible que tengas que afrontar lo mismo a lo que te negabas, pero sin mí a tu lado. Ojalá sepas ser feliz con la vida que logres para ti.
Y que supongo está bien, que es lo correcto. 
Cada uno tiene su propio destino trazado, asumo, y eso no se puede cambiar.
 Si somos líneas paralelas, nunca nos volveremos a cruzar.
Pero por qué tuvimos que conocernos, qué sentido pudo haber tenido?
Ojalá pudiera tener la oportunidad de reescribir la historia que fue. 
Siento que nos faltó tiempo para dibujarnos mejor, para detallarnos y comprendernos  y así acortar las distancias, estrechar más las profundidades que nos unían. 
Que somos de entablar conexiones a la médula de lo que importa, y eso no es fácil ni frecuente. Tal vez de cierta edad en adelante.
La edad, hubo un momento al comienzo en que pensé que podría ser un dilema, pero con el tiempo se me borró la frontera, me importaba más ver la mirada de tus ojos, dulce y soñadora.
No sé cuánto tiempo ha pasado, lo tenía asumido, y según yo, superado, pero se me removió todo, como si hubiera visto un fantasma de carne y huesos, intocable, inalcanzable, ensimismado dentro de tu propia burbuja, lejano y real al mismo tiempo. 
Fue como vivir dos realidades, paralelas, simultáneamente. Una, salida de mis recuerdos más dulces y la otra de la realidad más fría y desoladora. 
Si hubiera podido saltar dentro del vagón de los recuerdos que pasó por ahí, delante de mí y  detrás de ti, lo habría hecho. 
Se me vino encima una avalancha de recuerdos de ese breve  e intenso periodo de mi vida en que me sentí tan feliz. Fue una época en que sentí  tener ilusión, energía y fuerza, que ahora ya no siento tener y que no sé si podré recuperar. 
Trato de darme ánimos para continuar  después de tantas pérdidas, pero se me hace muy difícil. 
Miro para delante y no me gusta lo que veo y no siento tener fuerzas para cambiarlo. 
Ese periodo de mi vida fue un remanso de paz y de ilusiones potentes que alimentaban mis fuerzas para seguir batallando por mis sueños.
 Ahora camino por un desierto añorando volver a ese oasis de tranquilidad que llegué a sentir mientras quisiste estar junto a mí. 
Y sé que no volverás a estar por mí en mi vida. Sé que no estoy en tu destino ni tú en el mío.
Creo que nunca entenderé por qué se debía terminar todo cuando los brotes de mis sentimientos por ti estaban creciendo lindos y sanos. Fue como haber abortado una criatura sana sin razón. O nunca entendí las razones. 
Aún siento la pena de haberte perdido, ...para siempre. 
Habría preferido no haberte visto, no saber que estarías por la ciudad.
Ojos que no ven, corazón que no siente.



















miércoles, 13 de enero de 2016

Corolario o Crónica de un fracaso anunciado.

