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domingo, 1 de agosto de 2010

De Solitario I a Solitario II

Como nací primero creo que soy la Solitario I, y quien quiera que seas, por tanto, eres el Solitario II. En estricto rigor obedeciendo a un criterio independiente y objetivo para conservar el orden de las cosas, sin herir susceptibilidades.
Desde mi punto de vista, tal como te leo, y veo desde el otro lado de la cordillera, te diré:
No me pareces difícil de entender, al contrario tus planteamientos son comprensibles.
Eres el resultado de tus propias circunstancias, experiencias, hábitos, gustos, habilidades, de lo que te enseñaron y de lo que aprendiste, hasta tu componente genético tiene algo que decir al respecto.
Y así somo todos.
Las variables son al infinito multiplicadas por ene, y todos resultamos diferentes. Pero estoy convencida que hay cierto material magmático común al origen del que se desarrolla y florece una misma clase de individuos.
Lo que podría ser el ADN de las almas con espíritu retraídos, que se quedan pensando en los detalles mientras los demás pasan como celaje por la calle, a los que les hace click el más leve sonido como oyendo la voz del Universo; a los que no les da lo mismo peras que manzanas, porque entienden la diferencia. A los que no rehuyen los miedos, sino que los quieren tomar y darle vueltas entre las manos, observándolos de cerca, tratando de entender como funciona su mecanismo, y de algún modo acaban admirando su locura, sintiéndose fascinados del proceso de entender que no es del todo tan malo que los miedos existan, que no hay para qué ser enemigos. Si se les aprende a conocer, hasta pueden llegar a ser buenos compañeros. "-El miedo te mantendrá vivo, y el dolor te hace sentir que no estás muerto.-", dicen los Seals americanos, al menos en las películas.
La miga fundadora de todas aquellas personalidades solitarias, introvertidas, antisociales, que se sienten fuera del marco, es una: la soledad en el alma con la que nacieron, o nacimos.
Y desde mi pobre experiencia te podría decir que: -da lo mismo-.
Es un orgullo ser diferente, escapar de la media en la campana de Gauss, situarse en el quintil más alto de la curva. Tener el don como de detener el tiempo y ver todo tan claro, pararse a ver la belleza donde la hay sin que los demás la vean, o al revés ver las fallas donde los demás creen encontrar la perfección. No dar nada por sentado, pasarlo todo por el tamiz propio del criterio, no abandonarse a nada que el cerebro ni el corazón estén de acuerdo y aconsejen al mismo tiempo.
Como ves, no es tan difícil entenderte.
Porque me entiendo a mí misma, puedo también entender a los demás. Eso creo.
Regla N°1 de empatía. Pero no se trata sólo de eso.
Ha sido, también, el silencio, la meditación, las lecturas, las películas, la conversación con los viejos, las largas caminatas con un par selecto, pedir de vez en cuando por una iluminación, mantener la mente despejada, el organismo sano, llevar una vida natural, honesta y sencilla, dormir cuando me da sueño, y pensar, soñar, amar aunque no sea correspondida como quisiera.
Son las muchas vueltas de la vida, tropezadas, caídas, levantadas y aún así seguir.
Que es lo que finalmente importa.
Lo que quiero decir, es que no es necesario sentirnos solos e incomprendidos, si encontramos por el camino a otros que van en la misma dirección.
El camino se nota más corto y menos aburrido si lo hacemos conversando.
Qué dices?

2 comentarios:

  1. A propósito:
    http://marcelomunch.blogspot.com/2009/02/efimero-de-ruedo.html

    Se agradece su blog.

    Saludines

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  2. Muy lindo lo que escribiste, si tenes razón, cada uno somos el resultado de nuestras propias experiencias, gustos, las cosa que hacemos, las que no hacemos, lo que nos enseñan, lo que aprendemos, la familia que nos toco, la gente que elegimos, pero a pesar de todas las diferencias que puede haber en esas cosas siempre algo de todo eso te une con diferentes personas, la vida te va enlazando con gente con las que compartís diferentes cosas, y es verdad es un orgullo ser diferente, por que si seriamos todos iguales la vida no tendría sentido, seria todo muy monótono, es como si toda la comida tendría el mismo gusto, no disfrutarías de comer ciertas cosas, o si los colores fueran todos iguales, seria una vida en blanco y negro. Quizás me siento solo por que soy (como dijiste arriba) de los que no se abandonan a nada que el cerebro ni el corazón estén de acuerdo (me gusto muchísimo esa frase) y siempre tengo esa pelea entre lo que el corazón siente y lo que el cerebro quiere o viceversa, y es tan difícil que los dos se pongan de acuerdo. Me quedo con esto ultimo “No es necesario sentirnos solos e incomprendidos, si encontramos por el camino a otros que van en la misma dirección.” Justamente hoy tuve un pequeño problema y antes de leer me sentía tan solo e incomprendido que lo que escribiste me levanto el animo, muchas gracias por las palabras que regalas cada vez que escribís algo y muchas gracias por la dedicación!

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