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miércoles, 19 de octubre de 2011

Duda.

Por qué tener dudas puede ser ofensivo si es lo más normal tenerlas. 
Creo que es sano tener dudas  porque  a través de las dudas se desarrolla el pensamiento, la Lógica, que ayuda a cuestionar las afirmaciones o negaciones y en el proceso a clarificar qué es sí  y qué es no, qué es de verdad y qué puede ser mentira.
No se trata de ser desconfiada sólo por desconfiar. No.
Más bien, diría yo que se trata de ejercitar el sentido común, afinar el instinto para detectar fallas en los argumentos que se contradicen y refutan así mismos porque no hay congruencia entre la que se dice con lo que se hace, o lo que ha sucedido.
Tengo mis razones, tengo mis dudas. Y estoy en mi derecho a tener todas las dudas que quiera tener porque pienso, tengo cerebro y este funciona, para bien o para mal, pero funciona y de vez en cuando, no tan seguido como preferiría,  me alerta que hay ciertas cosas que no encajan en la estructura de la Vida que llamamos VERDAD. 
Qué la duda, mata?
No. La duda espanta,  la duda salva, la duda habría salvado al gato que la curiosidad mató.

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