Necesito escribir y echar afuera lo que por días ha estado macerándose en mi cabeza.
Es curioso cómo, cuando hago preguntas al vacío al poco tiempo me contesta de alguna manera, ya sea a través algunos artículos de espiritualidad o psicología que me aparecen al frente de mis ojos en la página de noticias del Facebook o por ahí, en algún artículo relacionado a pié de página. Del modo que sea, la mayoría de las veces tengo una respuesta a mis cuestionamientos.
Tenía dudas sobre si lo que hice fue lo correcto.
Y creo que sí, lo fue. Por el tipo de respuesta que fui recibiendo, me confirmo a mí misma que actué en consecuencia a mi dignidad, a mi respeto por mí misma, y de alguna manera también en defensa propia, pero siempre de manera coherente con lo que siento y pienso.
No sé cuántas veces he escrito sobre lo mismo, ya perdí la cuenta. También perdí la cuenta de todas las veces de sus idas y de sus regresos, pero esta vez colmó mi paciencia y mi buena voluntad. Se acabó, me cansé, ya no más... se terminó.
Ya no seré otra vez la tonta comprensiva que está como una estatua esperando por un milagro.
Mi vida no se detiene, ni soy inerte.
Ya vi el final de esta historia,  como si ya me hubiera leído este libro.
No soy tan opa como para no darme cuenta que sólo está manipulando la situación, que siempre lo hizo, desde el comienzo, fuera por diversión o porque es así y no lo puede evitar, como el escorpión de la fábula.
Como sea, he visto el futuro entre líneas, no es tan difícil de adivinar tampoco y no necesito ser pitonisa para ver en qué acabará todo esto si alguna vez se llegara a dar algo más concreto y real. Y la verdad no me interesa vivir la experiencia para comprobar que no me equivoqué al mensurar las probabilidades y opciones.
No me interesa probar que tengo razón, aunque sé que la tengo. Me hubiera gustado equivocarme, pero esta vez si en algo puedo tener una certeza, es en esto, en que no me equivoco al pensar que es la crónica de un fracaso anunciado.
Y es una lástima.
Nunca había conocido a alguien con quien pudiera tener tantas cosas en común y a la vez ser tan diferentes. Fue como si lo hubiese conocido de toda la vida, por eso dolió tanto sentir cómo pude haberme equivocado tan rotundamente al sentir que podía ser la otra mitad de mi alma errabunda  que por fin había encontrado, y no lo era, en absoluto. Fue sólo un falso positivo.
Cuando pensé, y no recuerdo si alguna vez lo escribí, pero sí lo pensé, eso lo recuerdo muy bien, cuando pensé en que él era como un precipicio, o la orilla de un abismo, si te paras al borde, el vértigo te seduce a lanzarte de cabeza, pero al mismo tiempo sabes que eso sería tu muerte.
Con este ser humano me pasó lo mismo, tuve esa misma sensación de vértigo.
Me atraía pero al mismo tiempo todas las luces de alerta de peligro se encendían en mi cabeza. Y al final acabó ganando mi sentido común, mi zona de confort, me pesó más la seguridad y estabilidad que tengo en mi vida estando sola en vez de correr el riesgo de una mala compañía como se ve venir en las remadas  por el río de la vida junto a él.
Yo no sirvo para vivir aventuras que nadie sabe dónde puedan acabar, o sí, muerta en alguna zanja por ahí. La verdad, no me interesa. Tengo otros planes para mí, una vida mucho más plena y feliz.
A mí, dame un itinerario de viaje, con bastante dinero en el bolsillo o una cuenta abierta para gastos, y recorro el mundo fascinada de la vida, sabiendo a qué ciudad y hotel tengo que llegar, qué día y a qué hora, y disfruto despreocupadamente del paisaje, saco miles de fotos y llevo una bitácora al día, converso  con otros pasajeros y turistas, pero no me salgo de mi recorrido, no me interesa tocar la vida sin guantes. Lo siento, habrá gente que le guste embarrarse y vivir la vida montando al pelo, pero a mí no, a mí me ajustan bien la silla y los estribos por favor si quieren que cabalgue.
Que soy una tiquismiquis  ??? ( Me encanta esa palabra, la aprendí el año pasado pero no había tenido ocasión de usarla hasta ahora, jejeje.)
Sí, lo soy, y a mucha honra, no me avergüenzo de reconocerlo. Me gustan las cosas organizadas y bien hechas, pulcras.
Aunque cuando estoy en familia, o al menos en confianza, tiendo a correr algunos riesgos y lanzarme un poco a la aventura pero dentro de un ambiente controlado, lo que no cuenta como riesgo porque no hay verdadero riesgo, en rigor, lo sé.
Cuando viajamos en familia, lo que menos tengo es ser tonta grave, por lo general tengo más bien un espíritu práctico, bastante adaptable aunque algo exigente pero adaptable al fin y al cabo, pero eso sí, siempre llevamos un mapa rutero.
Porque una cosa es no ser tonta grave y otra bien distinta es ser cretina.
No sé si sería capaz de fabricar una brújula si fuese necesario. Si es de día y no está nublado supongo que con mirar al sol serviría de suficiente orientación.
Entonces, conociéndome como me conozco sé que no funcionaría.
Su impuntualidad, su irresponsabilidad e inestabilidad emocional, su sí un día y a lo mismo no, mañana, su falta de compromiso, lealtad, fidelidad y delicadeza,  su majadería permanente de repetir una y otra vez las mismas acciones que sabe que no me gustan, su falta de criterio y amor propio, su falta de respeto a sí mismo, su falta de cuidado y cariño a sí mismo, y su baja autoestima, simplemente me hacen pensar  que cuando me busca o buscaba no lo hace por mí, sino que por él. Porque conmigo se siente o sentía bien consigo mismo y porque sabe o sabía  que mi puerta es o era la que ofrece menos resistencia, que le bastaba con tocar una vez y yo le abría enseguida, lo que no quiere decir que le dejara entrar de inmediato. Antes tenía que hacer penitencia, al menos dar una explicación razonable.
Cuando conseguía que yo le hiciera pasar y ya estaba sentado en el sofá, todo parecía perfecto, la conversación volvía a ser  fluida y amena, pero cuando la cosa de apoco iba avanzando y ya todo pintaba como para ir pasando  a la mesa del comedor, ya comenzaba con sus requiebros y excusas, hasta que simplemente llegaba un día en que ya  no estaba más, como si se lo tragara la tierra.
Su gran excusa de ese entonces fue  - que le duele quererme tanto y no poder tenerme, por eso tiene que tomar distancia, la menos hasta que se le pase un poco. -
Podrás creerle semejante excusa?
Pues la primera vez que se la oí, se la creí, sonaba convincente así tal como me la dijo, en el tono con que me la dijo me sonó hasta comprensible.
Pero con el silencio y la distancia que implantó unilateralmente, tuve tiempo para darle vueltas y  comencé a analizar el sentido intrínseco de  esas palabras y llegué a la conclusión  de que es la Frase de frases, es una frase perfecta para quedar en paz con Dios y con el diablo sin mojarse, ni tan adentro que se queme ni tan afuera que se enfríe. Por donde la mires, es perfecta, redondita, sin aristas, poros, ni grietas, no tienes por dónde entrarle y desbaratarla desde adentro. Sólo puedes mandar a la mierda a quien te la diga sin remilgos, porque es un sofisma por donde se le mire, y no se trata de que cada uno "gestiona sus sentimientos" como pueda. No. Simplemente se trata de un cobarde y manipulador laureado con un magna cum laude.   Porque cuando quieres a alguien, lo que más quieres es poder estar con esa persona tan querida o amada para ti, aunque haya una distancia física de momento insalvable de por medio pero te conformas con verla, necesitas verla, ojalá a diario, y si no se puede, al menos saber que está ahí por ti, y que tú estás ahí por y para ella, a través de algún mensaje, algo que te indique que estuvo ahí por ti en algún momento del día, aunque no pudieran verse, pero ahí quedó una huella, una señal, tú ya con eso eres feliz .
Sientes que sin esa persona hasta te cuesta respirar, quieres contarle todo de ti, de tu día, de tu vida entera, y que ella te cuente todo sobre ella, quisieras saberlo todo, porque tu mayor anhelo es conocerla, saberlo todo, o bueno, no todo, lo indispensable al menos, como sus gustos, sus sueños, anhelos, lo que quiere de la vida, etc, todo. Para poder entenderla, comprenderla y apoyarla en lo que puedas. Quisieras ser parte de su vida como esa persona ya lo es de la tuya. Quisieras que te dejara compartir lo bueno y lo malo de la vida. Si se siente mal, quieres que se sienta bien y hacer por ella lo que puedas para sacarle al menos una sonrisa si sabes que se siente triste. Si está enferma, quisieras aliviarle sus malestares. En fin. Querer es cuidar. Amar es también querer estar pendiente y presente de la persona que te hace sentir que si te aparta de su vida, todo pierde sentido.
Cuando sientes todo eso por  otra persona, es porque la quieres, pero no por ti, sino por ella, porque sólo quieres que esté bien y tenga todo lo mejor de la vida, que no sufra y menos por tu causa. En fin.
Y si sientes todo eso, podrías considerar la idea de alejarte voluntariamente para tomarte un tiempo fuera, sin avisarle, sin considerar lo que tu ausencia inesperada le pueda hacer sentir o pensar?
Si lo haces, entonces con tu codo has borrado todo lo que has escrito con tu mano y has terminado por echar a la basura todo ese maravilloso tiempo que pudieron haber compartido juntos.  Y el silencio simplemente acaba confirmando elocuentemente la gran mentira que fue todo, porque si de verdad esa persona te hubiera importado algo al menos, jamás habrías podido hacerle una cosa así. Porque el amor no daña, al menos no el buen amor, el sano.
El verdadero y sano amor, sólo busca hacer el bien, nunca el mal. Esta es una verdad elemental que hay que tener siempre en cuenta para saber distinguir si los sentimientos son puros y sanos o no.
Siguiendo con mi razonamiento analítico:
A esta frase perfecta y para el bronce hay que irle sumando matices como su personalidad, su historia de vida y su prontuario amoroso, para ir contextualizando  y descifrar así su real y verdadero significado.
Lo que puedo resumir aquí de la traducción que pude hacer fue que en el fondo él cree que yo soy una especie de Yo-yo. Recuerdan aquel viejo juguete infantil, era una especie de la ruedecita de colores con un cordón atado en un extremo a la rueda y el otro a un dedo de una mano, con el  que se hacía subir y bajar la ruedita a voluntad, para delante y para atrás, habían algunos que hacían figuritas en el aire, pero esos eran ya los más expertos del juego al  Yo-yo. Pues este sujeto era de esos, de los expertos, y su Yo-yo preferido era yo, porque le resultaba ser la más simple para él manipularme a su antojo.
Pero eso sólo le duró hasta que la Yo-yo se dio cuenta que era  una simple Yo-yo en sus manos y se convirtió en una Yo-YO del tipo conmigo no vuelves a jugar nunca más y le corté el cordón de un sólo  suácate y sin remordimientos.
Me podía decir lo que quisiera, total era muy fácil cortarme y enviarme por el caño, bastaba con dejar de conectarse y listo. Esta vez quien se desconectó de todo fui yo.

