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miércoles, 18 de agosto de 2010

"Carpe Diem"

Tener en mente que nadie tiene comprada la vida, que no importa la edad, el rango, la facha. Absolutamente nada.
Que todos nacemos para algún día morir.
Entonces, parece que lo único que importara es la manera como se vive la vida mientras haya salud, ganas y energía.
Quién tiene la receta?
La receta, al parecer, es: - que no la hay -. No hay una sola. Existen tantas como personas viven en el mundo.
Enfocarse en las cosas importantes, verdaderamente trascendentes, disfrutar a concho los momentos que se sospechan irrepetibles, y los rutinarios también, imposible un dejavú completamente calcado, siempre hay variables imponderables que hacen la diferencia, de las que se pueda sacar alguna lección provechosa.
Como lo veo, el secreto pareciera estar en enfocarse en los detalles. En oír lo que está entre líneas, en observar el fondo de las sombras en la caverna, respirar profundo, paladear los sabores, impregnarse de los aromas, sensibilizar el tacto, ir más allá de las primeras impresiones.
Aunque afinar sólo los sentidos, no basta.
Todos deberíamos haber tenido un mister Keating en nuestras vidas que nos recalcara la idea de cortar rosas en botones, de chuparle el tuétano a la vida, de hacer vida y carne, el nunca bien ponderado"CARPE DIEM", que debiéramos llevar tatuado en los huesos, a sangre y fuego.
También es necesario tener claro lo que queremos de la vida, y dar la pelea por eso.
No cejar en el intento, mantenerse firme en los propios principios.
Leer todos los libros, sin que deje de operar el propio filtro y ojalá a partir de lo leído crear algo nuevo, algo con el propio sello.
Abrirse a la posibilidad de amar a pesar de todo.
Hay que vivir sin miedo. No digo que haya que ser kamikaze para probar el valor o demostrar el coraje, pero sí proceder con la seguridad de estar haciendo las cosas bien, porque nos guía la fuerza de una razón correcta, la honestidad del corazón, una cierta pureza en la intención.
Aunque hay que ser prevenidos, ser arrojados, decididos, pero no estúpidos.
Se deben tener convicciones y, fortaleza para defenderlas.
Vivir una vida justa, equilibrada, decirle a quienes nos importan lo que sentimos. Decir :"Te amo" sólo cuando es verdad.
Una vez oí una reflexión muy sensata que decía algo como:
"El ser humano nace llorando mientras los demás ríen de felicidad. Vive un vida sana, has el bien, sé justo en tus juicios, ama a los tuyos, y trabaja duro. Para que cuando llegue tu hora, te vayas riendo mientras los demás te lloran."
Vivir, pero más que nada importa, saber vivir.
Para que cuando aquel día llegue ya vengamos de vuelta de la larga caminata por "el país de la vida", y tengamos las lámparas encendidas.
Así, sin dramas, estaremos listos para partir cuando salga cantado por los parlantes nuestro número en el sorteo.

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