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lunes, 22 de agosto de 2011

¿¿¿¿¿¿Progreso??????

Tengo una teoría!
Ja! Una más. A lo que se llega cuando se tiene tiempo para pensar, jjejee.
En fin.
Nada realmente complicado de entender.
Viendo en un documental chileno la entrevista a un pescador  rapanui que estaba consciente que si no cuidan lo que tienen, lo van a perder, porque como generación sólo han cosechado lo que sus ancestros sembraron.
Entonces pensé, todo depende de qué es lo que se tiene, pero más que nada depende de que ese qué cobre valor e importancia para quien no esté dispuesto a perderle o sí. Pero qué hace que ese individuo le dé el valor necesario a lo que tiene para que lo cuide?
Creo que la respuesta es básica: La Educación.
La valoración es una conducta aprendida. 
Es decir.
El nativo rapanui está acostumbrado a bucear, y a practicar caza submarina haciendo amnea,  explotando así las diversas especies que al resto que no somos nativos de la isla, nos maravillan. Mucha de las especies que habitan en el fondo marino entre  los roqueríos y corales son únicos en el mundo, son especies endémicas, de belleza incomparable y la mayoría ya está en peligro de extinción. Los nativos los sobre explotan para venderlos a los restaurantes y hoteles para que estos satisfagan el apetito de los turistas con platos únicos y exóticos. Y a eso hay que añadir la pesca indiscriminada que realizan los barcos de pesca industrial que se anclan a 200 millas de la costa de la  Isla de Pascua lanzando sus espineles para practicar la pesca de arrastre que remueve las ovas del fondo, diezmando así clases completas de peces. El atún ya casi no sale como antes.










                                                                                                 Bueno, la idea es otra.
Quiero decir que para los nativos ver cada día esos pecesillos de colores y formas tan llamativos, no les produce ningún asombro, no tienen conciencia de lo importante que es para la bio-diversidad  mundial proteger los recursos naturales que tienen bajo sus aguas, porque han dispuesto de ellos desde siempre.
Recién, en menos de un par de décadas y gracias a la influencia de expertos extranjeros han tomado conciencia de toda la riqueza y belleza que poseen, y que la idea es de conservar, pero más que nada de hacer un manejo productivo sustentable en el tiempo con ayuda de toda la comunidad, para que se pueda vivir del mar pero sin agotar el recurso. 
La cuestión es que todos vivan en equilibrio, tanto especies submarinas como pedestres.
Entonces, ese viejo dicho que reza: "nadie sabe lo que tiene (o tenía) hasta que lo pierde", parece ser muy cierto.
Lo que me preocupa es que pareciera ser que la gente que está en el poder para decidir el futuro de la patria no está enterada y no tiene idea de nada, porque los proyectos para seguir contaminando y asesinando el fondo submarino en las costas de Chile se siguen firmando uno tras otro como hornadas.

Isla Riesco,  región de Magallanes, Chile.
Pasó con la aprobación para la explotación de carbón de baja ley y rico en mercurio del carbón en los yacimientos de Isla Riesco que pondrán en grave peligro toda la actividad agro ganadera y turística de la zona y nada más porque el Estado ha comprometido recursos energéticos a las transnacionales a las que les ha vendido los derechos de explotación y extracción de los recursos mineros que tiene Chile en la Cordillera de los Andes en el norte a cambio de unas migajas de impuestos en comparación a las grandes ganancias que estas mega mineras obtienen a costa de empobrecer los yacimientos nacionales. Pues el gran consumo de energía del país se lo llevan estos enormes mounstruos, y para ellos es necesaria la instalación de centrales termoeléctricas a orillas del mar, y el costo de la contaminación se lo llevan todo el resto de los ciudadanos que no tienen ni arte ni parte de las decisiones tomadas a kilómetros de distancia de los lugares que son contaminados irremediablemente.
Las altas concentraciones de metales pesados en las aguas del mar hacen que desaparezca toda la vida submarina, y cualquier especie que logre sobrevivir, se hace mortalmente venenosa e imposible de consumir.
Playas completas, con arenas blancas y aguas cristalinas han sido completamente contaminadas por la instalación en sus cercanías de una termoeléctrica.


Punta de Choros, IV región, Chile.







El mismo presidente Piñera se opuso a uno de estos proyectos, el de Punta Choros donde llega la única especie chilena de  tortugas marinas a desovar, y es frecuente ver delfines, pero finalmente se aprobó igual.
La belleza y paz que se respira en este paraje pareciera no tener ninguna relevancia  a la hora de privilegiar los intereses económicos.
Es decir, no hay nadie con el suficiente poder ni cojones para detener a estos macrófagos de la vida sana y natural,  en aras del progreso!!!



Punta de Choros, IV región, Chile.