No lo odio, pero tampoco quiero volver a saber de él otra vez en mi vida. Sólo quiero dejar lo que fue atrás, transformado en una gran lección de vida, y así poder continuar con mi vida normal, tranquila y en paz.
Ya no me interesa, simplemente perdí cualquier atisbo de cariño, cualquier brizna de amor que pudo quedar en mí por él, se acabó por secar y se voló en el viento.
Lo mismo que si quedaba alguna brasa encendida entre medio de las cenizas de lo que fue lo nuestro, acabó por extinguirse del todo.
Faltó agua, aire, sol, calor, atención, tiempo, dedicación, respeto, confianza,  comunicación, interés, cuidado. Faltó todo.
Fue como tratar de revivir un amor a costa de recuerdos añejos con oxigeno de segunda mano, con aire respirado. Imposible, verdad? Nadie puede revivir ni recrear un amor sólo a partir de memorias y sumergida en un profundo silencio más parecido al desprecio, sin tener de parte del otro lado al menos una palabra que reafirmara la esperanza o la ilusión, algo que sirviera de indicación de que se iba por el camino correcto, alguna señal para saber que no te estabas equivocando, que no estabas tomando una mala decisión de la que te pudieras arrepentir más tarde o  por el resto de tu vida.
Fue un triste periodo con una fuerte sensación de pérdida inútil de tiempo, fuerza y energía. Me sentía ridícula, al borde del patetismo. Y yo no soy así, no necesito sentirme así, menos gratuítamente y por nada, mi trabajo fue casi de voluntaria de la Cruz Roja, y como tal no era mi obligación tampoco, por tanto no me merecí ese trato tan despectivo y abusivo de su parte.
No estoy desesperada. No me interesó subir al vagón de ese tren que va directo al infierno, según creo yo.
No le importaba nada de lo que yo dijese o escribiese, no respondía ni leía, y así pasaban los días y de repente cuando la luna seguramente le favorecía se dignaba a hacer alguna fantasmagórica aparición. Si no era bajo un pesado manto de depresión, lo era bajo  unas ideas muy oscuras y poco lúcidas, básicamente  era la repetición del mismo texto de siempre, sin nuevas perspectivas ni soluciones y que cada vez contenían mayores matices de sombríos pesimismos acumulados en un agobio asfixiante.
Podía sentir lo viciado de todo, el Sinsentido debe tener olor al aire viciado de un garito.
 Por mi parte sólo intentaba ayudarle dentro del poco margen que me dejaba de acción bajo sus reglas, mientras estaba sintiendo por dentro lo poca cosa que yo significaba para él.  Entre líneas me hacía sentir que yo era sólo su última opción, me decía que yo era  la "única amiga" pero no la primera en su lista, muy bien pude ser sólo la última por eso era la "única", que le quedaba y "amiga", ni siquiera fui lo que era antes para él.
Claro, las otras "amigas" no serán tan tontas y como ya lo conocen, deben saber bien de qué va y se apartan, lo dejan solo para que no les dé la lata. Quién sabe qué reputación tendrá entre las mujeres de su pueblo que ya lo conocen como es.
Cómo yo de él sólo pude saber lo que me mostró y lo demás lo concluí por deducción, caí redondita en sus redes.
Para él  soy  o fui un territorio inexplorado, signifiqué un Nuevo Mundo y  una ansiada oportunidad para comenzar de cero, pero que echó a perder, al menos conmigo. De ahí su insana obsesión por mí.
De esto no me di cuenta sino hasta ahora, durante este último silencio.
Antes de llegar a pensar todo esto, sólo  fui  la tonta ingenua corazón de abuelita que como lo veía tan mal,  no podía negarse a intentar ayudarle, verdad? Pero al tenderle la mano sentí cómo me succionaba mi propio balance emocional al dejarme a la espera interminable de algo indefinido sin saber hasta cuando y mientras tanto yo en ascuas, sin saber nada de nada porque ni siquiera se dignaba a decir "hola".
Necesitaba cortar con eso de cuajo y lo hice. 

