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sábado, 18 de octubre de 2014

El Sentido de la Vida.

El otro día leyendo un artículo sobre una vieja entrevista a Humberto Maturana, un biólogo y pensador chilensis; reflotada del pasado por su completa vigencia aún sobre la misma cuestión que sigue sin ser resuelta: la búsqueda del sentido de la vida.

Artículo que pueden revisar acá si les place, está interesante. 
Lo mismo aplica para cualquier parte del mundo aunque sólo se refiera a los acontecimientos ocurridos en el 2006 en Chile a propósito de la "marcha de los pingüínos" cuando salieron a la calle a protestar en contra de la LOCE ( Ley Orgánica Constitucional de Educación) heredada de la época de dictadura que concebía el sistema educacional como un bien  más de consumo.
Hoy por hoy aún  se discute sobre el Lucro en la Educación y la Educación gratuita y de calidad adportas de una nueva reforma educacional. 

http://www.elciudadano.cl/2008/06/04/1756/humberto-maturana-%E2%80%9
Clos-jovenes-buscan-darle-sentido-a-sus-vidas%E2%80%9D/


Bueno, esto es harina de otro costal, y  sólo es  el marco teórico de mi inspiración. Lo que me preocupa a mí es otra cosa.

Hoy, aquí,  me ocupa este tema de la " búsqueda del sentido de la vida".
Qué es eso realmente?
La vida tiene que tener un sentido por sí misma?
La vida sin sentido es posible?
Para que la vida sea vida, debe tener un sentido?
Un sentido o varios?
Sentido o Propósito, es lo mismo?
("Sentido" leído como: "Razón de ser o finalidad. "
Y
"Propósito" entendido como : "Objetivo, fin o aspiración que se desea lograr.
Pues existen múltiples acepciones con distintos significados, por eso es importante acotar a qué quiero referirme exactamente.)

Puestos así ambos conceptos parecieran no ser lo mismo ciertamente.
 Un propósito puede tener un sentido y un sentido puede tener un propósito, por tanto no son sinónimos.

Creo que he llegado a cierto punto de mi vida donde los sentidos tienen que tener un propósito para que todo tenga sentido, para que mi vida entera tenga un sentido más allá de mí simple "ego-ísmo".
Pero no un propósito interesado por conseguir algo a cambio, un algo tangible, no, no  me refiero a eso.
Si no más bien a un "propósito" como "significado" que me lleve a entender la finalidad de las cosas que ocurren, para así poder entender la Vida. 
O acaso eso es ambicionar demasiado? 
Entender la vida es demasiado osado?
Demasiado para una mente humana que vista desde arriba no podría ser más grande de lo que para nosotros podría ser una hormiga?
Acaso San Agustín tendrá razón? Podría caber todo un mar dentro de un pequeño cuenco sopero?
 Si mi cabeza es como ese cuenco y las razones de esa vida son como el mar, si bien no cabrían todas tal como no cabría toda la masa de agua marina dentro de ese recipiente, me conformo con el agua que sí quepa, con las razones que sí entren en el espacio disponible para su entendimiento en mi sesera. 
Quiero entender por qué suceden las cosas que suceden, qué importancia tienen, cuáles son las consecuencias.
Creo que lo mismo daría pedir una esfera de cristal para ver el futuro en vez de Entendimiento.
Desde siempre he notado una cierta facilidad en mí para poner en orden los eventos tratando de explicarme cuál es el fin o sentido de las cosas que pasan, pero lo cierto es que hace tiempo que tras las situaciones que he vivido en estos últimos años me siento confusa, no veo con claridad cuál es el propósito de todo.
Me cuesta entender dónde están las enseñanzas. Creo que he obtenido algunas pocas respuestas, pero no estoy segura si me satisfacen del todo, aún no me siento conforme.
Tal vez por eso me gusta escribir, porque escribiendo puedo tener la panorámica más despejada y en la vida de mis personajes, mando yo.
Como decía Vicente Huidobro, "el poeta es un pequeño Dios".
Ser un personaje dentro de esta parodia de vida, sin saber qué habrá al dar vuelta a la esquina sino se toma de manera deportiva es para volverse paranoica o a lo menos agorafóbica.
Pensar para dónde va esta vida, en general, sin saber si aún queda tiempo para una vida entera, me hace sentir la urgencia de por lo menos poder resolver cuál es el sentido de todo esto que está pasando. 
Quizás pensarán, y esta loca para qué se preocupa de estas cosas en vez de ocuparse por cosas más importantes o quizás no, de cosas más terrenales y cotidianas.
Para mí no tiene sentido ocuparme precisamente de cosas banales, cuando estamos en tiempos convulsos y revueltos  lo que a mí me  importa es precisamente lo trascendente, lo que está más allá de los límites naturales. 
Quiero respuestas, porque siento que se agota el tiempo y es imperativo tener una respuesta a modo de contraseña.
Tengo una extraña sensación, de hace mucho tiempo, como si todo dependiera de hallar sólo una respuesta, la correcta, pero tampoco sé cuál pueda ser la pregunta. 
 Quizás no hayan preguntas y todo la existencia histórica de la vida propia se reduzca al hallazgo de sólo una palabra que abre todas las puertas. 
Tal vez todo el sentido y propósito de la vida sea descubrir aquella palabra de palabras.
Después de todo, "primero fue el verbo" después fue la carne, por tanto no es una llave material, debe ser una palabra la clave,  pero cuál?
(Es curioso que llave venga de clave, del latín clavis y al final signifiquen lo mismo.)

Bueno, sólo dejo planteada la inquietud por estos asuntos, y que cada cual busque sus propias preguntas y  encuentre sus propias respuestas.

Gracias a este ejercicio, creo que ya hallé mi palabra. 
 















































 

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