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domingo, 27 de julio de 2014

Mi trinchera.

En teoría esta entrada la soñé hasta con título y todo, pero cuando desperté se me borró de mi disco duro. Es lo malo de no dejar lápiz y papel a mano en el velador.
De algo iba a escribir hoy, pero no me acuerdo.
Hay tanto tema de qué hablar que puedo improvisar algo.Aunque decir esto es una falacia absoluta  porque cuando se escribe es poco el espacio que queda para  la improvisación. No es lo mismo escribir que hablar. 
Al escribir hay un pequeño margen de tiempo para pensar lo que se escribe, no hay escritura verborréica, aunque sí  compulsiva, pero ése no es mi caso.
Yo escribo por placer no porque me falle algo en la cabeza, aunque a veces pongo en duda mi cordura.
Siempre queda tiempo para releer y autocensurar algunas partes aunque corrijo mucho más que nada la ortografía y alguno que otro errorsillo gramatical que queda cuando rehago una frase y se me olvida borrar lo que iba de acompañamiento en la frase anterior o por despiste no actualizo la coordinación de los géneros ni los números de las palabras  en la frases que quedan finalmente aprobadas.
En fin, cosas técnicas de redacción.  
Y no lo digo por presumida, simplemente  es importante para que el mensaje llegue correctamente expresado y se entienda bien, es todo.
De eso parecía que era lo que se trataba lo que me soñé sobre lo que tenía que escribir hoy: del MENSAJE en la botella.
Eso era, ahora recuerdo algo, la idea central en mi sueño creo que se produjo a raíz de la conversación con un apreciado amigo con el que converso mucho sobre las cosas que están pasando y hablábamos de que la escritura es mi trinchera y que la pluma es la mejor espada.
Y que escribir en este blog además de ser un buen pizarrón para practicar la escritura e ir soltando la mano y la mente, también he ido descubriendo que  se ha ido convirtiendo en una de las cosas que más me gusta hacer en la vida.
Y como estoy aquí, y quisiera estar allá donde las papas queman y ser una corresponsal en situ de los hechos del suceso pero como eso es demasiado para mí y mis reales posibilidades no me queda más alternativa que sentarme aquí los fines de semana y escribir. 
Para librar esta batalla no tengo más  herramienta que mi cabeza y no tengo mejor arma que las palabras. 
Supongo que de este sentimiento-idea debe haber salido esa ocurrencia tan genial  de la pluma como espada. Viejo tópico de la época medieval o quizás hasta más anterior.
Yo no tengo armas pero sí tengo el don de la palabra y mi trinchera es este blog contra las injusticias del mundo; porque las injusticias no son de la vida, la vida es justa a cada cual le da lo que se gana, pero es el mundo el que está plagado de injusticias porque al mundo lo hacen algunos que no les interesan  que las cosas sean justas para todos por igual.

También estoy recordando otro punto sobre el que me soñé escribiendo hoy a propósito de la época medieval.
Trataba algo sobre cuál sería el origen del egoísmo y del mal, de cuál había sido el primer robo de cuello y corbata del mundo.
No soy antropóloga ni socióloga, lo que yo diga sobre esto son meras especulaciones pero son mis propias teorías.
Yo creo que todo se originó desde que comenzó a desarrollarse el sentido de propiedad.
Cuando se acuñó el término " propiedad privada" ahí comenzó el egoísmo del tipo: lo que es mío es mío.
Y el primer "robo de cuello y corbata", es decir de esos robos autorizados por la ley y el Estado se debió haber dado en el contexto de la primera vez que se cobraron impuestos y de ahí para delante nunca más en  la vida dejaron de haber ladrones de todo tipo de los legales y de los ilegales mucho menos glamorosos que los anteriores.
Entonces podríamos decir que el origen del mal, del tipo de mal  social que ejerce el robo, la usura, el egoísmo, porque males hay muchos y de todos los colores, pero en especial este mal,  está vinculado al sentido de la conciencia de la propiedad privada y de los impuestos. 
Es cuestión de pensar un poco.
Por qué razón se daría el primer robo de la historia cultural de la humanidad?
Si al comienzo los primeros asentamientos humanos vivían en comunidades, clanes, tribus, como les llamaran, todos juntos, compartiendo las labores y provisiones, no había razones para robar porque las necesidades de los miembros estarían cubiertas y satisfechas.
Salvo que no robasen por necesidad, sólo por gusto o placer, por avaricia o codicia, venganza o envidia, es decir por maldad.
Cuál sería el primer bien robado?
Es posible que haya sido una mujer de otro clan.
El origen del mal debió ser anterior al ser humano.
Pero qué es el mal?
Es una cuestión de óptica o realmente existe?
Yo creo que sí, que existe per sé. 
Esta parte da para largo, esto ya no me lo soñé, es parte de mi improvisación dialéctica que da para más largo y para tema de otra entrada.
 Los temas sobre los que me soñé eran esos dos sobre el mensaje que intento enviar al mundo como mensaje en  una botella y sobre los impuestos con los que nos asaltan ladrones de cuello y corbata.
Sí o no?
Supongo que en mi sueño estos temas estaban encadenados de una manera brillante porque de qué vale tener sueños con ideas para una entrada si van a ser una cuestión completamente mediocre, no?
Lo que ahora me hace pensar en que no soy tan brillante como me pensaba, jjajajajajajjaaaja. 
Da igual, las ideas está más o menos claras, al menos recuperé de mi frágil disco duro mental un par de ideas esqueletos para mi entrada de domingo.
Palabras sacan palabras y en mi caso resultó como si me hubiese ido de pesca con mosca.
Saludos, hasta el próximo fin de semana.


2 comentarios:


  1. Compartimos una misma trinchera y los mismos sueños. Te felicito, nunca aflojes con la pluma virtual.
    Abrazo

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  2. ;-) gracias, amigo mío. Yo no aflojo, si las fuerzas ocultas no me detienen, yo no aflojaré. Tú tampoco, eh! Que tus temas son de suma importancia para seguir despertando consciencias. Otro abrazo.

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