En el transcurso de su ausencia más prolongada durante el año pasado,  se convirtió en un extraño oscuro, y retorcido que no reconocí, demasiado cruel para tolerarle.
La verdad me asustó. Fue como un especie de Fantasma de la Ópera. Un tipo muy desagradable para mi gusto.
Por último hubiera sido al estilo de Vincent de la Bella y la Bestia, pero no, su monstruo interior tuvo muy  pocos gestos  amables para mí, nada que fuese suficiente para reconquistar mi corazón.
 Y lo peor fue que a su lado o más bien en su silenciosa ausencia me seguía sintiendo  humillada y despreciada. Su silencio no sé por qué pero siempre me ha hecho sentir mal, y siento que no me lo merezco, no lo merecí. Y eso jamás lo entendió o si lo hizo no le importó porque lo siguió usando hasta que decidí darle un fin definitivo a esta agonía.

Ahora, como él ya me da lo mismo, me da igual que se quede en su mutismo frío e indiferente. Se lo regalo de vuelta si quiere, a mí ya no me importa. Ya no me afecta en lo más mínimo porque tampoco tiene cómo decir algo, tiene todos los puentes cortados y aunque quisiera no podría. Y sé que tampoco lo hará, no se atreve, además, no tiene nada que decir en su defensa, sólo admitir que jamás le importé de verdad, y que lo suyo por mí nunca fue amor, sólo una mal sana obsesión. Para qué va a insistir sobre algo así. No tiene sentido. Sería sólo una estupidez más de su parte. Y acabaría  sólo por confirmar rotundamente mi tesis sobre este corolario, aunque con su silencio es aún más categórico y contundente que mil palabras. Cualquier cosa que dijera estaría demás, sólo sobraría, los hechos hablan por sí solos.
Por otro lado tampoco me interesa lo que pueda decir, ya escuché una vez  sus amenazas manipuladoras, y sus extorsiones emocionales, recuerdo ese día, estaba en un estado demencial. No quiero tener que volver a pasar por eso, nunca más. 
Me di cuenta de hasta donde es capaz de llegar y no estoy dispuesta a volver a caer en su juego hostil y retorcido.
Se acabó.
Ya le puse fin y no me importa su silencio, ya no significa nada para mí, por tanto ya no me puede herir porque yo no lo permito, perdió todo su poder sobre mí, su encanto y su hechizo.
Lo pienso y se me ocurre pensar que con este ente ocurre al revés de los cuentos de príncipes encantados, el de príncipe que fue convertido en sapo, el que fue convertido en una bestia, y el del que fue convertido en una estatua. La historia usualmente es la misma, cuando logran que una mujer los ame realmente incluyendo su horrible apariencia entonces el encantamiento o hechizo desaparece y puede recuperar su verdadera apariencia de hombre normal, posiblemente bello físicamente también.
Eso es lo que ocurre usualmente en los cuentos infantiles, pero en la vida real, creo que ocurre exactamente al revés. Sujetos con una apariencia de humanos normales, hasta físicamente atractivos esconden a un  monstruo horripilantemente malvado que aflora cuando una mujer los ama  por su seductora apariencia.
Sólo que a este monstruo antes de saber que lo era, no lo amé por su apariencia, sino por esa parte que yo sabía era imperfecta que lo hacía tan  humano, parecido a mí, pero nunca me imaginé que podría llegar a ser tan dañino y peligroso,  incluso para sí mismo.
No sé si esto sea una norma general. Dios, espero que no lo sea.
Pero no hay que perder de vista que no todo lo que brilla es oro, y que los venenos vienen en frascos atractivos, y son venenos, cuidado, matan la mayoría de las veces o hacen mucho daño.
En cualquier caso no hay que juzgar a un libro por sus tapas, hay que leerlos, es mejor.
Y no hay caso, no se puede insistir, no tienen vuelta. Nunca nadie ni nada los va a hacer cambiar. Las chicharras mueren cantando y no hay más. Lo aceptas o seguirás perdiendo el tiempo en causas perdidas "tratando de convertir capullos en mariposas".
Entre que perdí el interés y ya no me importa perseguir causas perdidas, porque no soy mártir de ninguna causa, tampoco soy masoquista, me cansé de tanta tontería.
Por mi parte le deseo que tenga una buena vida, que la sepa vivir bien y Adiós.
-Patatín patatán, arroz con azafrán, este cuento se termina al acabar- ( esto me lo inventé yo, creo,  no recuerdo haberlo escuchado antes así tal cual)
o mejor, un final más clásico:
"Colorín colorado este cuento por fin se ha terminado".

-Razón tenía doña Juana Rosa, al decir: Y a otra cosa, mariposa.-

 

jueves, 26 de noviembre de 2015

Canciones en italiano

Por más que lo he intentado no logro recordar ni una sola palabra que me sonara verdadera y  profundamente honesta, salida como una confesión directa desde el corazón, una simple palabra que valiera por todo los malos recuerdos, que tuviera la fuerza necesaria para borrar todo la desilusión sumada a lo largo de los silencios de tanto tiempo durante 5 años, 1826 largos días matizados con horas  de sol, nubes y tormentas, dentro de esos años.
Creo que fue lo mejor acabar  definitivamente con todo.
Siempre he sido una especie de cirujana de guerra en lo que respecta a mis sentimientos, eso me ha salvado la vida más de alguna vez... si he tenido que amputar la parte insana, lo hago sin contemplaciones, drásticamente y se acaba.
Supongo que el dolor fantasma queda por un tiempo mientras me acostumbro a vivir sin la parte que me falta, pero al menos soy capaz de seguir viva y sintiendo que el resto de mí late con fuerza y ganas de seguir viviendo, y de volver a amar algún día aunque sea con muletas. Pero poquito a poco, voy dejando los aparatos de apoyo para caminar erguida con la frente en alto otra vez, como siempre había caminado por la vida.

