Hoy me siento como está el día allá afuera.
Hoy es el primer sábado de primavera y sin embargo está nublado, hace frío y llueve.
Me siento más en otoño que en primavera. NO puedo evitar sentir que algo en mí llueve, lo inunda todo y me congela.
Debería estar tranquila, más resignada pues hoy sólo le puse un punto final a una situación que venía escribiéndose con puntos suspensivos desde hace ya muchos meses.
El tiempo de luto ya se venció pero el recuerdo estaba aún vivo, pero desde hoy por fin fui capaz de sellar la lápida.
Supongo que es mi ego lo que aún no deja ir la humillación de su silencio.
Por una parte me siento liberada de todo compromiso, de toda promesa porque tuve el valor necesario para demostrarme a mí misma que no soy la cobarde que me creí.
Pedí una oportunidad, aún cuando no me correspondía pedirla.
Fue como haber lanzado un salvavidas al agua, pero no fue aceptado. Si se ahoga, no es mi culpa.
Sin respuesta me queda nada más que decir adiós.
No fue por orgullo, fue por dignidad.
En asuntos de amor romántico, aprendí que el Amor no se ruega, no se mendiga, no se implora, ni se ofrece, ni se regala, menos se cambia o se vende.
El amor de verdad se gana. Es un premio voluntario al mérito por el esfuerzo también voluntario. Es la corona a miles de pequeños triunfos y aciertos, a miles de pequeños sacrificios.
El amor verdadero es libre y a elección.
No se puede pedir, no se puede exigir, no se puede obligar.
Es otorgado por gracia, porque te lo has merecido por todo lo que has hecho y por cómo haces sentir a la otra persona consigo misma mientras está contigo. Esto no lo digo yo, lo dijo alguien más, no sé quién. Creo que fue García Márquez.
Pero se me quedó hecho parte de mi propio bagaje porque tiene sentido.
"El amor es como una pequeña cerradura que busca su propia llave."
Esto es mío.
Supongo que después de un día nublado, frío y lluvioso como éste vendrán días mejores. Si mañana amanece despejado, el cielo se verá más celeste con la atmósfera más limpia y todo tendrá un color más brillante.
Es hora quitarse el luto del corazón y de salir a vivir la primavera.
Hoy es el primer sábado de primavera y sin embargo está nublado, hace frío y llueve.
Me siento más en otoño que en primavera. NO puedo evitar sentir que algo en mí llueve, lo inunda todo y me congela.
Debería estar tranquila, más resignada pues hoy sólo le puse un punto final a una situación que venía escribiéndose con puntos suspensivos desde hace ya muchos meses.
El tiempo de luto ya se venció pero el recuerdo estaba aún vivo, pero desde hoy por fin fui capaz de sellar la lápida.
Supongo que es mi ego lo que aún no deja ir la humillación de su silencio.
Por una parte me siento liberada de todo compromiso, de toda promesa porque tuve el valor necesario para demostrarme a mí misma que no soy la cobarde que me creí.
Pedí una oportunidad, aún cuando no me correspondía pedirla.
Fue como haber lanzado un salvavidas al agua, pero no fue aceptado. Si se ahoga, no es mi culpa.
Sin respuesta me queda nada más que decir adiós.
No fue por orgullo, fue por dignidad.
En asuntos de amor romántico, aprendí que el Amor no se ruega, no se mendiga, no se implora, ni se ofrece, ni se regala, menos se cambia o se vende.
El amor de verdad se gana. Es un premio voluntario al mérito por el esfuerzo también voluntario. Es la corona a miles de pequeños triunfos y aciertos, a miles de pequeños sacrificios.
El amor verdadero es libre y a elección.
No se puede pedir, no se puede exigir, no se puede obligar.
Es otorgado por gracia, porque te lo has merecido por todo lo que has hecho y por cómo haces sentir a la otra persona consigo misma mientras está contigo. Esto no lo digo yo, lo dijo alguien más, no sé quién. Creo que fue García Márquez.
Pero se me quedó hecho parte de mi propio bagaje porque tiene sentido.
"El amor es como una pequeña cerradura que busca su propia llave."
Esto es mío.
Supongo que después de un día nublado, frío y lluvioso como éste vendrán días mejores. Si mañana amanece despejado, el cielo se verá más celeste con la atmósfera más limpia y todo tendrá un color más brillante.
Es hora quitarse el luto del corazón y de salir a vivir la primavera.
Creo que el amor se parece al fútbol, los comentaristas al final del partido dicen *los partidos no se merecen ganar, se ganan*. A veces se gana sin merecerlo, y a veces se pierde sin merecerlo, nadie se acuerda de los que *merecen* sino de los que ganaron. Y también cuando el Domingo el equipo pierde, de inmediato se debe olvidar la derrota y ponerse a pensar en el próximo Domingo donde una nueva oportunidad de ganar nos espera. El amor no se merece ni se gana, sólo se siente..o no se siente. Abrazo, felicitaciones amiga por tus profundas y valiosas reflexiones.
ResponderEliminarCiertamente, mi querido amigo. Pueden haber tantas definiciones de amor, y comparaciones para tratar de explicarlo y entenderlo como tantas personas habiten en el mundo. Pero cuando se ha ya se ha "sentido" y ha causado tanto dolor y desilusión, la responsabilidad de una próxima experiencia pasa a la cabeza y ésta exige alguna buena razón para entregar otra vez el corazón al amor. Y dentro de esa razón o motivos entran las virtudes, las pequeñas hazañas, los pequeños grandes detalles, las delicadezas, etc. El amor luego de los desengaños se vuelve más desconfiado de los sentidos, a mi juicio y necesitas hechos, acciones concretas que lo ayuden a volver a confiar en los sentidos y sentimientos.
ResponderEliminarAbrazos, amigo Gilgamesh.
"El amor es como una pequeña cerradura que busca su propia llave."
ResponderEliminarEsto es mío.
El amor es un reencuentro,. esto es mío.
Parece que se parecen ¿no? Un abrazo Ori. Todo llega y tú te mereces tanto amor como el que tienes para dar, que sé que es un montón. Y, bueno, hay que ver como afinas la prosa con el desamor. Un par de desaires más y no habrá quien se resista a tu pluma.
Ah, unos puntos suspensivos
...
Un abrazo Ori, te sigo leyendo (y un saludo para el "spacewatcher", que también lo sigo leyendo).
Lobo Estepario
Uffff, bueno supongo que es como dicen: "la buena ley del oro se prueba con fuego" pero preferiría no pasar por otro desaire aunque eso significara no afinar tanto mi pluma. :-)
ResponderEliminarEs grato saber que sigue por el camino, Lobo Estepario. Un abrazo, amigo.