De qué progreso me hablan, por favor. 
Del progreso a la debacle, debe ser entonces, de otro modo me resulta difícil de comprender. 
Pro- greso:  entendido como movimiento hacia delante, pero cuidado, adelante también puede haber sólo un precipicio y ese progreso sólo nos llevaría a la ruina.




De este progreso estamos hablando?
Si los que están en la privilegiada posición de tomar las decisiones para sembrar el futuro de Chile, tuviesen en cuenta que nada de sus principios neo liberales tienen en realidad sentido para lo que está por venir, mandarían a la cresta a las mineras transnacionales, a las termoeléctricas, a los especuladores financieros, y a toda entidad o individuo que pretenda pasarse de listo hipotecando el futuro de Chile y de sus habitantes. El bien común debería prevalecer por cualquier interés particular.
Cablear desde Aysén hasta Santiago, para sacar la energía eléctrica que generaría la represa del proyecto HidroAysén, transformaría para siempre el paisaje virgen de la Patagonía chilena que se vende como su principal atractivo en los folletos turístico del maravilloso y agreste sur de Chile en el extranjero.
Sin contar la contaminación que acarrearía el supuesto PROGRESO a la región.
No todo lo que brilla es oro. Lástima que no lo entiendan así. Pobres idiotas, que tengan que vivir las desgracias para que recién se den cuenta de lo equivocados que estaban, cuando ya es demasiado tarde para arrepentirse, cuando el daño ya está hecho y no hay modo de remediarlo.
Lo triste es que hay gente que hace su trabajo como corresponde, los informes de impacto ambiental, ninguno arrojó que fuese aconsejable llevar a cabo tales proyectos, sin embargo los informes que posibilitaron la aprobación desde el gobierno central, iban firmados por alguien más, un superior directo en cargo político, y el pobre que escribió el informe original, a menudo con título profesional o técnico en el tema, acabó siendo sumariado y removido de su cargo.
Ese es el tipo de cosas que enferman, que dan impotencia, que CANSAN!!!!
Cosas así hacen que la gente salga a la calle a protestar por una Patagonia chilena libre de represas. Y recalco "Patagonia chilena" porque la Patagonia argentina ya cuenta a lo menos con unas tres represas hidroeléctricas.


Torres de Paine. Puerto Natales, Chile.
De regreso a mi teoría, reparo en un detalle que no había contemplado en un inicio.
Pareciera haber una diferencia en la calidad de la educación de los continentales con respecto de los isleños, que se evidencia en su modo de pensar y de actuar.
Los isleños esperan que del continente les impongan leyes y restricciones de explotación de sus propios recursos naturales, porque para ellos la autoregulación pareciera ser imposible de llevar a cabo y respetar. 
Qué se podría esperar de una raza que provocaron una de las más grandes alteraciones al medio ambiente de su propio hábitat cuando talaron todos los árboles de la isla para erigir sus famosos moais, luego de eso la tierra se erosionó y hubo una hambruna terrible, se dice que los nativos practicaron la antropofagia por un tiempo. 
Por el sólo hecho de ser  una raza nativa no los convierte per se en  héroes ecologistas defensores de la tierra, ni más conectados a la naturaleza. Ellos mismos no la respetan, se rinden ante el turista chileno y aún así se atreven a despreciarlo.
Cuando pierdan lo que tienen, se darán cuenta de lo equivocados que han estado.
Más vale que eduquen a sus hijos en los principios del cuidado a sus patrimonio, si quieren sobrevivir como especie, también. 
Quizás haya fallas en la educación que reciben. Debieran tener las mismas oportunidades que tiene cualquier otro chileno. El sacrificio que les supone educarse en el continente, por obligación, no justifica que no surja de ellos mismos las autoregulaciones necesarias para preservar el frágil medio ambiente en que subsiste la bio-diversidad de la isla. Sus aguas transparentes no suponen una ventaja, por el contrario demasiada luz significa pocos nutrientes de fitoplancton en las aguas lo que las hace pobre en alimentos para la subsistencia de las especies que ahí habitan y eso sin contar que la transparencia de las aguas además facilita la visibilidad de los buzos coleccionistas de peces y pescadores artesanales.
Es muy bonito el entorno de la Isla, pero hay que cuidarla. De eso deben adquirir conciencia. 
En cambio, el chileno continental está transformándose en un ser activo, que quiere que su voz sea escuchada y considerada a la hora de tomar decisiones en nombre del PROGRESO del país.
El concepto PAÍS es mucho más amplio, no sólo se remite al trozo de territorio que ocupa entre límites geográficos, también se refiere a la gente que lo habita. El PAÍS somos todos, incluidos los chilenos que aún no han nacido, y los hijos de los hijos de los aún son un proyecto de vida de los que aún no tienen hijos.


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