La vida sigue y las heridas sanan, sólo es cuestión de tiempo, no volveré a quedarme pegada nunca más otra vez.
Debí haber dado por terminado este tema hace tiempo, de hecho así lo hice pero me pongo a escuchar canciones en italiano y me vuelve el vacío y la nostalgia con ganas de escribir una vez más en un  afán científico de escrutar  mis sentimientos diseccionándolos uno a uno como si así fuese posible ver dónde estuvo el error.
Nunca he sido masoquista, pero de alguna manera intuyo que mientras más vueltas y giros le dé a este tema más fuerza le resto, como si lo gastara  de tanto refregarlo contra sí mismo, lo agotara por cansancio hasta dejar ni rastro de su existencia sólo hilachas desflecadas al viento hasta que desaparezca por sí solo, desvanecido de mi vida y de mi memoria. 
Por más que intento, no recuerdo algo, algo lindo, algo que me haga sentir que ese tiempo valió de verdad la pena. Algo que no sea  procesado por la destilería de mis razonamientos resilientes, quiero poder tener  un recuerdo en bruto, original, sacado fresco de la historia  y no hay algo por sí mismo que me resulte una especie de reliquia que quisiera guardar de todo ese tiempo vivido.
No tengo ni siquiera el recuerdo de una palabra salida del alma, alguna palabra exclusivamente dicha para mí, como un regalo íntimo y precioso por lo único e irrepetible, que se pueda quedar conmigo como el recuerdo de una perla guardada en un joyero al fondo del baúl. 
Nada con lo que me pueda quedar para recordar, por eso he preferido borrar todo y simplemente entregarle mi memoria al olvido. 
Olvidarme de absolutamente todo. Reformatear de cero el corazón de mi mente y resetear la memoria de mi corazón, pero no puedo evitar haber desarrollado ya anticuerpos hacia ese tipo de relación hecha de algodones de colores y aire.  El amor real es color cemento y ladrillo, no candy  rosa.
Me ha robado el derecho a tener la inocente e ingenua ilusión de que el  amor  correspondido es posible sin dolor. Él me demostró  que un amor de ensueño como el de mis  fantasías  jamás podría funcionar en la realidad, al menos no con él.  
Ésa es mi gran esperanza, encontrar a alguien con que sí pueda funcionar.
Quiero creer que no es la máquina de mis sueños felices la fallida, sólo fue una pieza que no encajaba bien y que reemplazándola, todo podrá marchar estupendamente, como un reloj suizo.
Volver a creer que el amor es posible de la manera como siempre he soñado, no es tan fácil. 
Supongo que siempre estarán ahí las canciones en italiano.
Pero también he descubierto que es mejor vivir sin expectativas, vivir así requiere valentía y fortaleza, nunca sabes qué te puede traer el río de la vida hasta tus pies. 
Confío en mi buen Dios para que sea lo que sea, sea siempre por y para mi bien. 

viernes, 30 de octubre de 2015

Lo que aprendí gracias a ti.



Dedicado a JB

¿Qué he aprendido de ti?

  
Lo que he aprendido es no esperar nada en especial por temor a desilusionarme una vez más. Sin expectativas es mejor, ya aprendí que los olmos no dan peras.


He aprendido a soñarme en solitario sin temor a la soledad de la vejez.


He aprendido a tragarme el orgullo pero no he tranzado en mi dignidad.


He aprendido a ser resiliente, a sacar de todo lo malo algo bueno y salir fortalecida de mis penas.  


He aprendido a transformar el tiempo de derrotas en mis pequeñas victorias haciendo algo más para no sentir que la espera ha sido completamente en vano y en una absoluta perdida de mi propio oro.


He aprendido  a defenderme pero aún no logro evitar salir lastimada.


He aprendido a no creer sin pruebas, a no dejarme llevar por las fantasías que a menudo son cuchillos de doble filo, pero a pesar del riesgo, me niego a dejar de soñar.


He aprendido a sacar a mi corazón del ruedo, a curar heridas sin poner yo la sangre ni la piel.


He aprendido a dejar que tu libre albedrío escoja pero también a sentirme libre de partir si no me siento bien ni cómoda.


He aprendido el valor de ser como soy, sin ser especial, soy una rara pieza de museo,  no cualquiera tiene ojos para verme ni está calificado para tocarme.  


He aprendido a distinguir la diferencia entre sentirse sólo querida pero jamás amada.Y no me conformo con sólo afecto o cariño, lo que yo quiero es amor.


He aprendido que llorar hace bien, que ayuda a liberar la pena porque aunque canse  y me haga doler la cabeza más tarde, nunca es mejor guardarse el llanto.


He aprendido a decir palabras de amor que no estaban en mi vocabulario habitual, sin miedo al ridículo ni a sonar absurda o demasiado cliché.


He aprendido a conectar más conmigo misma, a escucharme más, a sentirme más mujer, a reencantarme conmigo misma.


He aprendido que aunque llegue a vieja sin que alguien alguna vez me ame de verdad, habrá valido la pena haber vivido porque lo que realmente habrá importado es lo que yo haya hecho con mi vida, y no si los demás me han querido o no.


He aprendido a dejar que las cosas fluyan sin forzarlas. Dejar a que el agua corra bajo el puente mientras veo pasar los cadáveres flotando de mis no amigos.


He aprendido que no se puede ser en el amor una Florence Nightingale sin salir tocada y muchas veces hundida en el intento,  a apesar de sólo ofrecer buenos propósitos voluntariamente.


He aprendido a renuncia cuando lo que implica seguir, no traería nada mejor en mi vida.


He aprendido a pedir perdón cuando me equivoco o soy injusta.


He aprendido a no seguir dándole importancia a las cosas, situaciones o personas que verdaderamente no la tienen.


He aprendido a no generalizar, a pensar que no todos los hombres tienen que ser igual de básicos o brutos. 


He aprendido a que en el viñedo tendrá que haber para todos los gustos, sólo que yo aún no encuentro uno a mi propio gusto.


