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lunes, 13 de septiembre de 2010

Quién eres?


De pronto ocurren cosas en la vida cuando menos se esperan.
Sorpresas anónimas venidas de un misterioso y recóndito lugar, oculto entre la indeterminación de la fantasía que parece flotar en el aire como visillos al viento ante una ventana abierta de par en par.
Magia entre certezas como testigo de algo que creí un secreto íntimo, entre él y yo.
Por razonamiento deductivo descarto quien no es, porque es más que obvio, no puede ser.
Pero lo mismo abre tantas posibilidades al infinito, que me quedo con el mismo pensamiento y una pregunta atravesada a medio camino entre mi intuición y mi razón: quién eres?
Qué tengo que pueda llamar la atención de un ser así?
Qué interés puedo despertar en alguien que vive la vida o al menos tiene fantasías que superan mi imaginación?
El desnudo de mi alma?
Quién eres?
Hay cierta ternura entre tanto erotismo, algo sensible. No sé si poético, pero me suena inusual.
Aunque no siento que escape del esquema general, de la búsqueda de la perfección, de la facilidad con que se rinde el amor ante la belleza. Hay algo de literatura en eso.
En la vida real, real, la perfección no existe. Sólo el amor y la buena voluntad.
He escrito historias así muchas veces, pero son sólo proyecciones de mis propias fantasías.
Nunca me pierdo en eso, sé que yo no soy la protagonista.
Una vez escribí algo parecido que después viví, y me asusté.
Cuánto de lo que escribimos o leemos está determinado por el destino?
Bueno, hay cosas que no son difíciles de suponer que puedan ocurrir, pero cuando nos encontramos de improviso como boca a boca con algo que nos hace todo el sentido del mundo, al menos en una pequeña parte de toda la historia, es una experiencia sublime, mágica, mística; "religiosa", tal vez.
Es difícil de describir.
Me sentí tocada, acariciada del mismo modo como aquella vez. Quise cerrar lo ojos y volver al fondo de mis recuerdos a perderme en ellos otra vez. Secretamente asentí. Sí, lo habría permitido, pero no a ti, a él.
Yo que pensaba que lo tenía todo digerido. Resuelto. Etiquetado y guardado al fondo de un cajón, ordenado por importancia, tiempo y tamaño.
Las señales.
Claro, como las ignoro, ahora me saltan gritándome al rostro, impúdicamente obvias, lo que no quiero oír de puro miedo a vivir.
Yo que me pensaba ya como el mar en calma, luego de una noche entera de tormenta.
Y de pronto de sorpresa, saltas de la nada a mi casa de letras con tus letras reveladoras e hipnóticas como flautista de cobras.
Aprecio el gesto y te lo agradezco.
Aunque no comprendo muy bien, por qué.?
Por qué yo, por qué a mí?
Si me cuentas algo de ti, sería más fácil comprender por qué.
Las sorpresas de la vida y los misterios que deparará el día antes de finalizar, nunca dejan de asombrarme y de encantarme.
Bienvenido, extraño y arcano ser hecho de amor y barro, de alma soñadora y calor humano en el corazón, el cuerpo y las manos.


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