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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Simple y claro.

Cuando todo sale a pedir de boca.
Por qué?
Qué es?
Es suerte?
Es el premio de consuelo que me otorga la vida por todas esas veces que me he sentido una perdedora?
O es porque de algún modo hice algo bien?
Si fuera más creyente, una más acérrima y no tan tibia, pensaría que es porque Dios, en persona, me tiene algo de cariño y hace que me pasen cosas buenas, de vez en cuando.
Cual sea la respuesta, lo que importa son los resultados. Y las cosas marchan bien.
Hoy me he dado cuenta de algunas cosas.
Si la historia se ha escrito tal como se ha escrito hasta ahora es por algo.
No logro ver aún el final, pero sí puedo ver un poco la trama que se ha venido entretejiendo hasta el momento para encontrarme precisamente en este momento, ahora, aquí.
Aquí, feliz y enamorada, enamorada de la vida, del mundo, de la humanidad y de las mil cosas que sueño.
Sólo me pregunto, hasta cuándo?
Porque sé que nada es para siempre, en algún momento temo tener que -bailar con el feo-, porque sé que nada puede ser perfecto y así como "no hay Mal que dure cien años ni tonto que lo aguante", tampoco hay Bien que dure mil años ni afortunado que lo disfrute.
Y si todo fuera una simple confabulación del destino, pero a mi favor?
Por qué no permitirme creer que sí, que si es posible ser feliz y sin temor a sufrir, sin sentirse culpable de desear ser feliz ni con temor a lograrlo.
Por qué la felicidad asusta tanto?
A caso se es más feliz sintiéndose infeliz?
Claro, siendo infeliz no se atrae la envidia de los demás. Siendo infeliz se concita la lástima y el desprecio de los otros, que siempre resulta más llevadero que el odio y la envidia que genera en el resto que alguien se quiera sentir o se sienta feliz.
Cuándo se dará cuenta el Ser Humano que ser feliz es mucho más fácil de lo que se cree.
La Felicidad, más que un estado transitorio de ánimo, debiera ser una filosofía de vida, un modo de concebir la vida, de ver las cosas, de aquilatarlo todo; un objetivo transversal y final en sí, sin el que no tuviese importancia absolutamente nada más.
En los colegios debiera ser un ramo: "Cómo saber ser feliz" y en las Universidades se debiera impartir como: Felicidad I, II y III. Y el que no aprueba se va feliz para la casa porque deberá ser un imbécil que no entiende absolutamente nada de la Vida, de las cosas realmente importantes de la Vida.
Ser feliz, así, simple y claro.
Es tan simple como complejo. Y de tan complejo llega a ser simple: Ser feliz y no, estar feliz.
Ser o estar? "Esa parece ser la cuestión."
Yo quiero ser feliz.
Y ojalá todo el Mundo pudiera ser tan feliz como me siento.

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