He aprendido a dejar pasar más tiempo antes de sacar mi corazón del pecho para entregarlo sobre bandeja de plata. Ya viene remendado, pero he procurado no dejarle bolsillos ni dobleces.


He aprendido a desarrollar la paciencia sin embargo no pierdo de vista que todo tiene un límite, y que hay una delgada y sutil  línea entre ser buena y tonta.


He aprendido a ser más mujer, a ser más consciente de mis propios sentimientos, a saber mejor lo que quiero y a expresarlo sin temor.

Es curioso que un hombre me enseñara a ser más mujer de lo que mentalmente me aceptaba ser.


He aprendido a que no soy inmune ni al dolor ni al sufrimiento, que soy sensible pero que también soy fuerte y no temo a volver a enamorarme, y en el fondo eso es ser valiente y me siento orgullosa de mí misma por no ser cobarde y atreverme a decir lo que siento y lo que pienso.


He aprendido a aceptar sin avergonzarme que necesito sentirme segura y que necesito confiar, que los saltos de fe conmigo no van y no me siento más débil por admitirlo.


He aprendido a distinguir cuando una relación pasa de sana a tóxica.


He aprendido que no tengo que demostrarle nada a nadie, que soy como soy y si puedo ser mejor, que bien, pero no voy a retroceder ni esperaré por alguien que nunca va a venir.


He aprendido a ser yo misma y a sentirme cómoda por el modo en que he llegado a ser, he requerido de tiempo, de mucho tiempo, de algunos  litros de buenas lágrimas, que se me rompiera el corazón un par de veces en mil pedacitos, pero aquí estoy, entera, con algunos parches y cicatrices, pero esta nueva yo me gusta más que la pava incauta de antes, tengo el corazón hecho de mosaicos originales.


He aprendido que mi composición genética es única, que mi historia personal es irrepetible, que nadie más en el mundo es ni será, ni ha sido, como yo. Quizás parecida, tendrá un tipo, algunos rasgos en común, pero como yo no hay nadie más en este mundo. Y así con todos y cada uno de los seres sobre este planeta, esa es la magia de estar vivos y de vivir la vida. 



He aprendido más de mí en unos pocos meses que en toda mi vida gracias a ti.

Gracias a ti, me encontré a mí misma.

Gracias por no estar conmigo.




 30.10.2015.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Relaciones de amor a distancia. Sin ánimos de cátedra.

Me hubiera gustado haber sido una activista de Greenpeace pero ya no lo fui y ahora tampoco lo sería sin embargo sigo  sintiéndome pro medio ambiente aunque sólo sea desde la comodidad de mi escritorio. 
Y hoy quiero hacer una contribución al planeta evitando que se talen más árboles de la cuenta para fabricar pañuelos desechables que ya no serán necesarios de usar o al menos eso pretendo conseguir al compartir estas reflexiones personales con el mundo exterior.

Mi aporte  de hoy luego de tanto tiempo fuera de estas pistas. Confieso que extrañaba pasarme por aquí y escribir algo pero sentía que no tenía nada interesante que contar, comentar o aportar.
Pero ya me siento mejor  y de alguna manera me siento autorizada para  tratar este tema con el que espero ayudar a evitar cometer errores que cuesten muchas lágrimas, pena y dolor a las personas que estén en relaciones amorosas a distancia. De ahí que también haga mi contribución a la conservación del medio ambiente.
En cualquier relación de pareja hay ciertas cosas que son comunes y transversales pese a las diferencias culturales, etárias, raciales, o sociales que puedan existir en los diversos tipos de parejas que se puedan llegar a formar.
 Hoy por hoy sería demasiado miope pensar que las parejas sólo se pueden dar entre un hombre y una mujer, tal  como está la jungla allá afuera se puede esperar cualquier combinación. 
Independiente de lo que yo piense, que eso daría para otro post, las cosas son así y es sobre la realidad existente que me interesa basar mi aporte el día de hoy.
No es que sea demasiado experta en relaciones amorosas a distancia,  no he tenido una gran cantidad de relaciones en mi vida como para dictar cátedra pero con un par que he tenido y que  sumadas me han consumido 5 años de mi vida, creo que esas experiencias, fallidas debo admitir, me otorgan cierta majadera credibilidad para saber de qué estoy hablando al fin y al cabo.
Yo no pretendo escribir aquí  un manual ni un protocolo de comportamiento, tampoco un tratado de sociología moderna sobre relaciones interpersonales, menos un artículo de psicología emocional. Simplemente quiero compartir unos pensamientos propios sobre algunas observaciones que  he podido constatar a lo largo de estos 5 años. 

También debo confesar que este es un modo práctico y útil que encontré para validar mi tiempo o como se dice en Economía, de rentabilizar mis pérdidas, y no seguir sintiendo que fue una pérdida de tiempo total. Aunque es una manera también de ir completando mi propio proceso de sanación, sin ánimo de lucro, ejjejeje.
En fin. 

 A estas alturas ya no es ningún misterio que las relaciones  en vivo y en directo son distintas a las que son en 2D vía..., sea como se llame el programa utilizado como soporte  para mantener las video conferencias, y por lo tanto cada una de estos dos grandes tipos de relaciones   poseen intrinsecamente cierta clase de reglas tácitas  o normas no escritas por las que se rigen individualmente y que bien vale la pena conocer y respetar, pues en su debido cumplimiento radicaría el éxito o fracaso de dicha relación. 
Todo esto que expresaré aquí es más bien de naturaleza intuitiva, de sentido común, y también fruto de la experiencia propia. No son dogmas, ni son pasos infalibles tipo consejos de libro de auto-ayuda. Al menos yo aún no he visto un libro donde se describan sistemáticamente los pasos a seguir sobre este tipo de asuntos. Aunque no sería mala idea formatear un borrador de un manual universal para relaciones a distancia. Ahí si que ahorraríamos pañuelos desechables, con un protocolo bien definido. Aunque le diéramos tres patadas en el trasero al romance. Qué vale más el romance o los árboles? 
Vale, no me disperso más, voy al punto que es lo que interesa.

