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domingo, 20 de febrero de 2011

El más maravilloso y perfecto cuento de hadas.

Ay, Dios!!!!!
Creo que si hubiese construido un espantapájaros entre las rosas de mi jardín,  y de pronto por una extraña  cuestión mágica o milagrosa, cobrara vida y pudiera hablar, me diría lo mismo que ya he oído antes. Pero tendría cerebro de paja, le podría creer?
Es decir.
Hay que poner todo en  perspectiva y darle importancia sólo en su justa medida. Evaluar muy bien las cosas y dependiendo de quien provengan darles la importancia que merecen o no.
Lo sé. Racionalmente lo analizo, lo entiendo tal como si se tratase de un cuerpo sobre una mesa de disección.
No tengo pudor para abrirme el pecho, sacarme el corazón con la mano y ponerlo bajo el microscopio de mi cerebro para saber qué le pasa.
Sé lo que siento, sólo estoy profundamente decepcionada de todo. De él, de la vida, del destino, de Dios.
No lo sé. 
Quiero pensar que tal como se han dado las cosas ha sido sólo por mi bien, pero que  por el momento estoy muy dolida para verle un sentido que me conforme, me conforte y me consuele.
Cómo diablos se despide una de los sueños muertos? 
Cuando los sueños mueren, a qué parte van a dar.?
Me siento como una deuda de unos muertos sin tumba.
Me parecen como si se  esfumasen en el aire igual como el humo de su tabaco. 
Volverán, acaso,  al  espacio común a todos los mortales y que  invisibles por el aire irán a inspirar a otros, y pasarán de cabeza a cabeza hasta que entren en la de quién sí tengas las agallas para hacerlos construir en la realidad verdadera de la vida?
Eran lindos nuestros sueños. Si ahora ya son de otros, sólo espero que sean los mejores huéspedes de todos, porque esos sueños sólo merecen a los mejores, porque eran realmente maravillosos.
Y ahora que lo pienso, tal vez no era yo digna de hacerlos realidad, eran demasiado perfectos para mis débiles fuerzas. Pero se trataba de compartir el trabajo entre dos, para que no resultara tan abrumadora la carga. 
Cómo sea, la causa ya  está perdida. 
Llegué a una sentencia aún en ausencia del acusado que arriesga una pena por desacato, por no haberse presentado el día de su juicio. Y por no haber comparecido perdió todo derecho a apelación. Una lástima, con una buena defensa presentada, estaba dispuesta a retirar los cargos en su contra. 
Sólo si juzgo los hechos, todos me indican que no vale la pena seguir litigando por este caso. Es perder tiempo y recursos de los contribuyentes y aún así estaba dispuesta a apelar mi propia decisión porque quería creer que sí tenía vuelta.
Los días seguirán pasando y la distancia se continuará acrecentando mientras más tiempo pase.
Es triste, pero es así. O lo asumo y lo acepto o me hecho a morir.
Hay más alternativas?
Claro, hacerse monja, pero eso no va a pasar. No tengo pasta, ya te lo he dicho, Dios, no insistas.
Resistiré mil desilusiones más de ser necesario, pero no me vas a meter a un convento para levantarme a las cuatro de la mañana a rezarte un rosario en una capilla refrigerada. Olvídalo.
Lo sabio y sensato aquí es: aceptarlo y superarlo.
Que no será fácil, eso puedo apostarlo sin temer a perder.
Sólo debo animarme y apoyarme en mis fortalezas.
Aunque eso no quita que necesite una explicación para dar por cerrado este capítulo de mi vida de una buena vez.  Fue el más maravilloso y perfecto cuento de hadas que siempre quise soñar, pero como  de todo sueño, era natural que un día, tarde o temprano, tendría que despertarme.

1 comentario:

  1. Oriana:

    La respuesta no está afuera ni en otros, ni en la razón, eso es sólo distracción. Los sueños no decepcionan, no te hieren, no te dañan, ellos nacen de lo más puro de tu ser, para iluminar tu camino, ellos son la única inspiración que hay que escuchar, busca en tu interior y no estarás jamás sola, encontraras paz y armonía, porque dentro de tí, está el universo entero para acogerte, sólo déjate llevar...

    Un abrazo,

    Esteban

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