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sábado, 21 de agosto de 2010

De Solitario I a Solitario II (II parte)

Es cierto, a veces pasa.
Sentir que se da más de lo que se recibe.
Que queremos más de lo que somos queridos.
Y que a pesar de todo lo buena persona que somos, no somos debidamente reconocidos en toda nuestra real valía. Y eso descuece un poco en el ego.
Suele ocurrir.
No sé por qué, tal vez por algún extraño efecto de electromagnetismo, de atracción de polos con cargas opuestas, quién sabe.
Es casi como un hecho de la causa. A individuos kafkianos le atren las mariposas en fuga.
Y no hay nada que hacer, estamos hechos para relaciones tortuosas, si no fueran así de complejas nos moriríamos de aburrimiento, tal vez.
Los amores en perfecto rosa nos matan, apostaría a que le buscaríamos las espinas de pura insatisfacción. Y no por ser masoquistas, sino por darle más fuerza al color de la vida. Vivir en intenso rojo pasión y no en pálido rosa agua de relaciones sobre rieles.
Dime que no preferimos sufrir para tener al menos nuestro propio drama, sólo para salir de la inercia de una vida segura, recta, honesta, dada como consecuencia a una personalidad perfeccionista y racional, apegada a la norma, respetuosa del bien mayor, preocupada de no pisar los prados, de no "lanzar papeles al suelo". En resumen: alguien consciente de lo que significa ser PERSONA en este mundo a veces sin sentido.
Pero ser diferentes tiene su costo, a veces nos sentiremos como fenómenos de feria, así nos harán sentir de vez en cuando, pero no hay que ceder. Si los demás se tiraran de un precipicio porque está de moda, lo haríamos? No lo creo.
Somos salmones en los ríos de la vida. Es nuestra naturaleza.
No somos parte de la mayoría que va apiñada en masa ordenada en filita como corderos al matadero.
Sé que "mal de muchos, consuelo de tontos", pero lástima, no somos tontos. Y la lucidez es dolorosa como un karma, la roca de Sísifo sobre los hombros.
Sabes qué pienso?
Si quien queremos que nos quiera no nos quiere como queremos ser queridos, quién pierde realmente?
Si sabemos quienes somos y como somos, y aunque suene a súper, híper, ultra ego: quien pierde es quien no nos quiere.
Si quien queremos que nos quiera, no nos quiere querer, se perderá de querer y ser querido(a) por una gran persona que sí quiere querer como tal vez jamás serán queridos.
Tal vez haya que darle aire, apartarse un rato, irse de viaje por un tiempo, dejar un renglón en blanco, crear distancia para hacerse extrañar, para que se note la diferencia entre estar y faltar.
Dejarse buscar, hacerse un poco de rogar.
Darle tiempo al tiempo. Y si no, nada pasa. Bueno, no era. No valía, entonces, tanto la pena.
Es como esa vieja frase de esquela Village: " si amas a alguien, deja que sea libre, si vuelve a ti, te pertenece", o algo así.
El amor no se ruega, tampoco se ofrece ni se regala, se gana, a punta de méritos y virtudes.
Cuidado, la soledad a veces engaña. Se cree que es amor y sólo son ganas de amar y de ser amado porque se siente como la necesidad de sentirse enamorado, y si no sabemos diferenciar bien cuál es la razón, podemos fácilmente meter la pata en el cepo.
Lo que quiero decir, es que no te abrumes, no eres un inútil. No te sientas solo.
Eres aún demasiado joven tal vez para ser objetivo, es cierto. Eres un idealista con principios sanos y correctos, no trances eso, no te adaptes al juicio público, pero tampoco esperes que los demás se cuadren ante el tuyo.
Cada individuo sobre este planeta tiene su tiempo, cada fruta madura a su ritmo y cuando hace falta. Te imaginas si todas las manzanas se cayeran de los árboles a la misma vez?
A veces no es tan malo sentirse perdido, eso obliga a buscar la propia salida, a recorrer otros caminos, a descubrir alternativas, lo importante es no quedarse inmóvil y pegado en el mismo sitio, echando raíces sin dar frutos.
Es un poco como dijo Alba Edison cuando falló, no sé cuántas veces, 350 veces, quizás, antes de dar con la fórmula correcta para inventar la ampolleta: y dijo algo como: -no he fracasado, si no que he descubierto 350 formas de cómo no hacer una ampolleta-.
Nadie que piensa y es como tú, puede no importarle a alguien. Sólo debes tener en cuenta que a los que les importes, esos, sí deben valer la pena.
Vamos, venga, arriba ese ánimo, compañero!

2 comentarios:

  1. Me encanto lo que escribiste, va siempre me encanta lo que escribis tenes una gran forma de expresar exactamente lo que queres decir, admiro la forma que tenes de escribir y sobretodo de hacer sentir miles de sentimientos a los que leen cada una de las palabras que escribis, nuevamente el texto me levanta el animo y me hace ver las cosas de formas diferentes, muchas gracias!!
    un abrazo enorme

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