Por todos ya es sabido que al comunicarse por chat, sin mirarse a la cara, sólo escribiendo se pierde mucho de la riqueza de la comunicación no verbal, por pantalla eso mejora un poco, pero nunca será lo mismo como estar presencialmente en vivo, frente a frente a la otra persona. Por video no hay olores, texturas, contacto físico, nada que resulte cercano y que acabe por complementar y completar la experiencia de estar con alguien, para bien o para mal.  Lo mismo ocurre cuando sólo se puede oír la voz de la otra persona, se pierde la gestualidad aunque queden las inflexiones de la voz que pueden servir para inferir ciertos "metadatos" de la personalidad o del estado de ánimo del individuo en cuestión. Cuando la relación va por escrito, al ortografía es comparable al tono de la voz, indica bastante del status de la persona. Hay quienes bromeando han llegado a afirmar que las faltas ortográficas equivalen a la halitosis en al vida real.
Pero en fin, lo que me interesa es otra cosa.
De las relaciones a distancia por video conferencia ocurre algo paradójico. Si lo pensamos bien es algo bastante curioso. Estás lejos pero nunca más cerca al mismo tiempo, quizás sea por la disposición en la que por lo general te sientas ante  la pantalla, de frente, con atención casi absoluta a la  persona que tienes del otro lado de la cámara, con tiempo para mirarla a la cara, ver la expresión de sus ojos y de su rostro cuando te habla o la manera que tiene de escucharte a la vez que seguro también te está analizando. Su manera de sonreír, de hablar, de mover los labios, como mueve sus ojos, y mil detalles, sus pequeños tics o manías, lo observas todo y sin que resulte incómodo porque no tienes nada más que mirar. Es raro, pero se da de manera natural y consentida que así sea.  
Esa dedicación casi exclusiva aunque no sea por tiempos muy prolongados, pudiendo llegar a ser sesiones de  2 a 3 horas diarias o tal vez menos, pero en calidad ese tiempo vale por horas de convivencia juntos en la vida real. Y de lo que se conversa puede pasar de lo más insignificante y superficial a confesarle cosas que ni ante  ti mism@  te habías  atrevido a reconocer, cosas intimas y profundas, hasta las tonterías que hiciste durante tu día.
Días conversando así, pueden llegar a sentirse como meses y/o años, como si llevaran una vida juntos. (Esto mismo, tal vez explicaría por qué en poco tiempo cronológico se puede llegar a tomar decisiones importantes.)  
Y en poco tiempo lineal, se llega a lograr una unión, una conexión mental extraña, estás todo el día conectad@ como por un wifi mental que te hace sentir acompañad@ en el alma y lo único que quieres es que llegue pronto la hora acordada para verse. Quisieras poder compartirle todo lo que haces, sacas fotos a las cosas ricas que cocinas para que vea que eres capaz de hacer cosas ricas. Andas como entusiasta y con energía para hacer las cosas que hace tiempo tenías pendiente de hacer y las haces, sólo para tener algo que contarle.
Cuando sales de paseo fotografías absolutamente todo a tu alrededor para que no se pierda nada de lo que ves porque quisieras que pudiera ver todo aquello que tú ves, como un modo de hacerle partícipe de tu vida, si pudieras sacarte los ojos y el cerebro para pasárselos para que pudiera experimentar la vida que tú viviste durante ese paseo, lo harías.
A menudo sientes que ya no habitas tu espacio del mismo modo como solías, si él o ella es de otra ciudad o país, sientes como si tu alma estuviera a caballo de dos realidades simultáneamente. Estás pendiente de lo que pasa allá, la información te entra como por osmosis, ni la buscas simplemente aparece sola, todo parece que te habla de ese lugar donde él o ella se encuentra. Temes por su bienestar, más que por el tuyo. Te sientes vulnerable, sabes que tu talón de Aquiles es ella o él, temes por todo lo que pueda ocurrir pero no por ti, sino por él o ella. 
Estás tan imbuid@ en su mundo, que se te queda su modo de hablar, sientes su voz con su acento en tus oídos incluso después de haber apagado todo para ir a dormir con la última de sus sonrisas en tu mente. Sientes que todo sobre él o ella te  encanta. Es todo un mundo nuevo de posibilidades que se abre a tus pies y vuelves a sentirte como cuando estabas terminando la Universidad con todo un mundo de infinitas oportunidades a tus pies. Sientes que te invade una especie de felicidad, una mezcla de sensaciones de poder e inmortalidad, sientes como si un nuevo mundo se descorre ante tus ojos y nada parece imposible. Es una rara sensación de sentirse adolescente porque tu ilusión es como la que sentías en esa época y al mismo tiempo tu lado más racional te hace sentir insegur@ ante todo.
Y todo está en tu cabeza, las ilusiones, los castillos en el aire,  las esperanzas, hasta los temores, pero todo parece tan real que a veces da un poco de miedo, subir tan alto porque intuyes que el porrazo puede ser fatal, pero en ese momento no te importa, sigues subiendo hasta donde dé la cuerda de tus sueños. 
Nadie que te conociera supondría lo tont@ que te puedes llegar a  ver dándole besos a una pantalla, pero no te importa lo que piensen los demás, dejas fluir tus sentimientos y lo único que te importa es que te sientes bien y que tienes al frente a alguien que te está respondiendo los besos a través de la cámara. A qué saben esos besos? A aire, a nada, pero son los más dulces y tiernos de toda la vida, porque nacen tan genuinos, nadie los fuerza simplemente nacen del alma, de la confianza que se ha ido generando de apoco entre ambos. 
En las relaciones a distancia se forja una suerte de complicidad que se va desarrollando día a día de apoco, y que se transforma en un código propio de la pareja como en cualquier relación, eso es transversal creo yo. 
La formación de una identidad mutua con la pareja se da inevitablemente y eso hace que uno crea que está en pareja real y de verdad pese a la distancia.
Y las reglas de toda pareja se aplican también a las parejas por Internet  y que cobran el doble de importancia que dentro de una pareja normal en vivo y en directo. 
La lealtad y fidelidad son fundamentales, la honestidad y sinceridad también. Cuidar la confianza entre ambos es vital, lo más fundamental de todo diría yo.
Al prometer algo hay que  tener mucho cuidado de cumplirlo, también, porque por la red las palabras pierden peso y sólo son los hechos los que aseguran  que lo que se dice es verdad. 
Tengan cuidado con lo que prometan. No prometan nada que no se sientan capaz de cumplir. No mientan porque una mentira a la distancia, destruye cualquier relación que se pueda haber creado por más fuerte que se crea que haya sido construida. 
Las ilusiones y la realidad son igualmente frágiles por Internet, el doble de lo que pueden llegar a ser en la realidad, en vivo y en directo.
Es muy importante ser capaces de brindar seguridad a sus parejas respecto al tipo de persona que son, si dicen que harán algo que sea ese algo lo que hagan. Que haya coherencia y consistencia. 
Si quedan a una hora determinada para encontrarse por video conferencia sean puntuales. Si por alguna razón no puedan estar a la hora y día acordados avisen con anticipación, no abusen del tiempo de la otra persona. Y si no pudieron avisar antes, en cuanto puedan den una explicación aclarando la situación para evitar hacer sentir mal a su pareja. 
La clave de todo está en cuidar los detalles tratando de evitar los malos entendidos.
Es sencillo, basta con aplicar las reglas básicas de buena educación y conducta que hemos aprendido desde pequeñ@s. 

