Páginas

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Luz amarilla.

Han pasado unos meses y ya no es como al principio.
Van a penas unos meses, qué más será dentro de años.? Ni nos miraremos?
Al comienzo era capaz de descifrar mi estado de ánimo, supongo que por mi mirada, mi voz, no sé. Algo en mí debía delatarme de algún modo. 
O bien, me he vuelto una maestra en esconder mis penas que ya no las puede siquiera adivinar. Quizás la resolución no era muy nítida y no captó la diferencia. O simplemente, le está dejando de importar cómo me sienta. O bien, entendió muy bien cómo me sentía, decidió no tocar el tema y quiso subirme el ánimo y me cambió el tema sin preguntarme detalles sobre mi día.
Hoy no fue un buen día, tuvo bastante de amargo. Fue uno de esos que habría preferido saltármelo del calendario.
Cierto que no tenía muy clara la idea para explicar qué era exactamente lo que sentía, pero habría preferido oír cosas tiernas, hoy necesitaba ser reconfortada en el corazón. Hablar y no tanto escuchar. O al menos escuchar su voz haciéndome sentir apañada, apapachada en el alma.
Será un síntoma para un conflicto mayor?
Es una luz amarilla  que me está indicando precaución? No tan rápido que va a cambiar a rojo?
Es verdad, a veces es un casi como un monólogo, a veces me gusta que así sea pero otras veces me gustaría que me escuchara un poquito más.
O acaso los hombres  pueden ser confidentes sólo si son gays?
Es, a caso, un signo de ego grande, enorme como un aeroestático?
Me preocupa, de verdad me preocupa. Pero tampoco tengo ánimo de entrar en polémica, en pedir explicaciones, de re-re-remarcar la cancha. No estoy de ánimo, hoy no.   
Pero también temo que si lo dejo pasar se vayan agregando archivos y agrandando el dossier con este tipo de "detallitos" hasta volverse un mamatreto que luego dé una lata horrible revisar para ver cómo fue que se complicó todo, a dónde todo se comenzó a perder sin retorno, dónde estuvo la raíz del conflicto. Si es que buscarle alguna explicación a esas alturas tenga algún sentido.
No sé, ya no quiero pensar.
Sólo habría querido un abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario