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martes, 5 de octubre de 2010

Licencia de conducir.

Era un mero trámite.
El examen para renovar la licencia de conducir es un chiste. Si lo paso yo, me explico muy bien por qué hay tantos accidentes, muertos y heridos por la vida que se sacan la cresta en la vía pública.
Concepción es una ciudad grande, importante a nivel nacional, pero debe ser que el problema es a nivel país.
De cierto modo somos tan de pacotilla como los vecinos restantes a los que menos preciamos sólo por tener el ascendente indio más notoriamente impregnado en la sangre y en los rasgos.
Y nos creemos desarrollados. Ja! Mis polainas!
El psicotécnico es pan remojado, no discrimina para nada entre un bestia inconsciente arroya perritos en la ruta, de alguien que sí respeta las normas, o de quién a penas sabe la dirección del tránsito por las calles de la ciudad.
Cada loco que hay detrás de un volante, descriteriados son lo que más abundan por las calles de doble vía, para qué llamarlas autopistas, esas "obras de ingenería" proyectadas por los mismos que fabrican laberintos para ratas de laboratorio o que diseñan hormigueros para entomólogos.  Dos vías para vehículos pequeños al lado de dos de uso exclusivo para la locomoción colectiva que luego, en cierto tramo, se convierten en un tramposo cuello de botella, al desaparecer dos de las cuatro vías anteriores.
En qué cabeza cabe?
Y el que sabe, sabe, porque la señalética brilla por su ausencia.
Igual con los "eventos", prefieren tapizar la orilla del camino con letreritos naranjas con pedestal de madera que cuando hay viento muy fuerte se tumban fácilmente y que si no es por alguien considerado o con un poco más de dos dedos de frente, es apuntalado con toscas de escombros, a menudo picados del mismo pavimento, advirtiendo del pésimo estado de la vía, resaltando unos verdaderos cráteres lunares que si se cae en  ellos inadvertidamente con velocidad se jode la homosinética del tren delantero así, de una.
Las calles del "Gran Concepción", estaban malas antes del terremoto, después quedaron peor, a eso se le debe sumar dos puentes cortados, de tres, bueno, dos, porque ya había uno cerrado de antes que acabó  derrumbándose como una seguidilla de piezas de dominó, y calles cortadas por orden municipal ante el inminente riesgo de colapso de algunos edificios de considerable altura que amenazan con desplomarse y arrasar con todo a su paso varias cuadras a la redonda.
Antes del terremoto,  se podía saber con cierta precisión las horas convenientes para transitar libremente evitando las horas de mayor congestión vehicular. Pero después del terremoto, hay taco a todas horas, y en cualquier lugar. Entre los cortes por reparaciones del pavimento que sólo son de lunes a viernes y en horario de oficina, y a eso se le debe sumar que pareciera ser que salió gente que en su vida había salido de sus casas y tomó el auto sin mucha práctica. Sin considerar que el parque automotriz subió, no tengo la cifra, pero andan más autos que antes, la invasión la impusieron los citycar de origen chino, rendidores, full tecnología y baratos.
El otro chiste es la restricción de  cuatro dígitos, ja!
Definitivamente, andar en auto por Concepción, últimamente, apesta.
Suerte que es una ciudad hecha a escala humana, es decir, es recorrible a pié, las distancias no son tantas, se puede llegar de un extremo a otro de la ciudad sólo caminado, y dependiendo de la velocidad del tranco se puede llegar a tiempo a cualquier parte.
Y yo, la idiota, renovando la licencia de conducir, cuando a mí me gusta caminar.
Supongo que la finalidad de tener licencia, va por otro lado.
Pero si sólo dependiera de mí, tal como por el momento se ven las cosas en la ciudad, ni siquiera se me habría ocurrido renovar la licencia que saqué por primera vez a los 19 años y que desde entonces sólo he renovado dos veces más.
En la Municipalidad, el encargado de los papeles me felicita por tener una hoja de antecedentes impecable, cero multas, sin darse cuenta que estaba vencida desde febrero de este año, sólo pensé para mis adentros: -claro, y tengo uno, por presunción de manejo con los documentos vencidos, y a demás para que me saquen un parte primero necesito ir manejando, cosa que no hago nunca, pero si lo digo capaz que me exijan revaluarme en el examen práctico y ahí, sin práctica previa, me rajan-.
Evidentemente, sólo sonreí agradecida, sin decir nada.

2 comentarios:

  1. Esas calles, dí mi exámen en Concepción recuerdo impecable, el personaje que me evaluo solo se limito a darme uno que otro concejo, todo bien lo malo fueron mis ojos, cero visión de profundidad y el desatinado del doc, me la da solo por 6 meses, hay la tengo aún vencida hace años, obvio no manejo, perome muero de ganas por hacerlo, pero ya no en COncepción.

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  2. "El psicotécnico es pan remojado, no discrimina para nada entre un bestia inconsciente arroya perritos en la ruta, de alguien que sí respeta las normas" ajajajajajajajajajaja me causo mucha gracia esa parte, Aca en las grandes ciudades de argentina pasa exactamente lo mismo, demasiado trafico, las ventas de autos crecen a escalas enormes y ya no caben todos los autos en las mismas calles, afortunadamente en Buenos Aires no tengo auto ni lo pienso tener, buscar estacionamiento un estacionamiento en horario de oficina ?? olvidate, y si encontras seguramente te quede mas cerca ir caminando, y si encontras en el centro seguramente te salga mas caro que lo que ganas en el dia... en Galvez mi ciudad de origen es mas tranquilo, ahi si disfruto de manejar el auto de mis papas :)

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