Cuando te saluden, saluda.
Cuando te hablen amablemente, responde de buena manera.
Cuando te vayas a ausentar por un breve momento, avisa.
Cuando no puedas llegar a una cita, avisa.
Al acabar una conversación, despídete. 

Recuerda que el silencio es el peor de los desprecios, eso ya lo decía Nietzsche.

Cuando todo vaya mal, date un tiempo para pensar las cosas con calma y da una explicación razonable de tu comportamiento o de tu decisión. No dejes en el aire a la otra persona, primero porque es mala educación y segundo porque se la merece y así le evitarás un dolor mayor haciéndole sentir despreciad@. 
Ser desconsiderad@ y mal educad@ en Internet es equivalente a ser mala persona. Recuerda que son los hechos los que te crucifican o te salvan, pero en la net son las palabras las que quedan para siempre.
Una de las reglas de oro que yo creo que es fundamental respetar a raja tabla para tener una relación exitosa, es decir, que logre llegar a buen puerto. Yo diría que más bien son dos.
1. Tener paciencia. No desesperarse queriéndolo todo de inmediato, porque a veces las situaciones requieren de tiempo antes que puedan ser posibles.  La desesperación o ansiedad sólo acarrean frustración y la frustración a la larga, desesperanza. La desesperanza hace que la perseverancia se amilane y en poco tiempo se acaba por renunciar a todos los lindos proyectos que ambos tenían para un  futuro juntos. 
2. Que  tu pareja sea tu prioridad siempre. Que nunca sienta que la dejas de lado por algo menos importante en tu escala de prioridades. Es decir, por cosas que no tienen verdaderamente importancia, o por situaciones que no ameritan que dejas de lado a tu pareja porque no son verdaderamente urgentes ni importantes. 
Hacerle sentir a tu pareja que es la persona más importante en la vida  para ti, es esencial  a la hora de demostrar que tus sentimientos por él o ella son verdaderos. 
Y si por alguna razón no puedes dedicarle ese lugar en tu vida, porque verdaderamente tu prioridades sean otras, déjaselo claro desde un principio. Rayar la cancha de un principio delimitando bien las reglas es lo más justo para ambos. Luego cada uno decide si está dispuesto a seguir así o no, pero al menos las normas estaban claras del comienzo. Lo demás es el libre albedrío de cada quien. 
Evidentemente hay que tratar de evitar los cambios de reglas sin previo aviso, unilateralmente. 
En esto tiempos donde las tentaciones y distracciones  están a un click de distancia es cada vez más difícil lograr conectar con alguien, con ese alguien preciso; llámese alma gemela, príncipe azul, el amor de tu vida, destino, como sea que quieras denominarle. 
Si tienes suerte y llegas a encontrar a esa otra mitad errante que te fue prometida para esta vida, lucha por no perderla. No hay nada más triste que la vida sin esperanzas de encontrar a la mitad que te pertenece y sentir que te pasarás la vida con tu alma en solitario. 
Los engaños están también a la orden del día, hay mucho engaño en Internet. 
Pero si por alguna de esas cosas de la Vida te toca la suerte de conocer a alguien especial con quien sientas una conexión especial, no sientas miedo, sólo se precavid@, tómate tu tiempo para irle conociendo de apoco y confía en tu instinto, en ese radar interno que todos tenemos desarrollado en menor o mayor grado, pero el único modo de afinarlo es usándolo y para eso se requiere un cierto nivel de valentía. Valentía pero con precaución, así no tiene nada de malo. Minimiza al máximo los riesgos. Tienes que ser inteligente también.
Pero ten en cuenta a tu sentido común, si no te da confianza, no insistas. Sal de ahí. Nunca entregues todos tus datos personales a un desconocido ni tu teléfono ni menos tu dirección. Aún menos se te vaya a ocurrir hacerte fotos comprometedoras para regalárselas  con las que te puedan extorsionar más tarde o que puedan subir quién sabe dónde. 
En resumen usa la cabeza para pensar, no te lances a la piscina sin saber qué hay en el fondo.Usa los filtros de tu criterio. Y si no  tienes  un buen criterio, uno mínimamente básico y útil, te recomiendo que no te metas a conocer gente por internet, es peligroso.

Bueno, esto es lo que por hoy puedo aportar. Tal vez en otra ocasión piense en más cosas que estén relacionadas con este tema, pero por hoy es lo que se me vino a la cabeza y creo que hasta aquí está bien. Tampoco quiero ser una latera ni artillarle los sueños a nadie. 
De corazón espero que pueda servirles de algo para evitar que usen demasiados pañuelos de papel y no se talen tantos árboles en el planeta. 

Cuídense y cuiden vuestro amor si han tenido la suerte de haberlo encontrado.