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domingo, 10 de octubre de 2010

Talón de Aquiles.

Suponía que tarde o temprano esto me iba a pasar. 
Es algo que lo vi venir siempre, y que por lo mismo de algún modo lo quise evitar cobardemente y de paso dejé pasar parte de mi vida sin vivirla por el estúpido temor a dejar de ser dueña del control de las cosas que sentía estaban en mis manos manejar.
Sé que el control no es más que una ilusión, qué se puede controlar realmente?
Últimamente siento que ya no soy sólo yo quien cuento, que cualquier decisión que tome no sólo afectará mi vida, debo acostumbrarme a pensar no sólo en lo que yo quiero porque mi futuro ya no sólo me pertenece a mí. 
Siento que he perdido tranquilidad y despreocupación, así también como el sueño profundo del tipo comatoso.
Prefiero la tormenta al reposo, ya he pasado demasiado tiempo en reposo. Si nunca más vuelvo a dormir como antes a cambio de saberme parte de un hermoso proyecto de vida, que así sea.
Hay una parte de mí que está lejos y a la vez tan cerca, por la que temo, por la que me preocupa su bienestar, por la que siempre pienso en cómo estará. Nunca pensé tener mi propio talón de Aquiles, siempre he temido tener uno.
Hay una parte de mí, fuera de mí, que me hace vulnerable al sufrimiento de la vida en carne viva.
A pesar de todo, siento que estoy preparada para afrontar lo que pueda venir, para resistir todo el peso de la vida real. Eso creo.  
He sido una protegida toda mi vida, pero si por esa protección debo pagar con una vida solitaria a perpetuidad, no gracias, paso.
Quiero ser libre, quiero sentir lo que siento libre y voluntariamente, y si para eso debo enfrentar los embates de la Vida, bueno, aquí la espero. Que la Vida se vaya con cuidado contra mí, porque ya no sólo seré yo. 









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